¨Le disparé una bala en la boca por las mentiras que decía, y otra en la mano por las suciedades que escribía¨ J. Mesrine, sobre el secuestro de un periodista de extrema derecha francés.
Cuando un misil descuartiza a una familia inocente en Yemen, Libia, o Siria, hay toda una cadena de responsabilidades detrás de él, todo empieza en el consejo de redacción de un periódico, canal de televisión o emisora de radio, que responde a una línea editorial concreta definida por los propietarios de la empresa, y que tiene como único fin vender su producto y obtener el máximo de beneficio, en este caso el producto es la información, que por supuesto no tiene porqué ser la verdad ni mucho menos…
Esta información a su vez puede servir para la venta de otros productos si se crea un contexto que lo facilite, es ahí donde entran estos mal llamados periodistas que se encargan de actuar como propagandistas y agentes comerciales, mercenarios que valiéndose de la manipulación de la información intentan generar estados de opinión favorables a los intereses económicos de sus amos, para la exportación de capitales, la apertura de nuevos mercados para sus multinacionales, o la obtención de materias primas, por las buenas o por las malas…
La actual fase imperialista de descomposición del capitalismo en que nos encontramos, se caracteriza por la fusión del capital industrial con el financiero, formando conglomerados de empresas de distintas ramas unidas a los bancos, consolidando gigantescos monopolios que se reparten entre cada vez menos manos el botín. Y uno de los negocios más rentables es el de la industria del armamento, para vender armas tiene que haber un enemigo, si no existe o no tiene la suficiente fuerza, hay que crearlo, para después demonizarlo y generar todo un clima de inseguridad, amenaza y miedo como instrumento de control, que justifique ante la opinión pública la adopción de medidas drásticas, la militarización, y la confrontación, llegando al actual estado de guerra permanente a nivel mundial en que nos encontramos, en sus diversos grados de intensidad y forma, sin el que esas sanguijuelas no podrían alimentarse como lo hacen.
Podríamos poner decenas de ejemplos pero vamos a centrarnos en dos muy significativos y cercanos para no extendernos demasiado. El grupo Prisa, propietario de periódicos como El País, de la editorial Santillana, que suministra libros de texto para educación infantil, primaria, la ESO y Bachiller, de emisoras de radio como la Cadena SER, etc., entre sus accionistas se encuentran: la Familia Polanco, el empresario catarí Ghanim Al Hodaifi Al Kuwari, presidente de un grupo de inversiones dedicado a la construcción, el petróleo, gas y agricultura, Roberto Alcántara, presidente del Grupo IAMSA, fondos de capital de riesgo, Telefónica y los bancos HSBC, Caixabank, y banco Santander.
El banco Santander realiza préstamos y posee acciones en empresas de armamento como Boeing, que fabrica los aviones de combate americanos llamados ¨super hornet¨, EADS, la empresa de misiles y aviones ¨eurofighter¨, la española Indra, que fabrica drones, radares y misiles ¨Meteor¨, o BAE Systems, el segundo mayor contratista militar del mundo, entre otros.
Caixabank por su parte, posee también acciones en EADS e Indra y financia entre otras, a empresas como Expal, que fabrica municiones de mortero y artillería, balas, granadas y bombas de aviación, incluidas hasta hace poco, bombas de racimo.
Otro ejemplo cercano es el Grupo Dassault, propietario del periódico Le Fígaro, el más longevo de Francia y de Socpresse, la sociedad que lo edita y principal grupo de prensa del país, a su vez, su división Dassault Aviation fabrica los aviones de combate franceses ¨Rafale¨ y ¨Mirage¨ y entre sus accionistas encontramos a EADS, ya mencionada anteriormente por su relación con los bancos españoles y el grupo Prisa.
Estos son sólo unos breves ejemplos, de las estrechas interrelaciones que se dan en la actualidad entre ámbitos tan dispares como son la industria militar, los medios de comunicación y la banca, pero la realidad demuestra que todos ellos trabajan como piezas de un mismo engranaje, que se engrasa con sangre para enriquecer a un puñado de psicópatas.
Referencias:
Fuentes:
http://odiodeclase.blogspot.com.es/2016/01/periodistas-y-traficantes-de-armas.html