La IA: entre la emancipación tecnológica y la dominación capitalista

Martín Álvarez

En plena era de la digitalización, nos encontramos ante un inmenso desafío que engloba tecnología, política, economía y ética: la Inteligencia Artificial (IA). En la actualidad, las máquinas avanzan a pasos agigantados, impulsadas por algoritmos y redes neuronales artificiales que abren un universo de aplicaciones diversas, transformando la realidad cotidiana y las bases de la producción y el consumo.

No obstante, este prodigio tecnológico no está libre de controversia. En el marco de un sistema capitalista, la IA ha encontrado un terreno fértil para multiplicar ganancias, impulsar la acumulación de capital y cimentar el dominio de las grandes corporaciones sobre la economía global.

El fantasma de un colonialismo tecnológico, donde la tecnología es una herramienta de saqueo, desinformación y opresión, se hace cada vez más palpable.

El capitalismo utiliza la IA como un potente vehículo para comerciar con el «big data», manipular información y consolidar monopolios. El desarrollo tecnológico, que a menudo va de la mano de una inquietante carrera armamentista, plantea problemas sociales históricos y pone en jaque el uso de datos, un derecho humano fundamental, por cierto.

En este contexto, la necesidad de democratizar la IA y desarrollar una ética de máquinas se vuelve imprescindible. Deberíamos emplear la IA de manera emancipadora, y no como una simple herramienta de control y vigilancia. O peor aún, como un instrumento de invasión a la privacidad y manipulación política.

El capitalismo, a través  de la máquina del Estado, está explotando la IA para acelerar la automatización y la precarización del trabajo, justificándolo como progreso tecnológico. Es crucial entender que la IA, en su esencia, no es ajena al pueblo, sino que se ha convertido en una forma de alienación bajo el dominio del capital.

No podemos ignorar que la IA, en manos del capitalismo, se presenta como un disfraz ideológico, un motor de acumulación de clase, ocultando su verdadera naturaleza impulsada por la inteligencia de mercado. El aprovechamiento de la IA por parte del capital para el secuestro del plusvalor, el aniquilamiento de la competencia y la consolidación de monopolios, en beneficio del capitalismo y el imperialismo, es una realidad palpable.

La industria militar tampoco escapa a esta dinámica. La IA contribuye a las ganancias de este sector, planteando cuestionamientos éticos y políticos que reclaman una regulación democrática urgente.

Es por todo ello que se hace imperante desarrollar estrategias políticas y científicas para regular y someter la utilización de la IA. Es necesario promover una ética social participativa y reorientar la IA hacia el bien común, rompiendo su actual sumisión a los intereses de  capital.

No se trata de rechazar la IA, sino de replantear su uso y propósito en la sociedad. La IA, lejos de ser una amenaza, puede convertirse en un aliado en la búsqueda de un mundo más justo y equitativo. Este es el reto que nos plantea el siglo XXI. En nuestras manos está darle un giro copernicano a la IA, liberándola de las cadenas que la atan a los intereses del  capital.

Fuentes:

https://canarias-semanal.org/art/34690/la-ia-entre-la-emancipacion-tecnologica-y-la-dominacion-capitalista

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