Contra las ideas burguesas en el partido

De las

Obras Escogidas de Mao Tsetung

EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
PEKIN

 Primera edición 1977

Tomo V, págs. 107-16.

Digitalizado y preparado para el internet: Por el Movimiento Popular Perú de Alemania, 1993.
Esta edición: Marxists Internet Archive, mayo de 2001.
 


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CONTRA LAS IDEAS BURGUESAS
  EN EL PARTIDO[*]
12 de agosto de 1953

 

    Esta conferencia ha sido un gran éxito, y el Primer Ministro Chou En-lai ha hecho un magnífico balance.

    Podemos advertir ahora que, aún después de las campañas contra los «tres males» y contra los «cinco males», subsisten dentro del Partido dos tipos de errores de diferente carácter. Unos son errores ordinarios, como los «cinco excesos», que cualquiera de nosotros puede cometer y en los que puede incurrir hoy o mañana. El error de «cinco excesos» puede, por lo demás, convertirse en el de «cinco suficiencias». Los otros son errores de principio, como la tendencia al capitalismo. Se trata de un reflejo de la ideología burguesa en el seno del Partido, un problema de posición, de una posición contraria al marxismo-leninismo.

    Las campañas contra los «tres males» y contra los «cinco males» golpearon muy duramente las ideas burguesas dentro del Partido. Pero lo que en aquel entonces se golpeó en lo fundamental fueron sólo a las ideas burguesas manifiestas en la corrupción administrativa y el despilfarro, en tanto que permanecieron en pie las ideas burguesas reflejadas en problemas concernientes a la línea. Estas ideas se advierten no solamente en el trabajo económico-financiero, sino también en otros trabajos como el político-jurídico y el cultural-educacional, entre los camaradas tanto del nivel central como del local.

    Hemos venido criticando seriamente los errores cometidos en el trabajo económico-financiero desde diciembre pasado, cuando el camarada Po Yi-po formuló el nuevo régimen tributario de «igualdad entre las empresas estatales y las privadas»[1], hasta la presente 


    * Discurso pronunciado por el camarada Mao Tsetung ante la Conferencia Nacional sobre el Trabajo Económico-financiero celebrada en el verano de 1953.

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 conferencia. Si hubiéramos dejado que ese régimen siguiera su curso, nos habríamos apartado ineluctablemente del marxismo-leninismo y de la línea general del Partido para el período de transición y habríamos marchado hacia el capitalismo.

    ¿Supone el período de transición un desarrollo hacia el socialismo o un desarrollo hacia el capitalismo? Según la línea general del Partido, se trata del tránsito al socialismo, que exige una lucha bastante prolongada. A diferencia del caso de Chang Tsi-shan[2], el error que implica el nuevo régimen tributario es un problema ideológico, un problema de apartamiento de la línea general del Partido. Hay que emprender dentro de sus filas una lucha contra las ideas burguesas. Ideológicamente, existen en nuestro Partido tres tipos de gente: aquellos camaradas que son firmes, que nunca han vacilado y tienen un pensamiento marxista-leninista; aquellos otros cuyo pensamiento, siendo marxista-leninista en lo fundamental, se halla entremezclado con ideas no marxista-leninistas, y, en fin, un reducido número de personas que no son buenas, que tienen un pensamiento no marxista-leninista. En la crítica a las ideas erróneas de Po Yi-po, hay quienes dicen que su error es de individualismo pequeñoburgués. Esta afirmación es inapropiada. La crítica debe dirigirse principalmente contra sus ideas burguesas, que favorecen al capitalismo y perjudican al socialismo. Sólo una crítica como ésta es acertada. Ya dijimos que los errores oportunistas de «izquierda» eran reflejo del fanatismo pequeñoburgués en el Partido y que habían surgido en períodos de ruptura con la burguesía. En cambio, en los tres períodos de cooperación con la burguesía, esto es, el de la primera cooperación entre el Kuomintang y el Partido Comunista, el de la Guerra de Resistencia contra el Japón y el actual, ha sido siempre la ideología burguesa la que ha influido sobre una parte de los militantes, haciéndoles vacilar. Son éstas las circunstancias en las que Po Yi-po ha cometido su error.

    El error de Po Yi-po no es un caso aislado. Errores semejantes se observan no solamente en el nivel central sino también en el nivel regional y el provincial (municipal). Cada gran región administrativa y provincia (municipio) debe efectuar una reunión para examinar su trabajo conforme a la resolución de la II Sesión Plenaria del VII Comité Central y al balance de la presente conferencia, con miras a educar a los cuadros.

    Recientemente hice un recorrido por Wuján y Nankín, recorrido que me permitió conocer muchas cosas y fue muy provechoso. Permaneciendo en Pekín, apenas me entero de nada; me propongo hacer

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       giras en adelante. Los organismos dirigentes centrales son fábricas donde salen ideas como productos; si no están al tanto de lo que ocurre en la base, es decir, si no tienen materias primas ni productos semielaborados, ¿cómo podrán fabricar productos? Hay productos habiendo sido elaborados por las localidades, los organismos dirigentes centrales no tienen más que divulgar por todo el país. Por ejemplo, la campaña

      contra los viejos «tres males» y la campaña contra nuevos «tres males»

[3]

      fueron iniciadas, ambas, por los organismos locales. Los departamentos centrales emiten instrucciones a tontas y a locas. Lo que sacan estos departamentos debería ser de primera calidad, pero, realmente, es de calidad inferior y un gran número de productos son cosas inservibles, sin ningún valor de uso. Los mismos dirigentes de las grandes regiones administrativas y de las provincias (municipios) son fábricas locales de donde salen ideas productos, que deben ser también de primera calidad.

    El error de Po Yi-po es un reflejo de la ideología burguesa. Favorece al capitalismo, perjudica al socialismo y al semisocialismo y va contra la resolución de la II Sesión Plenaria del VII Comité Central.

    ¿En quién debemos apoyarnos? ¿En la clase obrera o en la burguesía? A este respecto, la antedicha resolución expresa con claridad palmaria que «debemos apoyarnos de todo corazón en la clase obrara». Agrega además que, con referencia al problema de la restauración y el desarrollo de la producción, debemos tener bien definido el siguiente orden: En primer lugar está la producción de la industria estatal; en segundo, la de la industria privada, y en tercer lugar, la artesanal. El énfasis recae en la industria, siendo su sector prioritario la industria pesada, que pertenece al Estado. De los cinco sectores de la economía que actualmente existen en nuestro país, el estatal es el sector dirigente. La industria y el comercio capitalistas deben ser conducidos gradualmente a la órbita del capitalismo de Estado.

    La resolución de la II Sesión Plenaria señala que, sobre la base del desarrollo de la producción, es necesario mejorar las condiciones de vida de los obreros y del resto del pueblo trabajador. A esto no le «prestan atención los que albergan ideas burguesas; Po Yi-po es un representante de ellos. Tenemos que poner el acento en el desarrollo de la producción, pero es imprescindible dar consideración a ambos aspectos: el desarrollo de la producción y el mejoramiento de las condiciones de vida del pueblo. No debemos dejar de procurar el bienestar del pueblo; es tan inconveniente procurarlo en exceso como

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 inadmisible renunciar por completo a hacerlo. Son todavía bastantes los cuadros que no prestan atención a la vida del pueblo, que no se preocupan de su suerte. En Kuichou, hace algún tiempo, un regimiento ocupó grandes extensiones de tierras de los campesinos; éste fue un grave atentado contra los intereses del pueblo. Es incorrecto no preocuparse por la vida del pueblo, mas el énfasis debe estar en la producción y la construcción.

    Por lo que se refiere a la utilización, restricción y transformación de la economía capitalista, este problema también fue tratado ya con mucha claridad en la II Sesión Plenaria. La resolución señala que no se debe permitir que la economía capitalista privada se desarrolle sin freno, sino que es necesario limitarla empleando diversos medios: la restricción de la esfera de sus actividades, la política tributaria, los precios de mercado y las condiciones de trabajo. La relación economía socialista-economía capitalista es una relación entre lo dirigente y lo dirigido. La restricción y la resistencia a la restricción constituyen la forma principal de la lucha de clases en el Estado de nueva democracia. Ahora bien, el nuevo régimen tributario, que preconiza la «igualdad entre las empresas estatales y las privadas», contraviene la línea que erige a la economía estatal en sector dirigente.

    En lo que respecta a la cooperativización de la economía agrícola y la economía artesanal individuales, la resolución de la II Sesión Plenaria dice explícitamente:

              «Tales cooperativas son organizaciones económicas colectivas de las masas trabajadoras, basadas en la propiedad privada y que se hallan bajo la conducción del Poder estatal dirigido por el proletariado. El atraso cultural del pueblo chino y su falta de tradición en materia de cooperativas nos acarrearán graves dificultades para la popularización y el desarrollo del movimiento cooperativista; sin embargo, las cooperativas pueden ser organizadas, y deben ser organizadas, generalizadas y desarrolladas. Si contáramos sólo con la economía estatal y careciéramos de la economía cooperativa, nos sería imposible conducir gradualmente hacia la colectivización la economía individual del pueblo trabajador, imposible pasar del Estado de nueva democracia al futuro Estado socialista e imposible consolidar la hegemonía del proletariado en el Poder estatal.»

Esta resolución fue adoptada en marzo de 1949; pero son bastantes los camaradas que la han pasado por alto y la toman como una novedad,

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       siendo que se trata de algo viejo. Po Yi-po escribió un artículo titulado «Reforzar la labor política del Partido en el campo», en el cual afirma que el camino que conduce a los campesinos individuales a 1a colectivización por medio de la ayuda mutua y la cooperación «es mera utopía, pues los actuales equipos de ayuda mutua se basan en la economía individual, y es imposible que sobre esta base se desarrollen gradualmente hasta convertirse en granjas colectivas, y más imposible todavía colectivizar la agricultura en su conjunto a través de tal camino». Esto va en contra de la resolución del Partido.

    Hoy existen dos tipos de frente único, dos tipos de alianza. Una es la alianza entre la clase obrera y el campesinado, que constituye el cimiento, y la otra, la que existe entre la clase obrera y la burguesía nacional. Los campesinos son trabajadores y no explotadores; la alianza de la clase obrera con el campesinado es duradera. Sin embargo, entre la clase obrera y el campesinado hay contradicciones. Debemos conducir gradualmente a los campesinos de la propiedad individual a la propiedad colectiva, con sujeción al principio de voluntariedad. En el futuro existirán igualmente contradicciones entre la propiedad estatal y la colectiva. Todas ellas son contradicciones no antagónicas. En cambio, la contradicción entre la clase obrera y la burguesía es antagónica.

    Indefectiblemente, la burguesía trata de corromper a la gente disparándole proyectiles almibarados. Estos proyectiles de la burguesía son materiales unos y espirituales otros. Uno de estos proyectiles almibarados espirituales ha dado en un blanco: Po Yi-po, cuyo error se debe a que se dejó influenciar por la ideología burguesa. El editorial que propagandizó el nuevo régimen tributario cosechó aplausos de la burguesía, lo que trajo alegría a Po Yi-po. Previamente él había consultado a la burguesía sobre el nuevo régimen tributario y concluido con ella un pacto de caballeros, y en cambio no informó sobre ese régimen al Comité Central. En aquel entonces, el Ministerio de Comercio y la Federación Nacional de Cooperativas de Abastecimiento y Venta se mostraron desacordes con tal régimen, y el Ministerio de la Industria Ligera también quedó descontento. Del total de 1.100.000 cuadros y miembros del personal de los sistemas financiero, económico y comercial, la aplastante mayoría son buenos, y los que no, apenas constituyen un pequeño número. Estos últimos pueden, a su vez, ser divididos en dos partes: elementos contrarrevolucionarios, que deben ser depurados, y revolucionarios, militantes y no militantes, que han

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 cometido errores y para con los cuales debemos emplear el método de crítica y educación a fin de transformarlos.

    Con miras a asegurar el triunfo de la causa socialista, es necesario desatar en todo el Partido, y primeramente en los organismos dirigentes del Partido, gobierno, ejército y organizaciones populares a nivel central, regional y provincial (municipal), una lucha contra la errónea tendencia oportunista de derecha, es decir, contra las ideas burguesas en el seno del Partido. Las grandes regiones administrativas y provincias (municipios) deben convocar oportunamente reuniones con la participación de los secretarios de los comités prefecturales del Partido y los comisionados de prefectura[4], a fin de abrir la crítica y la discusión y dejar en claro lo que es el camino socialista y lo que es el camino capitalista.

    A fin de asegurar el triunfo de la causa socialista, es imperativo practicar la dirección colectiva y luchar contra el dispersionismo y el subjetivismo.

    Actualmente tenemos que combatir el subjetivismo, tanto en su manifestación de ciego avance temerario como en su manifestación de conservatismo. En el pasado, durante la revolución de nueva democracia, se cometieron errores subjetivistas, unos de derecha y otros de «izquierda». Chen Tu-siu y Chang Kuo-tao incurrieron en errores de derecha, y Wang Ming cometió, primero, errores de «izquierda» y luego de derecha. Durante la campaña de rectificación en Yenán, concentramos nuestras energías en la lucha contra el dogmatismo y de paso combatimos el empirismo; ambos son subjetivismo. Si la teoría no se integra con la práctica, la revolución no podrá triunfar. La campaña de rectificación resolvió este problema. Fue acertado aplicar la política de «sacar lecciones de los errores pasados para evitarlos en el futuro, y tratar la enfermedad para salvar al paciente». La crítica, firme y radical, que estamos haciendo a Po Yi-po, encierra el propósito de ayudar a corregir sus errores a quienes los han cometido, y de asegurar la marcha victoriosa del socialismo. También ahora, cuando vivimos el período de la revolución socialista, se hace presente el subjetivismo. Tanto la precipitación y el avance temerario como el conservatismo implican actuar al margen de la realidad, son subjetivismo. Si no terminamos con el subjetivismo, no podremos obtener éxitos ni en la revolución ni en la construcción. En el período de la revolución democrática, utilizando como método la campaña de rectificación, corregimos los errores de subjetivismo y así logramos la unidad de todos los camaradas del Partido, tanto de los que seguían la línea

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       correcta como de los que habían cometido errores; ellos partieron de Yenán, con nuevos bríos, para los distintos frentes de batalla, y todo el Partido, unido en apretado haz, conquistó la victoria nacional. Ahora nuestros cuadros son más maduros y su nivel político, más alto; espero que en un plazo no muy largo terminemos fundamentalmente con el subjetivismo en el trabajo de dirección, logrando que lo subjetivo concuerde con lo objetivo.

    La clave para la solución de todos estos problemas consiste en fortalecer la dirección colectiva y combatir el dispersionismo. Siempre nos hemos opuesto al dispersionismo. El 2 de febrero de 1941, el Comité Central impartió instrucciones a los burós regionales del CC y altos mandos del Ejército, estipulando la obligación de pedir autorización al CC antes de emitir cualquier mensaje público, manifiesto o directiva interna de importancia nacional. En mayo, el CC impartió una directiva sobre la unificación de la propaganda que hacíamos en las bases de apoyo para fuera de ellas. El 1ƒ de julio del mismo año, con motivo del XX aniversario de la fundación del Partido, hizo pública una decisión sobre el fortalecimiento del espíritu de partido, en que subrayaba la lucha contra el dispersionismo. Fue todavía mayor el número de instrucciones sobre esta lucha dadas en 1948 por el CC. El de enero, éste emitió una directiva sobre la creación de un sistema de informes y, en marzo, una directiva adicional. La reunión del Buró Político celebrada en septiembre del mismo año adoptó una resolución sobre el sistema de informes y solicitud de instrucciones al CC. El 20 de septiembre, el CC tomó una decisión sobre el fortalecimiento del sistema de comités del Partido. El 10 de marzo de 1953, aprobó una decisión acerca del fortalecimiento de la dirección del Partido sobre el trabajo del Gobierno, con miras a evitar el peligro de que los departamentos gubernamentales se divorciaran de la dirección del CC del Partido.

    La centralización y la dispersión se hallan en constante contradicción. Después de nuestra entrada en las ciudades, el dispersionismo ha cobrado desarrollo. Para resolver esta contradicción, es preciso que todos los problemas principales e importantes sean primero discutidos y decididos por los comités del Partido y que luego el gobierno se encargue de ejecutar las decisiones tomadas. Por ejemplo, determinaciones tan importantes como las referentes a la erección del Monumento a los Héroes del Pueblo en la Plaza Tienanmen y a la demolición de la muralla de la ciudad de Pekín fueron tomadas por el CC, quedando su ejecución a cargo del Gobierno. Los problemas de segundo orden

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 pueden ser resueltos por los grupos dirigentes del Partido en los departamentos gubernamentales, pues es imposible que el CC lo tome todo en sus manos. La lucha contra el dispersionismo gana plenamente el corazón de la gente, porque la inmensa mayoría de los camaradas del Partido están interesados en la dirección colectiva. En el Partido se observan tres tipos de personas a juzgar por su actitud hacia la dirección colectiva. Del primer tipo son los que se interesan por la dirección colectiva. Del segundo, los que se interesan poco por ella y consideran que mejor sería que el comité del Partido no interviniera en su trabajo, aunque también podría intervenir. «Mejor sería que no interviniera» expresa su carencia de espíritu de partido; «también podría intervenir» y ayudarles mediante la persuasión y educación, a superar su carencia de espíritu de partido. De otro modo, cada ministerio actuaría por su propia cuenta, y entonces el CC no podría dirigir los ministerios, ni los ministros a los jefes de departamento, ni los jefes de sección a los jefes de subsección; en fin, nadie podría dirigir a nadie, y surgirían muchos reinos y ochocientos soberanos. El tercer tipo lo constituye una exigua minoría de personas; ellas se oponen obstinadamente a la dirección colectiva y consideran que lo mejor sería que el comité del Partido nunca interviniera en su trabajo. En la decisión sobre el fortalecimiento del espíritu de partido, se puso énfasis en la necesidad de observar estrictamente los principios disciplinarios del centralismo democrático, que son la subordinación de la minoría a la mayoría, del militante a la organización, del nivel inferior al nivel superior y de todo el Partido al Comité Central (en este último caso, la subordinación de la mayoría a una minoría que representa a la mayoría). Si usted tiene opiniones, expóngalas; pero sabotear la unidad del Partido es la mayor ignominia. Sólo apoyándonos en la experiencia política colectiva y en la sabiduría colectiva, podemos asegurar que sea acertada la dirección del Partido y del Estado e inconmovibles la unidad y cohesión de las filas del Partido.

    En la presente conferencia, Liu Shao-chi dijo que había cometido un tantico de errores, y el camarada Teng Siao-ping también dijo que había cometido un tantico de errores. Toda persona, sea quien fuere, tiene que hacer una autocrítica si ha cometido un error, y aceptar la supervisión partidaria y la dirección del comité del Partido del nivel correspondiente: he aquí el requisito principal para poder cumplir las tareas del Partido. En todo el país son muchos los que viven a costillas del anarquismo. Po Yi-po es uno de ellos. El ha degenerado hasta

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       cierto punto en lo político e ideológico, y es completamente necesario criticarlo.

    Por último, digamos que es menester propugnar la modestia, el afán de aprender y el espíritu de perseverancia.

    Debemos ser perseverantes. Por ejemplo, en la Guerra de Resistencia a la Agresión Norteamericana y en Ayuda a Corea hemos asestado al imperialismo norteamericano un golpe tan duro que éste nos tiene gran miedo. Esto es un factor favorable y un importante requisito para la construcción de nuestro país. Lo más importante es que nuestro ejército ha adquirido un nuevo temple, haciéndose más valientes los soldados y más sagaces los oficiales. Naturalmente, pagamos un precio en vidas y en dinero. Pero nosotros no tememos en absoluto los sacrificios; una vez emprendida una acción, la llevamos hasta el fin. Cuando Ju Tsung-nan atacó la Región Fronteriza de Shensí-Kansú-Ningsia, de las cabeceras de distrito nos quedó una sola y, aunque nos vimos obligados a alimentarnos de hojas de árboles no nos retiramos de esa región; es esta tenacidad la que necesitamos.

    Debemos aprender de otros, guardarnos del engreimiento y no mirar a los demás por encima del hombro. El huevo de ganso tiene en menos al huevo de gallina, y los metales ferrosos, a los metales raros; esta actitud de menosprecio no es científica. China es un país grande, y nuestro Partido es un partido grande, pero esto no nos confiere ninguna razón para despreciar a los países y partidos pequeños. Debemos mantener siempre la disposición de aprender de los pueblos de los países hermanos y actuar con un verdadero espíritu internacionalista. En el campo del comercio exterior, hay quienes se portan con arrogancia y fatuidad; ésta es una actitud errónea. Es preciso realizar un trabajo de educación en todo el Partido y, de modo particular, con el personal que va al extranjero. Debemos estudiar y trabajar con ahínco a fin de coronar en lo fundamental la industrialización socialista y las transformaciones socialistas en un plazo de quince años o algo más. Incluso para entonces, cuando nuestro país se haya hecho poderoso, debemos seguir siendo modestos y mantener siempre la disposición de aprender de los demás.

    En la II Sesión Plenaria del VII Comité Central se tomaron algunas determinaciones que no fueron consignadas en su resolución. Primero, no celebrar cumpleaños. Celebrarlos no da larga vida a nadie. Lo importante es realizar bien nuestro trabajo. Segundo, no hacer regalos. O, al menos, no dentro del Partido. Tercero, hacer menos brindis, aunque es permisible brindar en ciertas ocasiones. Cuarto, aplaudir

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 menos. Pero no hay que prohibir los aplausos ni echar un balde de agua fría a las masas, que expresan así su entusiasmo. Quinto, no bautizar lugares con nombres de personas. Sexto, no colocar a camaradas chinos en el mismo plano que Marx, Engels, Lenin y Stalin. Así debe ser, pues se trata de una relación entre discípulos y maestros. Cumplir estas determinaciones significa tener una actitud de modestia.

    En síntesis, debemos mantener la modestia, el afán de aprender y el espíritu de perseverancia y atenernos firmemente al sistema de dirección colectiva, para llevar a cabo las transformaciones socialistas y conseguir el triunfo del socialismo.


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NOTAS

[1]Este nuevo régimen tributario fue formulado en diciembre de 1952 y entró en vigor en enero de 1953;. So pretexto de una pretendida «igualdad entre las empresas estatales y las privadas», aliviaba en realidad la carga tributaria de la industria y comercio privados agravando la de las empresas estatales y las cooperativas. Por eso, iba en beneficio de los capitalistas y lesionaba a la industria y al comercio de los sectores estatal y cooperativo. El error fue rectificado poco después de la crítica hecha por el camarada Mao Tsetung.    [pág. 107]

[2]En un tiempo secretario del Comité del Partido en la Prefectura de Tientsín. Corrompido por la burguesía, degeneró en gran desfalcador y fue condenado a muerte en la campaña contra los «tres males».    [pág. 108]

[3]Con la primera se refiere a la lucha librada en 1951 contra la corrupción administrativa, el despilfarro y el burocratismo, y con la segunda, a la lucha librada en 1953; contra el burocratismo, el autoritarismo y la violación de la ley y la disciplina.    [pág. 109]

[4]Responsables administrativos de las oficinas prefecturales, organismos de autoridad delegada por los comités populares de provincia o región autónoma y cuya jurisdicción abarca varios distritos.   [pág. 112]

Fuentes:

https://www.marxists.org/espanol/mao/escritos/CBI53s.html

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