Stalin y Mao Zedong, el otro revisionista

«El antistalinismo de Mao» – José Sotomayor Pérez – capítulo del libro »Stalin y Mao Zedong, el otro revisionista» Empty «El antistalinismo de Mao» – José Sotomayor Pérez – capítulo del libro »Stalin y Mao Zedong, el otro revisionista»

Capítulo de «Stalin y Mao Zedong, el otro revisionista»  – libro de  José Sotomayor Pérez

tomado en diciembre de  2011  del  blog GAR Kolektiboa

El antistalinismo de Mao

Según dicen los seguidores de Mao Zedong, el maoísmo ha superado al marxismo leninismo sobre la base de las críticas del líder chino a Stalin. He aquí un pasaje de una carta del Comité del Movimiento Revolucionario Internacionalista al Partido Comunista de Turquía:
«Mao hizo la muy importante crítica de que ‘en Stalin hubo mucho de metafísica’ y ‘que enseñó a mucha gente a ponerla en práctica’. En otras palabras, cuando Mao llevó el marxismo a una nueva etapa, un elemento decisivo fue su rechazo de los errores de Stalin».

El «rechazo de los errores de Stalin», por Mao, tiene una larga historia. No comienza con las felicitaciones a los revisionistas soviéticos, por su XX Congreso y el contenido infame del discurso secreto de Jruschov. En realidad, el rechazo a las tesis de Stalin sobre la Revolución China y a la Internacional Comunista, comenzaron a manifestarse en forma definida desde la Conferencia de Tsunyi, el año de 1935.

En Octubre de 1938, Mao publicó su informe político al VI Pleno del Comité Central del PCCh, «Sobre la Nueva Etapa», propugnando «la chinización del marxismo» y la lucha «contra los patrones de ultramar». La orientación general de este informe está dirigida a rechazar el marxismo leninismo, la experiencia soviética de edificación del socialismo y el rol dirigente de la Internacional Comunista. Es en este informe, «Sobre la Nueva Etapa», que Mao da a conocer su verdadera posición contraria a la Unión Soviética y al marxismo leninismo.

A comienzos de 1940, Mao publicó su conocida obra «La Nueva Democracia», en la que expone una teoría opuesta a la doctrina de Lenin sobre el desarrollo ininterrumpido de la revolución democrático burguesa hasta su transformación en revolución socialista. En esta obra Mao hace la defensa abierta de la burguesía, propugnando el desarrollo prolongado del capitalismo. La situación actual de China, tiene sus orígenes en la aplicación de las tesis contenidas en la «Nueva Democracia» de Mao Zedong.

Medio año antes de la invasión del ejército hitleriano a la URSS, Mao se pronunció por una alianza de la Unión Soviética con Alemania, Italia y el Japón, con el argumento de que estos países eran pobres y no se podía sacar ningún provecho de ellos, después de su derrota. Según Mao:
«Stalin y Dimitrov propusieron crear una alianza entre Inglaterra, Norteamérica, Francia y la URSS como frente único antifascista contra Alemania, Italia y Japón. El desarrollo de los acontecimientos demostró que esto fue un error. No hay que llevar las cosas a una alianza de Inglaterra, Norteamérica, Francia y la URSS, sino la Alianza de Alemania, Italia, Japón y la Unión Soviética». (39)
El antisovietismo y antistalinismo de Mao, se pusieron de relieve a partir del otoño de 1941, con el inicio de la denominada «campaña de rectificación del estilo».

Wang Ming, destacado dirigente del Partido Comunista de China, dice que en aquel entonces, Mao declaró, en conversaciones con Forman , lo siguiente:
«Nosotros no aspiramos al modelo social y político del comunismo de la Rusia Soviética. Más bien preferimos pensar que estamos haciendo algo parecido a la obra por la cual luchó Lincoln en la Guerra de Secesión: la liberación de los esclavos. Hoy tenemos en China muchos millones de esclavos subyugados por el feudalismo». (40)

Esta era una posición personal de Mao, porque el programa y la política del Partido Comunista de China, no tenían un carácter meramente liberal burgués, antifeudal. Lo que Mao perseguía con esta declaración era presentarse ante su interlocutor, como un simple dirigente agrario, amigo de los países capitalista y ajeno al socialismo.

Al haber cambiado radicalmente la situación de todo el continente asiático el año de 1945, como consecuencia de la derrota del Ejército japonés por el Ejército Soviético, Mao se vio obligado a practicar una política de acercamiento a la Unión Soviética, con el fin de recibir la inmensa ayuda que podía proporcionarle, pero al mismo tiempo seguían su coqueteos con los EE.UU. Esta es la razón de su presencia en las negociaciones de Chungking con Chiang Kai-shek, donde Hurley, embajador norteamericano en China, hizo de árbitro. Este hecho pone al desnudo las mentiras de las «Diez Grandes Relaciones», donde Mao, falsificando la historia, dice que Stalin comenzó por prohibirle hacer la revolución en el período de la Guerra de Liberación; que iniciada la guerra, creyó a medias en su fuerza y que «al triunfo de la guerra tuvo la sospecha de que se trataba de una victoria a lo Tito». (41)

La verdad es otra. En la Conferencia de Chungking, Mao, capituló al firmar el Convenio del 10 de octubre de 1945. Según este convenio, casi un total de 900,000 combatientes del PCCh podían formar solo nueve divisiones. «Y de estas nueve divisiones los comunistas podían formar independientemente solo tres. Las demás divisiones debían mezclarse con las tropas de Chang Kai Shek. Al mismo tiempo, se preveía entregar a Chang Kai Shek todas las zonas liberadas al sur del río Yang-tse controladas por el PCCh. Además se permitía a los principales órganos militares norteamericanos que abriesen en Yenan y Changkiakow (kalgan) dos escuelas militares para la recapacitación del personal de los ejércitos 8° y 4°(nuevo) con el concurso de los militares estadounidenses». (42)

Pese a que las cláusulas de este Convenio eran en extremo humillantes, Mao estampó su firma presionado por el embajador norteamericano, Hurley, quien le advirtió que si no firmaba, «no habría posibilidad de negociar». Es importante anotar que Mao abrigó la esperanza de que EE.UU. obligaría a Chang Kai Shek a formar un gobierno de coalición del Kuomingtan con el PCCh, y por eso en el otoño de 1946 invitó al general Marshall a que visite Yenan, en calidad de representante del presidente Truman, con la esperanza de que intercediera en una reconciliación con el Kuomingtan. Mientras tanto, EE.UU. armaba rápidamente las tropas de Chang Kai Shek, preparándolas para la guerra civil contra los comunistas.

Es necesario hacer estas referencias históricas, para demostrar que en sus «Diez Grandes Relaciones», Mao, calumnia a Stalin cuando dice que en el período de la Guerra de Liberación le «prohibió hacer la revolución», y otras mentiras semejantes, desmentidas categóricamente por Wang Ming, con citas textuales que ponen a luz la línea oportunista pro yanqui de Mao. Es necesario que se conozca que, inmediatamente después de la derrota del Ejército Japonés por el Ejército Soviético en la Segunda Guerra Mundial, todo el armamento capturado a los japoneses y el propio armamento del Ejército Rojo triunfante, fue entregado a los comunistas chinos, con el fin de que organizaran y equiparan su Ejército de Liberación.

El acercamiento permanente de Mao a EE.UU., durante todo el desarrollo de la revolución china, a la par que su hostilidad a la Internacional Comunista y su sordo encono contra Stalin, constituyen la línea general seguida por el PCCh, desde la Conferencia de Tsunyi, realizada el año de 1935. Fue una línea que no reflejaba los intereses del proletariado chino, sino de la burguesía nacional.

En su obra «Acerca de la Nueva Democracia», Mao hace la defensa de esta clase, al oponerse a la transformación de la revolución china en revolución socialista, con argumentos realmente deleznables, como los siguientes:

– La burguesía nacional tiene un carácter dual y participa en la revolución;
– Existe el imperialismo;
– En China existe el imperialismo y no se ha desarrollado el capitalismo.

En su obra titulada «Sobre el Tratamiento Correcto de las Contradicciones en el Seno del Pueblo», Mao dice:
«En nuestro país, la contradicción entre la clase obrera y la burguesía nacional hace parte de las contradicciones en el seno del pueblo. La lucha de clases entre la clase obrera y la burguesía nacional es, en general, una lucha de clases en las filas del pueblo, porque la burguesía nacional de china tiene doble carácter. En el período de la revolución democrático burguesa, ella tenía en su carácter tanto un lado revolucionario como otro conciliador. En el período de la revolución socialista, al tiempo que explota a la clase obrera obteniendo ganancias, apoya a la Constitución y se muestra dispuesta a aceptar la transformación socialista». (43)

Con semejante fundamentación filosófica del rol de la burguesía nacional china, era imposible que la revolución china, bajo la dirección de Mao Zedong, marchara en forma ininterrumpida de la etapa democrático burguesa a la etapa socialista. Considerar que el socialismo puede construirse con una burguesía que sigue explotando a los obreros, porque es una burguesía china, dispuesta a aceptar voluntariamente el socialismo, es una verdadera aberración. Así lo ha demostrado la experiencia histórica. La China capitalista actual es, en última instancia, producto de esta claudicante teoría de Mao.

El líder chino no quiso tener en cuenta la experiencia soviética, Su estrecho nacionalismo le hizo ver en Stalin un dogmático y metafísico, que utilizaba métodos «rígidos», refiriéndose a la lucha ideológico política que el gran sucesor de Lenin tuvo que librar, en el largo proceso de edificación del socialismo. En la Unión Soviética, también surgió la teoría sobre una burguesía con capacidad para integrarse al socialismo. Sobre esta cuestión Stalin dice:

«Pero ¿qué significa llevar a cabo la edificación del socialismo, si expresamos esta fórmula en un lenguaje concreto de clase? Llevar a cabo la edificación del socialismo en la URSS significa vencer en el curso de la lucha, con nuestras propias fuerzas, a nuestra burguesía, a la burguesía soviética. El problema se reduce, por tanto, a saber si el proletariado de la URSS es capaz de vencer a la burguesía propia, a la burguesía soviética. Por eso, cuando se pregunta si es posible llevar a cabo la edificación del socialismo en la URSS, con ello se quiere decir: ¿es capaz el proletariado de la URSS de vencer con sus propias fuerzas a la burguesía de la URSS? Así y sólo así se plantea la cuestión cuando se trata de resolver el problema de la edificación del socialismo en nuestro país». (44)

En el proceso de industrialización, los comunistas soviéticos realizaron verdaderas proezas, cuyo resultado fue calificado de «milagro económico». Hay que recordar que a fines de 1932, el producto industrial bruto había más que doblado con relación al de 1928. Los años 30 la producción industrial conoció una expansión gigantesca. En el decenio que va de 1927 a 1937 la producción industrial en bruto aumentó de 18,300 millones de rublos a 95,500 millones, la producción de acero subió de 3 millones de toneladas métricas, a 14,5; el carbón de 35.4 millones de metros cúbicos a 128; la potencia eléctrica de 5,1 miles de millones kilovatios-hora a 36,2; las máquinas herramientas de 2,098 unidades a 36,120. Esta acelerada industrialización, causó admiración al mundo entero y muchos observadores burgueses dijeron que estas realizaciones «causaban vértigo». Y todo esto se hizo en una URSS férreamente cercada por las potencias imperialistas.

Mao Zedong y sus seguidores conocían este «milagro», pero empeñados tercamente en seguir su propio curso, acompañados de su aliada la burguesía nacional china, terminaron lanzando la consigna de Bujarin: ¡enriqueceos! Así, el maoísmo, trajo al mundo a la actual multimillonaria burguesía china.

En el proceso de la edificación del socialismo en la URSS, la burguesía soviética fue vencida. Es claro que si Stalin y los bolcheviques, hubieran pensado como Mao, en la existencia de una burguesía soviética que al mismo tiempo que explotaba obreros podía integrarse al socialismo, aceptando y contribuyendo a su edificación, jamás hubiera triunfado el socialismo en la Unión Soviética. Fue la derrota contundente de las clases explotadoras, la que permitió la edificación completa del socialismo en la Unión Soviética de Lenin y Stalin. Después de 1953, año de la muerte de Stalin, la contrarrevolución revisionista tardó tres años para usurpar el poder del Partido y del Estado y dar comienzo al desmontaje del socialismo en la URSS y las democracias populares de la Europa oriental, excepto Yugoeslavia, que es un caso aparte, pues nunca fue socialista.

La defensa de la experiencia Yugoeslava, por Mao Zedong, no es casual; tampoco es casual que Stalin haya visto, desde un principio, que la revolución en China podía degenerar en posiciones iguales a las de Yugoeslavia. Mao, siempre consideró errónea la posición de Stalin frente a las desviaciones trotskistas de Tito. Defendiendo a este elemento ajeno al marxismo leninismo, Mao dijo:
«Es comprensible que los camaradas yugoeslavos guarden un resentimiento particular contra los errores de Stalin. En el pasado hicieron valiosos esfuerzos por mantenerse, en condiciones difíciles, fieles al socialismo, sus experiencias en la administración democrática de las empresas económicas y otras organizaciones sociales también han atraído la atención». (45)

Surge la pregunta ¿Cuáles fueron los errores de Stalin con relación a Tito y Yugoeslavia? Ningún marxista leninista consecuente puede negar validez y oportunidad a las observaciones que Stalin hizo a los comunistas yugoeslavos en su Carta del 4 de mayo de 1948, entre las cuales tienen gran importancia las siguientes:
«No es casual que los dirigentes del Partido Comunista Yugoslavo estén eludiendo la cuestión de la lucha de clases y la represión de los elementos capitalistas en las aldeas. Lo que es más, en los discursos de los dirigentes yugoeslavos no se menciona la cuestión de la diferencia de clases en las aldeas; se considera al campesinado como un todo orgánico, y el partido no analiza sus fuerzas en un esfuerzo por superar las dificultades que nacen del aumento de los elementos explotadores de las aldeas».

«Ello significa que el PCY está siendo adormecido por la teoría oportunista decadente de la integración pacífica de los elementos capitalistas en el socialismo, tomada de Berstein, Vollmar y Bujarin». (46)

Resulta claro que la defensa de «los camaradas yugoeslavos» por Mao, no es casual. Se trata de posiciones politico-ideológicas iguales frente a la burguesía, y su integración pacífica en el socialismo. Sin embargo, para el líder chino, no admitir semejante integración, constituye «metafísica» y «dogmatismo».

Fuentes:

https://www.forocomunista.com/t15002-el-antistalinismo-de-mao-jose-sotomayor-perez-capitulo-del-libro-stalin-y-mao-zedong-el-otro-revisionista/

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