El Euromaidan inspirado por Occidente en el invierno de 2013-2014 y el posterior golpe de estado convirtieron en político-militar la cuestión del destino de los rusos y simpatizantes de Rusia en Ucrania. Las fuerzas que llegaron al poder comenzaron a usar métodos de terror y represión contra la población del sudeste del país, por lo que organizar una resistencia y crear autoridades paralelas (nombrar a alcaldes y gobernadores populares) fue la única salida a la situación. El camino de Crimea y Sebastopol para lograr unirse a Rusia en marzo de 2014 fue indicativo para toda la zona históricamente conocida como Novorossiya. Se creo un movimiento masivo de personas en busca de la independencia política, la “primavera rusa” y comenzó el intento de abandonar Ucrania.
En abril se formaron en la región de Donetsk el Consejo de Representantes, partidos políticos y organizaciones públicas que aprobaron en una reunión la Declaración de Soberanía y Acto de Proclamación de la Independencia de la República Popular de Donetsk y decidieron celebrar un referéndum. El 27 de abril de 2014, en una manifestación en Lugansk, se proclamó la República Popular de Lugansk, que decidió también celebrar su referéndum. El 11 de mayo de 2014, en referendos celebrados simultáneamente en la RPD y la RPL, los ciudadanos de las Repúblicas expresaron su opinión ante la idea de crear estados soberanos. En Donetsk, el 89,07% de quienes votaron lo hicieron por la independencia y en Lugansk, el 96,2%.
El establecimiento del poder popular en la RPD y la RPL se produjo a partir de la ocupación de los edificios administrativos y de seguridad, tomando el control de unidades militares y arsenales de armas. Inicialmente, los actos fueron políticos en su naturaleza, pero gradualmente se pasó a una fase caliente tras los actos de terror político y militar de los fascistas ucranianos y de las fuerzas especiales. Kiev envió tropas regulares a acabar con las protestas cívicas e inició una operación popular entonces definida como “operación antiterrorista” [años después, Andriy Parubiy, en 2014 presidente del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional y posteriormente presidente del Parlamento, admitió que fue la fórmula buscaba únicamente la justificación legal para el uso “legal” del ejército dentro de las fronteras del país-Ed] e intentaron obligar a Donbass a implementar las decisiones de las autoridades centrales. En los primeros días de junio, durante la operación antiterrorista, la aviación ucraniana bombardeó objetivos civiles.
Durante la fase activa de la guerra en 2014-2015, las fuerzas de Donbass fueron capaces de realizar una serie de operaciones defensivas y ofensivas y un cúmulo de derrotas militares y grandes bajas obligó a Ucrania a firmar los acuerdos de Minsk, el primero el 5 de septiembre de 2014 y el segundo, el 12 de febrero de 2015.
Como recuerda el expresidente del Consejo Popular de la RPD Andrey Purgin, la decisión de Donbass de buscar la secesión de Ucrania se debió a la elección de la región. “Por supuesto, fue una opción nacional. Hay que entender que Donbass se sentía parte de la civilización rusa y la política de los rusófobos que habían ganado entonces causó una fuerte reacción”, explicó en una entrevista concedida a Ukraina.ru.
Refiriéndose al futuro de Donbass, Purgin insistió en que cualquier compromiso con el bando ucraniano es imposible precisamente por las políticas que lleva a cabo en relación con el mundo ruso, del que la población de la región se siente parte. “Donbass es parte del espacio cultural ruso. La cuestión no es si algún día será parte de Rusia o una Ucrania reformada. La cuestión es si es parte de la cultura rusa o de la cultura europea. Parte de Ucrania ha decidido que es parte integral de la civilización rusa y otra ha elegido el vector el camino europeo. Pero no solo ha adoptado el vector europeo sino el antirruso. Ucrania no esconde sus intenciones de que su aparato estatal, al menos hasta que cambie ese vector, trabajará para destruir el espacio cultural ruso”, añadió Purgin.
Es evidente que el retorno de Donbass a Ucrania no se producirá en los próximos años, fundamentalmente por la postura de Kiev, que ahonda en la brecha con la RPD y la RPL por su falta de voluntad de tratar con un electorado desleal y la reconstrucción de la región y solo apoya los acuerdos de Minsk con la boca pequeña por el bien de preservar las sanciones contra Rusia.
Si persiste el actual escenario de “ni guerra ni paz”, solo proseguirá la degradación de Donbass, ya que gran parte de la población no dispone ni de ingresos dignos ni de la oportunidad de vivir en condiciones en este estado de conflicto civil sin fin y de sanciones internacionales impuestas a las estructuras de la PRD y la RPL. Sin embargo, según la mayoría de los expertos consultados por Ukraina.ru, un escenario en el que Moscú reconoce la independencia de la RPD/RPL o decide oficialmente incluirlas en la Federación Rusa solo es posible si Kiev reanudara las operaciones militares activas en la zona, algo que tampoco se puede descartar teniendo en cuenta la dependencia de Ucrania con respecto a Occidente, la persistencia de los grupos neonazis y la deteriorada situación socioeconómica en el país.
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