Francesco Bertolucci
Casi un siglo después de la «Marcha sobre Roma» en 1922, Italia es un país que no puede hacer frente a su propio pasado turbulento: manifestaciones fascistas, grupos sociales que ensalzan a Benito Mussolini y políticos que defienden el régimen del Duce.
En 2020, el 19,8 por ciento de los italianos encuestados dijo que Mussolini era un gran líder: «¡El fascismo no está muerto, está vivo!» – «Cuando él estuvo aquí, los trenes llegaron a tiempo». – “Su único error fue que se alió con Hitler”. – “Estábamos mejor bajo el Duce”. Y así sucesivamente. Estas son solo algunas de las declaraciones que se pueden escuchar en la calle o en Internet.
Simbolismo fascista
Italia es de hecho un país que no puede aceptar su propio pasado turbulento. Hay numerosas manifestaciones con símbolos fascistas, la comercialización de juguetes «negros» es ahora un negocio multimillonario, y los grupos en las redes sociales que alaban al «Duce» se vuelven locos y difunden noticias falsas. Muchos políticos defienden «la era» con frases sobre esta época que dejan a uno bastante perplejo. Claudio Duranteon, entonces secretario de Estado de Economía y Finanzas, había propuesto que el parque de la ciudad de Latina, la capital provincial de Lazio, que ahora lleva el nombre de los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, asesinados por la mafia, en honor a Arnaldo Mussolini , el hermano menor del »Duce« Para nombrar. Como resultado, tuvo que quitarse el sombrero en agosto.
A pesar del curso histórico y las numerosas monografías de los historiadores, persistía la impresión de que el fascismo era una dictadura bondadosa basada en el mito del «buen italiano». Esto conduce a importantes lagunas de conocimiento. Según un estudio del instituto de encuestas Eurispes, el 15,6 por ciento de los italianos no sabía el año pasado que existía la Shoah. En 2004 fue del 2,7 por ciento. También en 2020, el 19,8 por ciento de los italianos encuestados asumió que Mussolini era un gran líder que había cometido algunos «pequeños errores» e ignoró la violencia, los asesinatos, la persecución y los campos de concentración del régimen.
A lo largo de los años, se han aprobado algunas leyes contra la apología del fascismo, primero la Ley Scelba en 1952, luego la Ley Mancino en 1993. La primera ley prohibió la reconstrucción del partido fascista y su glorificación, mientras que la segunda ley condenó los gestos y acciones atribuibles al fascismo, incluido el simbolismo, la incitación a la violencia y la discriminación. Para contrarrestar la incesante ola de revisionismo, Maurizio Verona, alcalde de Sant’Anna di Stazzema, la ciudad famosa por la masacre nazi de 1944 que mató a 560 personas, lanzó una nueva iniciativa ciudadana para una ley contra los fascistas y lanzó la propaganda nazi que ha ya recibió más de 200.000 firmas (se requieren 50.000).
“Soy consciente de que hay leyes”, explica, “pero esta ley integra las existentes, aumenta las penas (que van de seis meses a varios años de prisión) e introduce el delito de apologética en línea que antes no daba. El fascismo no está muerto, está vivo y hay que combatirlo con leyes. Hoy vemos concejales mostrando el saludo romano, tiendas que venden juguetes fascistas, y esto es incluso glorificado por los medios con frases como «El calendario del Duce es un bestseller». Tenemos las firmas y las llevamos a Roma. Ahora estamos esperando que el Parlamento se ocupe de la propuesta y esperamos que no se quede en el cajón».
Los campamentos olvidados
En Sant’Anna di Stazzema también hay un museo que conmemora la masacre. Numerosos visitantes llegan año tras año, incluidos muchos escolares. Pero no existe una educación de la memoria organizada y obligatoria en las escuelas como en Alemania en Italia. No por los numerosos lugares de tortura, campos de internamiento o campos de concentración fascistas que se cobraron miles de víctimas en Italia, África o la vecina ex República de Yugoslavia. Para ser honesto, los campos fascistas son tabú en Italia. Son tabú porque socavan el mito del «buen italiano».
Un grupo activo en Roma tiene el sitio web campifascisti.iten el que se puede encontrar una lista de más de mil lugares en Italia y en el extranjero donde los fascistas encarcelaron, torturaron y asesinaron a sus oponentes. La lista contiene cientos de documentos. Este trabajo invaluable fue casi ignorado por las instituciones italianas: la única financiación que recibió el grupo provino de la Unión Europea, Alemania o la región de la Toscana. »Campifascisti.it se lanzó en 2012«, explica Andrea Giuseppini, una de las curadoras, »con la intención de hacer accesible esta información a todos con mapas, fotografías, documentos y testimonios. Somos una organización pequeña e independiente sin activos fijos ni fondos gubernamentales. Participamos en licitaciones y mantenemos los dedos cruzados.Nuestro trabajo también ha sido utilizado para publicaciones por importantes organizaciones como el Museo del Holocausto en Washington. Necesitamos fondos para una versión en inglés del sitio web para que este material se pueda difundir mejor. Pero aún no lo tenemos «.
Mientras que en Alemania hay lugares como la «Topografía del Terror» en Berlín, centros de documentación y museos sobre los horrores del fascismo, no existe tal lugar en Italia. Gemma Guerrini del Movimiento Cinco Estrellas, concejal en Roma, sugirió cambiar eso. Su propuesta provocó controversia y encontró una larga línea de resistencia en los campos de derecha e izquierda hasta que fue retirada. «Me advirtieron de inmediato que iba a haber una conmoción por la solicitud presentada», recuerda. »En comunicados de prensa de diversas direcciones se desvirtuaron intenciones y objetivos con argumentos y referencias, cuyo único propósito era destruir la iniciativa y también mi credibilidad. Esta solicitud tuvo que ser bloqueada porque obviamente asustó a quienesque entendió su espíritu: un museo que, como reconoció Adachiara Zevi, representante de la comunidad judía en Roma, fue concebido para tratar la historia de esa época ”.
Persecución, asesinatos, guerras. A pesar de todo, ¿por qué la gente sigue hablando en tonos casi benévolos sobre el fascismo en Italia y no se ocupa de él? «El fascismo es parte de la larga historia de Italia», explica Mimmo Franzinelli, historiador y autor de numerosos libros sobre el fascismo. “El fascismo está profundamente arraigado en Italia y por eso no es simplemente una cosa del pasado. En Alemania, la reconciliación con el fascismo se impuso desde fuera, empezando por Nuremberg. Eso no sucedió en Italia, y será interesante ver qué ocurrirá en 2022, aniversario de la Marcha sobre Roma: estoy convencido de que se escucharán letanías de justificación. Mucha gente dice que el fascismo se equivocó con las leyes raciales en 1938,pero hasta entonces … simplemente ignoras la toma violenta del poder, la dictadura, el exilio político. Hay una actitud benévola hacia el fascismo. Y las noticias falsas relacionadas crecen sin cesar. Pero más recientemente, historiadores capaces han escrito libros en los que, pieza por pieza, estas afirmaciones falsas «.
Pasado soñado
Uno de estos historiadores es Francesco Filippi. Las «fake news», explica, «surgen por un lado de la narrativa propagandística surgida después de 1945 y por el otro del deseo de crear un retiro ideal imaginario, ya que el presente y el futuro son inciertos. La narrativa predominante de la Resistencia se limita, por ejemplo, a la lucha en los dos años entre 1943 y 1945: Desde septiembre de 1943 (establecimiento de la ›Repubblica Sociale Italiana‹ con sede en Salò, jW) luchamos contra un enemigo fácil de localizar, pero antes del armisticio no estaba claro quiénes eran los buenos y quiénes los malos. La palabra ‘nazi-fascista’ proviene del medio partidista y se utilizó para definir a los fascistas de Salò como anti-italianos y antipatrióticos, hasta que conspiraron con el enemigo externo. En teoría, sabiendo que fueron súper malos desde 1943 hasta 1945, puedes pensar que no eran tan malos antes de eso. Y eso lleva a una negación de responsabilidad y a la falta de voluntad para analizar los veinte años desde 1922 hasta 1943, en los que realmente comenzó el problema que tiene Italia con el fascismo «.
Si miras a Italia y Alemania, los dos grandes países europeos que fueron derrotados en la Segunda Guerra Mundial, ves que en Alemania se analizaba y se entendía el tiempo, mientras que en Italia no se contaba el fascismo. «No hubo un Nuremberg italiano sobre los crímenes del fascismo en Italia y en el extranjero», explica Filippo Focardi, profesor de historia contemporánea en la Universidad de Padua. “En cambio, se han ocultado sus rasgos represivos y criminales. Como dijo el historiador Emilio Gentile, el fascismo fue desfascificado. Fue despojado retrospectivamente de estas características. A diferencia de Japón y Alemania, por ejemplo, los criminales de guerra que mataron a civiles en Yugoslavia, Grecia o Etiopía no fueron castigados en Italia.Esto afectó la formación de la memoria colectiva. Miramos a los nazis desde la idea del buen italiano. Tomamos lo que hicieron como un contraste y construimos el mito sobre eso. También fue una decisión del gobierno de Badoglio (1943-1944,jW ) para evitar la paz penal del país. El riesgo era grande, Italia era una potencia enemiga derrotada que se vio obligada a rendirse incondicionalmente. Se hizo todo lo posible para mostrar a los aliados los méritos italianos de la resistencia después de septiembre de 1943 y para distinguir entre el comportamiento de los fascistas y los nazis en la guerra. Una decisión comprensible en ese momento. Ya no es necesario hacer esto hoy».
Fuentes:
FRANCESCO BERTOLUCCI. Revisionismo en Italia, acerca del fascismo