Stalin y la lucha por la reforma democrática (Grover Furr)

«Este artículo destaca los intentos de José Stalin y la dirección bolchevique, desde los años 30 hasta la muerte del primero, para democratizar el gobierno de la Unión Soviética. Esta afirmación, y el artículo entero, sorprenderán a muchos, y escandalizará a algunos. De hecho, mi sorpresa ante los resultados de esta investigación me llevó a escribir este artículo. He sospechado durante mucho tiempo que la versión tipo «guerra fría» de la historia soviética tenía serios agujeros. Pero así todo, no estaba preparado para la magnitud de las falsedades de las que he tenido conocimiento.

Esta historia es bien conocida en Rusia, en donde el respeto e incluso la admiración de Stalin es común. Yuri Zhukov, el principal historiador ruso que avanzó el paradigma de «Stalin, demócrata», y cuyos trabajos son la mas importante fuente individual aun cuando no la única para este artículo, es una figura principal, relacionada con la Academia de Ciencias. Sus trabajos son ampliamente conocidos.

Sin embargo, esta historia, y los hechos que la apoyan, son virtualmente desconocidos fuera de Rusia, en donde el paradigma de la Guerra Fría «Stalin, malvado» domina tanto lo publicado que los trabajos aquí citados aún están escasamente nombrados».

Así comienza el historiador Grover Furr, de la Universidad Estatal de Montclair, Nueva Jersey, su obra Stalin y la lucha por la reforma democrática que, como él mismo afirma, rompe con muchos de los tópicos sobre el revolucionario georgiano inventados por Occidente o por aquellos que en la propia Unión Soviética se enfrentaron a él y a los que como él pensaban que había que defender con uñas y dientes el contacto del partido con los trabajadores, y que son aceptadas como verdades indudables por la mayoría, a pesar de los datos en su contra cada vez mas abundantes. De hecho, los que criminalizaron desde dentro a Stalin, acabarían provocando, años después, la caída de la Unión Soviética.

No obstante, como el mismo Stalin expresó a la perfección, recurriendo a la mitología clásica, en su discurso del 5 de marzo de 1937, que luego se incluiría como conclusión del Breve curso sobre la historia del Partido Comunista de la URSS, y en el que describe lo que sucederá con todos los partidos comunistas, incluido en soviético, cuando la dirección se elitiza y pierde el contacto con las masas.

«Se puede reconocer como norma que, mientras conserven el contacto con las grandes masas del pueblo, los bolcheviques serán invencibles. Y, al contrario, en cuanto se desliguen de las masas y pierdan el contacto con ellas, en cuanto se dejen cubrir por la herrumbre burocrática, perderán toda su fuerza y quedarán anulados.

Los griegos de la antigüedad tenían en su mitología un héroe famoso, Anteo, que era, según la leyenda, hijo de Poseidón, dios de los mares y de Gea, diosa de la tierra. Anteo quería mucho a su madre, que lo había dado a luz y lo había criado y educado. No existía héroe al cual no hubiera vencido dicho Anteo. Se consideraba como un héroe invencible. ¿En qué consistía su fuerza? Consistía en que, siempre que se sentía a punto de verse vencido en la lucha contra un enemigo, tocaba la tierra, su madre, que lo había dado a luz y criado, y ésta le infundía nuevo vigor. Pero Anteo tenía su punto débil: era el peligro de verse separado de la tierra. Sus enemigos conocían esta debilidad suya y lo acechaban. Y he aquí que un día, un enemigo se aprovechó de esta debilidad, venciéndole. Este enemigo era Hércules. ¿Cómo lo venció? Lo separó de la tierra y lo levantó en vilo, quitándole la posibilidad de tocar la tierra y ahogándole así en el aire.

A mí me parece que los bolcheviques recuerdan a Anteo, el héroe de la mitología griega. Los mismo que Anteo, son fuertes, porque mantienen contacto con su madre, las masas, las que los dieron a luz, los criaron y educaron. Y mientras mantengan el contacto con su madre, el pueblo, cuentan con todas las posibilidades de ser invencibles.

En esto está la clave de por qué la dirección bolchevique es invencible.

Desafortunadamente, la propaganda y la mentira han extendido una imagen de un Stalin muy beneficiosa para la clase capitalista en todo el mundo: en primer lugar, con el fin de acabar con el peligro de que los trabajadores sometidos a las dictaduras capitalistas quisieran alcanzar los logros de sus camaradas soviéticos; en segundo lugar, logrando que el Partido Comunista de la Unión Soviética abandonara los principios defendidos por Stalin, Kalinin, Molotov, Vorosilov, y tantos otros, el marxismo-leninismo, iniciando la pendiente que, como sucedió, tal como describiera el líder soviético con el ejemplo de Anteo, terminará provocando la reinstauración del capitalismo en el pais de los trabajadores (y de rebote también los recortes y las agresiones a la clase obrera en los países en los que hasta entonces se habían cuidado mucho de mantenerla suficientemente contenta para evitar que volvieran a mirar hacia el modelo de las repúblicas soviéticas).

En realidad, los principales obstáculos para lograr esa «democratización» soviética por la que tanto lucharon los verdaderos bolcheviques en la época en la que Stalin era la figura más visible del colectivo que gobernaba la URSS, fueron aquellos que acabarían, tras la muerte de este, criminalizando su biografía y su obra, y destruyendo todo aquello por lo que lucharon tanto Lenin, como él, o como el resto de comunistas que seguían creyendo en la construcción del comunismo en la URSS y, en el futuro, inevitablemente, en todo el mundo.

Por supuesto, cuando Furr se refiere a un «Stalin demócrata» no tiene nada que ver con esta falsa democracia que se impone en las dictaduras capitalistas y en las que los trabajadores no deciden nada en realidad: la estafa que se suele llamar «democracia burguesa» y que solo es una tapadera para crear una falsa apariencia de elección entre los que producen la riqueza, mientras los que siguen controlándola, se vote a quien se vote, son los mismos de siempre.

Se trata, ni más ni menos, de que los que controlen el partido comunista y, en realidad, todo el poder, sean los propios trabajadores, incluyendo los no afiliados, y de que Anteo no se olvide de seguir manteniendo siempre los pies en la tierra y el apoyo de las masas.

Stalin y la lucha por la reforma democrática, del profesor Grover Furr, se puede leer completo en los siguientes links:

Primera parte

Segunda parte

Fuentes:

http://agendacomunistavalencia.blogspot.com/2016/07/stalin-y-la-lucha-por-la-reforma.html

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