Alexander Rubinstein / The Grayzone
(Traducción de Eva Lagunero para Canarias-Semanal.org.-)
Mediante el apoyo financiero a la Guardia Costera de Libia y al Directorio Libio para la Lucha contra la Migración Ilegal, la Unión Europea ha contribuido y sido cómplice de crímenes de lesa humanidad, según un reciente informe de la ONU.
El 27 de marzo de 2023, la ONU publicó los resultados de tres años de investigación y confirmó que “la detención arbitraria, el asesinato, la violación, el esclavización, la esclavitud sexual, las ejecuciones extrajudiciales y la desaparición forzosa” se han convertido en “prácticas generalizadas” en lo que un día fuera la próspera nación libia, sumida en guerra civil por la OTAN hace una década.
Aunque los crímenes de lesa humanidad se extienden por todo el país, el informe se detiene en el sufrimiento de los migrantes y culpa a la Unión Europea de permitir que el Gobierno de Unidad Nacional de Trípoli cometa abusos con los africanos que buscan asilo en Europa.
El informe declara en su introducción que:
“La Misión halló que se cometieron crímenes de lesa humanidad contra migrantes en los lugares de detención que están bajo el control real o nominal del Directorio para la Lucha contra la Migración Ilegal de Libia, la Guardia Costera Libia y el Aparato de Apoyo a la Estabilidad. Estas entidades reciben ayuda técnica, logística y financiera de la Unión Europea y sus Estados miembros para que, a cambio, intercepten y devuelvan a los migrantes”.
En otras palabras, más que interceptar directamente a los migrantes que viajan en embarcaciones a Europa, la Unión Europea ha externalizado este trabajo sucio a la Guardia Costera Libia. Una vez que la Guardia Costera detiene a los migrantes, los devuelve a Libia y los transfiere a prisiones tanto oficiales como “secretas” donde a menudo se les explota para sacar beneficio económico mediante el trabajo forzado, el pago de rescates o la esclavitud sexual.
“Hay fundamentos razonables para creer que los migrantes fueron esclavizados en los centros de detención del Directorio para la Lucha contra la Migración Ilegal” (DCIM por sus siglas en inglés) dice el informe; y añade que el personal de la DCIM y de la Guardia Costera están implicados “a todos los niveles”, mientras que hay una “connivencia” de los altos mandos con los traficantes y contrabandistas, tanto durante la detención como en la interceptación.
“La Misión también encontró evidencias razonables para creer que los guardias exigían y recibían pagos por poner en libertad de los migrantes. La trata, la esclavización, el trabajo forzado, el encarcelamiento, la extorsión y el contrabando generaron sustanciosos ingresos a individuos grupos e instituciones del Estado”, sostiene el informe.
En 2017, los medios internacionales informaron del resurgimiento del comercio de esclavos en Áfrcia como consecuencia de la operación de cambio de régimen apoyada por la OTAN para deponer al líder libio Moammar Gaddafi. La ONU ha confirmado ahora que esta práctica no sólo persiste, sino que ha sido permitida por la Unión Europea.
“El apoyo dado por la UE a la Guardia Costera Libia… ha llevado a la violación de ciertos derechos humanos”, dijo a los periodistas el investigador de la ONU, Chaloka Beyani.
“Queda claro también que el DCIM tiene responsabilidad en multitud de crímenes de lesa humanidad en los centros de detención que regenta. El apoyo que recibe de la UE lo ha facilitado. Aunque no decimos que la UE y sus Estados miembros hayan cometido estos crímenes, el tema es que ese apoyo los ha facilitado y son cómplices”.
Según el informe de 2021 de Brookings Institution, desde 2015 la UE ha canalizado 455 millones de dólares a la Guardia Costera Libia y otras agencias gubernamentales.
Mientras tanto, una investigación conjunta de Outlaw Ocean Project y The New Yorker concluyó que el dinero de la UE
“paga por todo, desde los autobuses que transportan a los migrantes capturados en el mar desde el puerto a las prisiones, a las bolsas usadas para cubrir los cadáveres de los migrantes que mueren en el mar o mientras están detenidos«.
Según esta investigación, el Directorio de Libia para la Lucha contra la Migración Ilegal “recibió 30 Toyotas todoterreno especialmente adaptados para interceptar migrantes en el desierto meridional de Libia”, aunque el dinero de la UE también contribuyó a la compra por parte del DCIM de “10 autobuses para llevar a los migrantes capturados a las embarcaciones que les trasladan a las prisiones tras su detención”.
El violento derrocamiento del gobierno de Gaddafi en 2011 por parte de la OTAN y las bandas de salafistas que patrocinó sumieron a Libia en un estado de guerra civil durante la cual algunas partes del país fueron tomadas por Al Qaeda y bandidos asociados al ISIS. Cuando la OTAN y sus yihadistas le acorralaron, Gaddafi avisó de que su desalojo resultaría en la desestabilización de regiones enteras del continente y en una nueva crisis migratoria en Europa que transformaría el Mediterráneo en un “mar de caos”.
También el hijo de Gaddafi advirtió en aquellos momentos que
“Libia puede convertirse en la Somalia del Norte de África, del Mediterráneo. Veréis piratas en Sicilia, en Creta, en Lampedusa. Veréis millones de inmigrantes ilegales. El terror estará a la vuelta de la esquina”.
El investigador de la ONU, profesor Beyani, culpó a la actual crisis libia de una “contienda por el poder”, en alusión al vacío de poder que Occidente creó en Libia con su guerra, aunque evitó cualquier referencia directa a ello. El Observatorio de Derechos Humanos tampoco se ha referido a la intervención de la OTAN de 2011 en su noticia sobre el informe de la ONU, que describió como “ brutal e irrecusable”. Quizás sea porque su director en aquel momento, Ken Roth, fue un firme partidario de la ofensiva.
La transformación de Libia en un infierno anárquico ha reducido considerablemente el riesgo de que los posibles migrantes a Europa sean detectados por la autoridades de la UE. El informe de la ONU estima que, durante partes de su investigación, hubo más de 670.000 migrantes presentes en Libia.
La falta de un gobierno central fuerte y estable en Trípoli ha facilitado que se desarrolle toda una industria de la explotación de migrantes como modelo de negocio. “La detención, la trata de migrantes, es un gran negocio en Libia. Es un proyecto empresarial”, dijo Beyani a France 24 tras la publicación del informe.
Mientras la Corte Penal Internacional ha encausado al presidente Vladimir Putin bajo alegaciones cocinadas por investigadores patrocinados por el Departamento de Estado de EE.UU, el tratamiento que ha recibido el nuevo informe de la ONU sobre Libia por parte de EE.UU y los medios europeos ha sido en gran medida una nota a pie de página, a pesar de que Occidente ha sido el principal arquitecto de la pesadilla que sufre el país libio.
Fuentes:
https://canarias-semanal.org/art/34395/gracias-a-la-union-europea-el-mercado-de-esclavos-en-libia-es-un-gran-negocio