James Petras
Desigualdades raciales y de clase, subsidios públicos e impuestos regresivos perpetúan el ciclo de desigualdad
James Petras, reconocido sociólogo estadounidense, expone la cruda realidad de la desigualdad socioeconómica en Estados Unidos, revelando cómo las grandes corporaciones y los multimillonarios se benefician de los impuestos regresivos y los subsidios públicos, exacerbando la brecha entre ricos y pobres. A partir de datos del Servicio de Impuestos Internos de EE. UU., Petras muestra que la evasión fiscal corporativa alcanza cifras inimaginables, dejando a la clase trabajadora con la mayor carga tributaria y las consecuencias sociales de este sistema desigual.
Entrevistador: Para comenzar, Sr. Petras, ¿podría compartirnos su visión sobre la situación de desigualdad en los Estados Unidos?
James Petras: Es cierto, Estados Unidos destaca por tener las mayores desigualdades, la tasa de mortalidad más alta, los impuestos más regresivos y los mayores subsidios públicos para banqueros y multimillonarios de cualquier país capitalista desarrollado.
Entrevistador: Interesante, ¿Podría profundizar en las raíces socioeconómicas de estas desigualdades?
James Petras: Por supuesto. En este contexto, uno de los puntos clave que hay que entender es cómo los multimillonarios se convierten en multimillonarios. A diferencia de lo que promueve la prensa empresarial, entre el 67% y el 72% de las corporaciones no tienen ninguna obligación tributaria después de créditos y exenciones… mientras que sus trabajadores y empleados pagan entre el 25 y el 30% en impuestos.
Entrevistador: Parece una brecha considerable. ¿Hay algún dato del Servicio de Impuestos Internos de EE. UU. que respalde su afirmación?
James Petras: Según el Servicio de Impuestos Internos de EE. UU., la evasión de impuestos por parte de los multimillonarios asciende a $458 mil millones en ingresos públicos perdidos cada año, casi un billón de dólares cada dos años según esta estimación conservadora.
Entrevistador: Eso es impresionante. ¿Cómo se ve este panorama a nivel corporativo?
James Petras: Las corporaciones más grandes de EE. UU. albergan más de $2.5 billones en paraísos fiscales en el extranjero donde no pagan impuestos o pagan tasas de un solo dígito. Además, durante la crisis financiera, estas corporaciones recibieron más de 14,4 billones de dólares en dinero de rescate público.
Entrevistador: ¿Y cuál es el impacto de esto en la clase trabajadora?
James Petras: Los trabajadores son los que llevan la peor parte. Los banqueros beneficiarios invirtieron sus fondos de rescate y obtuvieron billones en ganancias, en gran parte a costa de la clase trabajadora. Un ejemplo impactante de esto es cómo, mediante sentencias judiciales favorables y desalojos ilegales, los banqueros desalojaron a 9.3 millones de familias.
Entrevistador: ¿Y qué papel juegan las desigualdades de clase en este contexto?
James Petras: Las desigualdades de clase se ven reforzadas aún más por las divisiones étnicas. Los multimillonarios blancos, chinos e indios explotan a los trabajadores afroamericanos, latinoamericanos, vietnamitas y filipinos. Walmart, por ejemplo, explota a los trabajadores pagando salarios de pobreza y brindando pocos beneficios, si es que los hay.
Entrevistador: En un ensayo suyo, James, en tu ensayo argumenta que Estados Unidos tiene las mayores desigualdades, la tasa de mortalidad más alta, los impuestos más regresivos y los subsidios públicos más grandes para banqueros y multimillonarios de cualquier país capitalista desarrollado. ¿Podría ampliar eso para nosotros?
James Petras: Sí, claro. Estas enormes desigualdades en Estados Unidos no surgen de la nada. Tienen raíces socioeconómicas. Se alimentan de la concentración de riqueza y la movilidad descendente de las clases trabajadoras y asalariadas. El sistema fiscal regresivo y los subsidios públicos para los multimillonarios exacerban estas desigualdades.
Entrevistador: En su texto, asegura que los multimillonarios llegan a ser multimillonarios gracias a un sistema fiscal regresivo, ¿Cómo funciona eso?
James Petras: Contrariamente a lo que la prensa empresarial quiere que creamos, entre el 67% y el 72% de las corporaciones no tenían obligaciones tributarias después de créditos y exenciones. Mientras tanto, sus trabajadores y empleados pagan entre el 25 y el 30% en impuestos. Esto está respaldado por datos del Servicio de Impuestos Internos de EE. UU., que revelan una evasión de impuestos de los multimillonarios que alcanza los $458 mil millones de dólares en ingresos públicos perdidos cada año.
Entrevistador: Esto parece un problema de gran escala, ¿podrías mencionar algunos ejemplos de este fenómeno?
James Petras: Absolutamente. Las corporaciones más grandes de EE. UU. han albergado más de $2.5 billones de dólares en paraísos fiscales en el extranjero, donde no pagan impuestos o pagan tasas impositivas de un solo dígito. Durante la crisis, estas mismas corporaciones recibieron más de $14.4 billones en dinero de rescate público, mayormente proveniente de trabajadores, empleados y jubilados estadounidenses. Los banqueros beneficiarios invirtieron estos fondos de rescate y obtuvieron enormes ganancias, muchas veces a costa de la clase trabajadora.
Entrevistador: ¿Y cómo se relaciona esto con la tasa de mortalidad que mencionaste anteriormente?
James Petras: Las desigualdades económicas conducen a desigualdades en la salud. Los multimillonarios y sus familias disfrutan de vidas más largas y saludables que sus trabajadores. No necesitan seguros médicos ni hospitales públicos y pueden acceder a la atención médica más avanzada. Los trabajadores, por otro lado, a menudo reciben un tratamiento médico insuficiente y son víctimas de la prescripción excesiva de medicamentos altamente adictivos, lo que ha contribuido a la alta tasa de mortalidad.
Entrevistador: En su análisis, mencionas que las desigualdades son acumulativas, intergeneracionales y multisectoriales. ¿Podría profundizar un poco más?
James Petras: Sí, por supuesto. Como decía, las familias multimillonarias heredan e invierten miles de millones. Tienen acceso a servicios médicos sofisticados, instituciones educativas de élite, y oportunidades laborales privilegiadas. Esto permite que mantengan y aumenten su riqueza de generación en generación.
Además, la interconexión entre las corporaciones multinacionales y los líderes políticos proporciona a estos individuos adinerados y a sus familias un acceso desproporcionado al poder político, lo cual les permite influir en las leyes y las políticas para su beneficio. Por ejemplo, pueden presionar para que se reduzcan los impuestos a las grandes empresas, proteger sus fortunas de la herencia de impuestos, o eliminar regulaciones que limiten su capacidad para hacer negocios.
Estas desigualdades no solo son económicas, sino que también se extienden a otros sectores de la sociedad, incluyendo la educación, la atención de la salud, el acceso a la justicia, y la participación política. Los hijos de los ricos reciben educaciones de primera categoría, acceden a los mejores servicios de atención médica, y tienen más probabilidades de ocupar puestos de liderazgo en la sociedad.
Por otro lado, los trabajadores y sus familias enfrentan una serie de desventajas que se acumulan a lo largo del tiempo. Tienen menos acceso a una educación de calidad, a la atención médica y a oportunidades laborales bien remuneradas. Como resultado, tienen menos posibilidades de salir de la pobreza y alcanzar una mejor calidad de vida.
Así, vemos que las desigualdades en nuestra sociedad son acumulativas, intergeneracionales, y multisectoriales. Y a menos que hagamos algo para abordar estas desigualdades, seguirán empeorando.
Entrevistador: : Pero pesar de estas desigualdades, muchos argumentan que el capitalismo aún proporciona oportunidades para el progreso y la movilidad social. Sostienen que cualquier persona puede lograr el «sueño americano» si trabaja lo suficientemente duro, sin importar su origen. Sin embargo, la evidencia empírica contradice en gran medida este argumento.
James Petras: Mire. Los estudios han demostrado que la movilidad social es muy limitada en sociedades altamente desiguales. Un informe del Fondo Monetario Internacional descubrió que los niños nacidos en la parte inferior de la distribución de ingresos tienen menos probabilidades de alcanzar la parte superior en países con mayores niveles de desigualdad.
Además, la persistencia de la pobreza y la falta de oportunidades son indicativos de sistemas económicos y políticos que están sesgados en favor de los ricos. Por ejemplo, en los Estados Unidos, la riqueza de los hogares más ricos ha crecido a un ritmo mucho más rápido que la de los hogares de ingresos medios y bajos en las últimas décadas. Esto ha llevado a un aumento en la desigualdad de la riqueza, que es ahora mayor que en cualquier otro momento desde la Gran Depresión.
Este tipo de desigualdad extrema es incluso perjudicial para el propio crecimiento económico y la estabilidad social. Las investigaciones han demostrado que las sociedades más desiguales tienden a tener menor crecimiento económico, peores resultados en salud y educación, y mayor inestabilidad política.
Podemos mirar la situación desde una perspectiva histórica para entender mejor cómo hemos llegado a este punto de desigualdad económica. Las últimas décadas han sido marcadas por políticas de liberalización económica, desregulación y globalización, que a menudo han beneficiado a los más ricos a expensas de la clase trabajadora.
Fuentes:
https://canarias-semanal.org/art/34542/james-petras-nos-explica-el-secreto-de-como-los-multimillonarios-llegan-a-convertir-en-bimillonarios