José Miguel Pérez, el comunista que, no creyendo que la II República fuera la suya, la defendió con su vida

Ancor Santana

   José Miguel Pérez, conocido como «el maestro comunista», fue una de las figuras más destacadas en la historia del comunismo en Canarias y en Cuba durante el primer tercio del siglo XX.

Nacido en La Palma, Canarias, en 1896, su vida refleja los tumultuosos periodos de la Primera Guerra Mundial, el avance del imperialismo, y la crisis capitalista mundial de 1929. Estos eventos marcaron profundamente su trayectoria, tanto en Canarias como durante su estancia en Cuba, donde se convirtió en una figura señera del comunismo insular.

COFUNDADOR DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

José Miguel Pérez emigró a Cuba en el año 1921, donde se involucró activamente en la vida política y social del país. Poco después de su llegada, se vinculó a las organizaciones obreras y asumió un papel prominente en la Agrupación Socialista de La Habana.

En 1926, junto a sindicalistas, estudiantes e intelectuales, constituyó la Agrupación Comunista de la Habana. En 1925 fundó, junto a Julio Antonio Mella, el Partido Comunista de Cuba, siendo elegido José Miguel Pérez Secretario General.

Durante su estancia en Cuba, Pérez no solo se dedicó a la política partidaria, sino que también contribuyó al campo de la educación, intentando transformar también su labor pedagógica en un ejercicio político. Actividades que reflejan su convicción de que la educación y la cultura eran fundamentales para la emancipación de la clase obrera.

Sin embargo, su activismo político y su compromiso con los ideales comunistas lo pusieron en el punto de mira de las autoridades. En 1925, durante la dictadura del general Gerardo Machado en Cuba, Pérez fue declarado «extranjero no deseable» y expulsado del país. Este período culminó con su detención en la madrugada del 31 de agosto de 1925, poco después de haber sido elegido Secretario General del Partido Comunista de Cuba, una posición que apenas pudo ejercer durante unos días debido a su arresto. Esta experiencia marcó un punto de inflexión en su vida, obligándolo a regresar forzosamente a Canarias.

Tras su forzoso regreso de Cuba en 1925, José Miguel Pérez continuó su activismo político en Canarias. Su experiencia en Cuba había fortalecido sus convicciones comunistas, y a su vuelta, se involucró profundamente en el desarrollo del movimiento obrero en el archipiélago. Este período estuvo marcado por un intenso compromiso político en un contexto de creciente agitación social y política en España y, por extensión, en Canarias.

En Canarias continuó su actividad política y en 1929 fundó la Federación de Trabajadores de La Palma y el periódico Espartaco. Participó además en la constitución del Partido Socialista en La Palma y, en 1933 del Partido Comunista de Canarias.

Será elegido Secretario General del Partido Comunista de Canarias en La Palma, y una de las figuras más importantes de este partido, junto al gomero Guillermo Ascanio.

Durante los años de la Segunda República Española (1931-1936), jugó un papel significativo en el movimiento comunista local. Este fue un tiempo de gran actividad política, en el que las fuerzas de izquierda intentaban avanzar en reformas sociales y laborales frente a la resistencia de las fuerzas conservadoras. A pesar de la esperanza inicial que la República despertó entre muchos activistas de izquierda, Pérez y otros comunistas pronto se dieron cuenta de que el cambio político no había alterado sustancialmente la estructura de poder y la dominación de clase en la sociedad española. Durante esta etapa realizó a través del periódico Espartaco una serie de críticas al carácter burgués de la Segunda República.

Posteriormente, sin embargo, asumiría la línea política del PCE e influyó para que el Partido Comunista de Canarias participara en el Frente Popular.  Participó, asimismo, en la resistencia al golpe militar de Francisco Franco en La Palma durante el periodo conocido como Semana Roja.

Tras la caída de la isla a manos de los sublevados fue detenido y conducido a Tenerife donde se le condenó a muerte El 4 de septiembre de 1936 fue fusilado por los golpistas en el Barranco del Hierro.

Poco antes de ser llevado frente el pelotón de ejecución, José Miguel Pérez dirigió a su esposa unas breves líneas en las que resumió, sencilla y serenamente, sus convicciones éticas y políticas:

«Muero tranquilo y en mi puesto de siempre».

Fuentes:

https://canarias-semanal.org/art/35656/jose-miguel-perez-el-comunista-que-no-creyendo-que-la-ii-republica-fuera-la-suya-la-defendio-con-su-vida

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