Mauthausen – Españoles víctimas del Holocausto Nazi

Entre 1940 y 1941 fueron deportados al campo de concentración KZ Mauthausen (y su campo «satélite» Gusen), situado a orillas del Danubio en Austria, cerca de Linz, alrededor de 7.000 republicanos españoles de los que acabada la guerra en 1939 atravesaron la frontera por los Pirineos para refugiarse en Francia, y evitar así la represión implacable que el régimen franquista ejerció con sus enemigos políticos, a quienes calificaba como «los rojos» y ejecutaba sin piedad. En Francia no tuvieron mucha suerte. La Segunda Guerra Mundial estalló inmediatamente y muchos españoles se incorporaron en tareas defensivas con Francia. Cuando el ejército de Hitler invadió el territorio francés, hizo muchos prisioneros, de diversas nacionalidades, que fueron internados en Stalags o campos de prisioneros, entre ellos muchos españoles.. Pero los nazis no trataban igual a los prisioneros de distintas nacionalidades, y el caso de los españoles era particular, porque,en cierto sentido, no eran prisioneros convencionales. Eran refugiados en otro país, y, además, eran «enemigos ideológicos» del nacionalsocialismo (los denominaban «rotspanier» o rojos españoles). Los nazis preguntaron al gobierno de Franco si querían hacerse cargo de estos prisioneros, a lo que el entonces Ministro de Exteriores, Serrano Suñer, contestó que hicieran lo que quisieran con ellos, pues no eran españoles. Ello llevó a los nazis a considerar a los «rotspanier» como «apátridas». A los apátridas no se les trataba como prisioneros de guerra. Se consideraban dentro de la «Categoría III», es decir, irrecuperables para la vida en sociedad, y se les deportaba a campos de concentración. La suerte de los prisioneros españoles estaba echada, y la responsabilidad histórica de su destino es compartida por el régimen nazi y el franquista.

De los 7.000 españoles deportados entre 1940 y 1941, solos 2.000 fueron liberados.

La mayoría murió entre 1941 y 1942, cuando las condiciones fueron las más penosas para los allí recluidos.Las condiciones empezaron a cambiar a medida que la guerra avanzaba y la necesidad de exterminar enemigos se hacía más acuciante para el régimen nazi. En particular la llegada masiva de prisioneros procedentes del frente ruso hizo que la función del campo derivara hacia el exterminio .

El número total de víctimas en el campo de Mauthahusen es incierto, pero se estima que fueron asesinados entre 150.000 y 300.000 seres humanos entre 1938 (en que fue abierto el campo) y 1945 (cuando fue liberado).

Cuando el ejército estadounidense entró en Mauthausen el cinco de mayo de mil novecientos cuarenta y cinco, hace 67 años, las banderas republicanas habían sustituido a las esvásticas y en la puerta principal colgaba una pancarta en la que se leía: «Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas libertadoras».

La larga dictadura española les desterró al olvido y lo que es casi peor, en el campo de concentración de Mauthausen brilla por su ausencia placa alguna del gobierno democrático español en recuerdo de la tragedia de aquellos españoles que lucharon por la libertad en España y junto al bando aliado durante la II Guerra Mundial.

Félix Pablo Escribano / Superviviente:

«Todavía me despierto llorando»

«No es posible imaginar lo que ocurría allí si no se ha vivido», dice Escribano, que pasó 5 años en Mauthausen.

Félix Pablo Escribano (Ávila, 1917) tenía 23 años cuando llegó a Mauthausen, el 24 de agosto de 1940, en la segunda expedición de españoles que ingresó en el campo. Estuvo allí hasta la liberación, el 5 de mayo de 1945. En su drillich (el traje a rayas de los prisioneros) llevaba el triángulo azul de los ‘apátridas’ y el número que fue su única identificación en el campo de exterminio: 4.143. Vive en París desde el final de la guerra y sólo ha regresado una vez a España, para asistir a una boda. A algunos miembros de su familia no los ve desde 1939.

–¿En qué ‘comandos’ de trabajo estuvo durante los cinco años?
–Comencé en la cantera. Al principio casi todos estábamos allí, porque había que sacar piedra para que terminaran el campo. Cuando llegamos nosotros aún no estaba terminado. Después estuve en limpieza, y en la cocina fue donde permanecí mas tiempo.

–¿Esa estancia en la cocina, que le permitiría comer mejor, salvó su vida?
–Sí, claro, aunque la comida teníamos que robarla. Cualquier cosa era mejor que la cantera. Trabajar allí era como estar en el infierno, porque había que subir aquellos 186 peldaños cargados con piedras y con unas pantuflas como único calzado. Siempre recordaré el ruido y los gritos de los prisioneros.

–¿Cuántas veces temió que no iba a llegar al día siguiente?
–Al entrar en el campo ya te decían que estabas condenado a muerte. Luego, cada noche te acostabas con el temor por lo que te esperaría por la mañana.

–¿El recuerdo de aquellos años le suscita aún temor?
–Hay días que me pregunto si de verdad estuve allí y pude sobrevivir. Recuerdo la cantera, y el olor a carne quemada que salía del crematorio. A veces todavía me despierto a media noche, y estoy llorando. Lo que yo he visto allí no puede ni imaginarse. Nadie puede imaginarse lo que ocurrió en el aquel campo si no lo ha vivido.

–¿Sufrió algún castigo especial?
–Una vez un oficial de las SS detectó que faltaba mantequilla. Nos reunió a todos los de la cocina para preguntar quién había sido. Nadie respondió, y nos castigó a todos con 25 golpes.

–¿Qué siente por Alemania y los alemanes?
–He pasado por Alemania para ir a Rusia y a Checoslovaquia, pero nunca me he detenido; no he querido hacerlo. Miro a los alemanes como si fueran mis enemigos.

–¿También a los jóvenes de 30 años?
–Sí. Mientras viva y mi cabeza esté en condiciones, no olvidaré lo que los alemanes hicieron.

Ramiro Santisteban rememora:

Tenía menos de veinte años cuando fue apresado por las tropas nazis y recluido en el campo de concentración de Mauthausen (Austria). Hoy, a sus noventa años, Ramiro Santisteban, rememora, de la mano de la periodista Paloma Sanz, su travesía por el infierno y la llegada al «paraíso» gracias al amor de su esposa Niní en el libro Amanece en París (Temas de hoy).
A principios de 1941, los nazis calificaron a Mauthausen como el único campo de categoría III, la categoría reservada a los campos con el régimen más duro. «Los españoles dimos ejemplo en un sitio no existía piedad, sólo muerte», advierte Santisteban, quien recuerda todavía con emoción, cómo la chimenea «echaba siempre humo».
Según precisó este español, quien se alistó en el Ejército Francés huyendo de la dictadura de Franco, más de 10.000 españoles pasaron por Mauthausen y sólo 1.200 salieron con vida. Pero muchos de ellos no lograron olvidar sus recuerdos y superar su lamentable estado de salud y murieron al poco tiempo. «Los españoles fuimos los primeros en llegar y los últimos en marcharnos porque nadie nos reclamaba», recuerda Antonio Ballesta, de 101 años, superviviente del campo de exterminio nazi de Mauthausen, muestra la cartilla de deportado político que le proporcionaron las autoridades francesas al ser leberado en mayo de 1945.

Es una serie de 4 documentales:

1 – Viaje al infierno
Direccion: Pedro Erquicia
Realizacion: Francesc Tomàs
Guion: Joan Sella Montserrat
Produccion: Amalia Leon
Fotografia: Ramon Pazos
Presentacion: Salvador Rich
AÑO: 2000

En Mayo de 2000 se cumplió el 55 aniversario de la liberación del campo de concentración de Mauthausen. En él murieron 5000 españoles. Hoy los supervivientes nos relatan como fué.

2 – El convoy de los 927

Un reportaje de Montse Armengou.
Realización: Ricard Belis.
Imagen: Walter Ojeda.
ENG: Eduard Quesada
Documentación: Montse Bailac
Producción: Muntsa Tarrés y Meritxell Ribas.
Montaje: M. Josep Tubella.
Montaje musical: Albert Carlota.
Postproducción de audio: Carles García

Todos los pasajeros eran republicanos españoles, no judíos. Fue el primer tren de civiles enviado a los campos nazis.
El largo camino que llevó a Jesús Tello a derribar la estatua del águila que presidía amenazadora la entrada del campo de concentración de Mauthausen empieza en la ciudad francesa de Angoulême. De allí partió un convoy con 927 españoles. Eran familias enteras, civiles refugiados en Francia que habían huido de Franco.
Ellos inauguraron, el 20 de agosto de 1940, los trenes de la muerte con destino a un campo de concentración nazi. Casi automáticamente asociamos esos trenes al holocausto judío. Pero en Europa occidental, los republicanos españoles tienen el triste honor de haber sido los primeros viajeros.
Ni un solo monumento honra su memoria en España, ni la más mínima conciencia de haber tenido ese macabro privilegio histórico. Ésta es su historia cuando se cumple el 60 aniversario del final de la II Guerra Mundial y de la liberación de los campos de exterminio.

3 – Francisco Boix, un fotógrafo en el infierno

AÑO: 2002

Francisco Boix, es el único español que declaró contra importantes miembros del gobierno nazi en el Proceso de Nuremberg. El documental nos narra la vida de este fotógrafo, que al exiliarse tras la Guerra Civil Española, acabó en el campo de concentración de Mauthausen.
Destinado en el laboratorio fotográfico del campo, consiguió sacar los negativos de unas 2.000 fotos que posteriormente servirían de prueba acusatoria en el famoso Juicio.
Francisco Boix, un fotógrafo en el infierno está dirigido por Llorenç Soler, un acreditado director de más de 30 documentales. Sus films han sido premiados en diversos festivales internacionales.

4 – La memoria del horror

La memoria del horror da voz a los republicanos españoles que fueron confinados en el campo de concentración nazi de Mauthausen, en un filme que pretende «recuperar la memoria histórica lapidada por el franquismo».
Así lo señaló el director del filme, Pau Vergara, quien confesó que había invertido un año de su vida en la elaboración de este documental, y que habla de los 7.000 españoles recluidos en Mauthausen, de los que más de 5.000 murieron allí de agotamiento y hambre.
«Sólo sobrevivieron alrededor de 2.000 españoles, y algunos de ellos murieron tras la liberación, debido a los males que habían acumulado durante su encierro», señaló Vergara, quien recordó cómo hacia el final de la Guerra Civil, ante el avance de las tropas franquistas, muchos republicanos se exiliaron a Francia, donde fueron destinados a campos de acogida en el sur del país.
«Al cabo de unos meses estalló la Segunda Guerra Mundial y la mayoría de los españoles de los campos de acogida entraron a combatir con el Ejército francés y fue allí, entre las filas de los aliados, donde fueron capturados por los nazis, que los deportaron a Mauthausen», indicó Vergara.
«Es una historia trágica, ya que después de la Guerra Civil, y después de pasar por el campo de concentración, muchos no podían volver a la España franquista y se quedaron a vivir en Francia», explicó el cineasta, quien, a la hora de documentarse sobre el tema, contó con la ayuda de Benito Bermejo, un historiador que ya había trabajado en varios documentales sobre Mauthausen, quien le sirvió de puente para localizar a los deportados.

Fuentes:

http://www.taringa.net/posts/info/16014374/Republicanos-Espanoles_-Mauthausen-campo-de-concentracion.html

http://www.rebeldemule.org/foro/especiales/tema304.html

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