La burguesía ocupa la Avenida Nevski al grito de, ¡Abajo Lenin!

Julio Tuñón Osoro

Las enseñanzas de la crisis

Petrogrado y toda Rusia han vivido una seria crisis política, la primera crisis política desde la revolución. El 18 de abril, el Gobierno Provisional aprobó su nota, tristemente célebre, confirmando los rapaces objetivos anexionistas de la guerra con claridad suficiente para provocar la indignación de las amplias masas, que habían creído honradamente en los deseos y la capacidad de los capitalistas sin renunciar a las anexiones. El 20 y 21 de abril Petrogrado era un hervidero. Las calles estaban llenas de gente; día y noche se formaban por doquier, pequeños y grandes grupos y se celebraban mítines de variadas proporciones, no cesaban las manifestaciones y demostraciones de masas. Según parece, la crisis , o al menos su primera etapa, ha terminado ayer, 21 de abril, por la noche.

El Comité Ejecutivo del Soviet de diputados obreros y soldados, y a continuación el propio Soviet, han declarado satisfactorias las explicaciones y enmiendas a la nota y las aclaraciones  del gobierno, ( que se reducen a frases que no dicen absolutamente , nada, ni cambian nada, ni obligan a nada y han dado por terminado el incidente). El futuro mostrará si las amplias masas del pueblo  consideran terminado el incidente. Las masas de soldados se indignaron, pues creían honradamente en la sinceridad y en deseo de paz de los capitalistas. Las manifestaciones empezaron  como manifestaciones  de soldados,  con una consigna contradictoria, inconsciente  e incapaz de conducir a parte alguna, ¡ Abajo Miliukov!, como si un cambio de personas o de grupos pudiera cambiar la esencia de la política.

Esto significa  que la gran masa inestable y vacilante, la más próxima  al campesinado y pequeñoburguesa en un sentido científico de clase, se apartó de los capitalistas y se puso del al lado de los obreros revolucionarios Esta fluctuación o movimiento de masas, capaz por su fuerza de decidirlo todo, es precisamente lo que produjo la crisis. Inmediatamente comenzaron a ponerse en movimiento, a actuar en la calle y a organizarse no los elementos intermedios, sino los extremos, no la masa pequeñoburguesa intermedia, sino la burguesía  y el proletariado.

La burguesía ocupa la Avenida Nevski, (la avenida Miliukov, como dijo un periódico) y los barrios adyacentes del Petersburgo rico, del Petersburgo de los capitalistas y los funcionarios. Oficiales, estudiantes y clases medias se manifiestan a favor del Gobierno Provisional, y entre las consignas se encuentra con frecuencia en las banderas una inscripción: ¡Abajo Lenin!. El proletariado se lanza a la calle desde sus centros desde los suburbios obreros, organizado entorno a los llamamientos y las consignas del Comité Central de nuestro Partido. Las manifestaciones obreras inundan los barrios no ricos y menos céntricos de la ciudad, y, después, penetran por partes en la Nevski. Las manifestaciones de los proletarios  se distinguen a todas luces de las de la burguesía porque abarcan a más masas y están más unidas. En sus banderas se lee entre otras inscripciones, ¡Todo el Poder al Soviet de diputados obreros y soldados!.

En la Nevski se producen choques. Las banderas de las manifestaciones contrarias son desgarradas. Desde distintos lugares se comunica por teléfono al Comité Ejecutivo que ambos bandos han disparado y hay muertos y heridos, las noticias, no comprobados, son contradictorias en extremo. La burguesía expresa con gritos  sobre el espectro de la guerra civil, su temor a que las verdaderas masas, la verdadera mayoría del pueblo, tome el Poder en sus manos. Los lideres pequeñoburgueses del Soviet, los mencheviques y los populistas, que ni después de la revolución, en general, ni durante los diez días de la crisis, en particular, han tenido una linea de partido bien definida.

¿Cuál es el fondo de la lucha de clases?. Los capitalistas están a favor de la prolongada guerra, quieren encubrirlo con frases y promesas, están presos en las redes del capital bancario ruso, anglo-francés y norteamericano. El proletariado representado por su vanguardia consciente, está a favor de que el Poder pase a la clase revolucionaria, a la clase obrera y los semiproletarios, a favor del desarrollo de la revolución obrera mundial, que crece evidentemente también en Alemania, a favor de la terminación de la guerra por medio de esa revolución.

La enseñanza es clara, camaradas obreros, el tiempo no espera. Tras la primera crisis, vendrán otras, ¡Consagrad todas las fuerzas a ilustrar a los rezagados, a estrechar en masa las relaciones fraternales y directas, organizar a los obreros de abajo a arriba,hasta el último distrito, hasta la última fábrica, hasta la última barriada de la capital y sus suburbios. No os dejéis desorientar por los conciliadores pequeñoburgueses, dispuestos a pactar con los capitalistas, ni por individuos aislados. La consigna de la hora es: explicar con mayor exactitud, claridad y amplitud la linea del proletariado, su camino para poner fin a la guerra, así es y así será.

V.I. LENIN

Publicado en Pravda el 6 de mayo (23 de abril de 1917), nº 39

Fuentes:

La burguesía ocupa la Avenida Nevski al grito de, ¡Abajo Lenin!

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