La influencia del poder económico en el auge del nazismo

Nuestro conocimiento de la historia no suele ser muy amplio, esto es normal, entendible, esto nos pasa de un modo u otro a todos y somos conscientes de ello; pero de lo que ya somos menos conscientes es de que muchas veces lo que damos por sabido, por conocido, muchas veces, repito, no se sostiene ante un análisis un poco crítico, en realidad no se sostiene ante el más mínimo sentido común.

Voy a poner el ejemplo del auge, del ascenso del nazismo en la Alemania de principios de siglo pasado. Es común creer que aquello se debió a una locura patriótica y racista que tuvieron la mayoría de los alemanes en aquel momento determinado. Si bien el componente patriótico y también el racista jugaron su papel, también es cierto que no fueron ni de lejos los factores principales que llevaron al poder a una ideología que se amparaba en esas dos supuestas motivaciones. Los alemanes no impulsaron a Hitler, del mismo modo que los españoles no impulsaron a Franco, fue una minoría la que hizo esto, una minoría, tanto en España como en Alemania, muy poderosa. Esta minoría era el poder empresarial y el financiero. Luego, tras el triunfo por medio de la violencia y la coacción, que así fue también en Alemania con la persecución de los miembros y líderes de los socialistas, de los comunistas o del partido católico, en este último caso por medio del Vaticano,(1) tras este asalto al poder, la gente por miedo tuvo que callar. Se había implantado un estado de terror y de explotación, porque los derechos laborales fueron anulados y el empresariado se hizo rico a costa del trabajo esclavo o semiesclavo de una multitud. Trabajando 60 o 70 horas semanales al menos seis días a la semana. Por cierto, hace poco, en 2008, la Unión Europea a través del Consejo trató de recordar aquellos tiempos con su propuesta de Directiva de las 65 horas semanales,(2) lo que nos hace recordar también de donde han aprendido estos dirigentes de la UE, y quienes les han enseñado, aquellos de los que vamos a hablar aquí y que provocaron aquella tragedia en los años 30 y 40 del pasado siglo.

Ya desde sus primeras etapas el partido nazi recibía financiación del mundo empresarial-financiero, esto era así porque el poder económico veía en el fascismo una herramienta útil para controlar, someter y explotar a los trabajadores que defendían sus derechos. En 1919 Krupp daba financiación a lo que serían los primeros pasos de las organizaciones nazis. Hugo Stinnes fue uno de los primeros mecenas y contribuyentes del partido nazi (National Socialistische Deutsche Arbeiter Partei). Ya en 1924 destacados industriales y financieros como Fritz Thyssen, Albert Voegler, Adolph Kirdorf o Kurt von Schroder daban importantes sumas al partido fascista. En 1931, por ejemplo, los miembros de la asociación de propietarios del carbón, a la cual pertenecía Kirdorf,  decidieron aportar a la organización de Hitler 50 peniques alemanes por cada tonelada de carbón vendido. En el mismo proceso contra Hitler en Munich en 1924 se mostró evidencia de que este había recibido al menos una suma equivalente a 20.000 dólares por parte de industriales de Nüremberg.(3), (4)

En 1925 la familia de Hugo Stinnes había financiado la publicación nazi Volkischer Beobachter, convirtiéndola de semanal en diaria. Aquí vemos la importancia que el poder económico da a la promoción de su ideología, o de una  favorable, a través de los medios de comunicación, influyendo de esta forma en la sociedad. (3)

En 1927  el industrial Emil Kirdof se puso en contacto directo con Hitler, este le expuso su programa completo y el industrial solicitó su publicación en un documento para que pudiese ser distribuido a círculos empresariales. Antes de que Hitler tomase el poder se reunió, junto a Rudolf Hess y Hermann Goering, con los líderes del sector empresarial en casa de  Emil Kirdof. (3), (4)

Ya en los comienzos de los años 30 la financiación del mundo empresarial y financiero se disparó, notándose la influencia de las grandes multinacionales, alemanas y no alemanas. Entre las alemanas destacaban: I.G. Farben (Bayer, Basf,…), AEG, Demag, la Asociación de la Industria del Automóvil, etc. (3), (5)

Como vemos, la llegada al poder de Hitler tuvo poco de inesperado y de no preparado, poco de revolución y mucho de imposición del poder económico al resto de la sociedad.

Luego vendría la persecución al pueblo alemán y más tarde a los pueblos del resto de Europa y del mundo, de acuerdo a los intereses de estas corporaciones económicas.

En otro capítulo hablaremos de las enormes ganancias que obtuvieron las empresas industriales y financieras en el periodo que dominó Hitler, entre ellas también las no alemanas, como: Ford, Coca Cola, General Motors, ITT, IBM, Standard Oil, Shell o Texaco, entre otras.(6) Pero ese será un nuevo capítulo.

(1)  Avro Manhattan. The Vatican in World politics.1949.

(2) Directiva de las 65 horasEnlace

(3) Antony C. Sutton. Wall Street and  the rise of Hitler. 1976.

(4) Preussiche Zettung, January 3, 1937

(5) Matthias Rath. From Nuremberg to Brussels. Lecture. 2010.

(6) Mikel Itulain. Justificando la guerra. 2012.

Fuentes:

http://miguel-esposiblelapaz.blogspot.com/2013/01/la-influencia-del-poder-economico-en-el.html

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