El nudo ucraniano

Stalin

A últimos de febrero, ya antes de que se
concertara la paz con Alemania, el Secretariado
Popular de la República Soviética Ucraniana envió
una delegación a Brest-Litovsk, para dar su
asentimiento a la firma del convenio concertado con
la coalición alemana por la antigua Rada de Kiev.

El representante del mando alemán en Brest-
Litovsk -el conocido Hoffmann- no ha recibido a la
delegación del Secretariado Popular, manifestando
que no veía la necesidad de mantener negociaciones
de paz con ella.

Al mismo tiempo, las fuerzas de choque alemanas
y austro-húngaras, en cooperación con los
destacamentos de gaidamakes de Petliura-
Vinnichenko, han comenzado a invadir la Ucrania
soviética.

No la paz con la Ucrania Soviética, sino la guerra
contra ella: tal es el sentido de la contestación de
Hoffmann.

Según el convenio suscrito por la antigua Rada de
Kiev, Ucrania debía entregar a Alemania, hasta fines
de abril, treinta millones de puds de trigo. No
hablamos ya aquí de la “libre exportación de
mineral” exigida por Alemania.

Sin duda, el Secretariado Popular de la Ucrania
Soviética conocía esta cláusula del convenio y no
ignoraba lo que hacía al expresar oficialmente su
conformidad a firmar la paz de Vinnichenko.

No obstante, el gobierno alemán, representado por
Hoffmann, se ha negado a entablar negociaciones de
paz con el Secretariado Popular, reconocido por
todos los Soviets de Ucrania, tanto en la ciudad como
en el campo. Ha preferido la alianza con unos
cadáveres, la alianza con la Rada de Kiev derrocada
y expulsada, a un tratado de paz con el Secretariado
Popular, reconocido por el pueblo ucraniano y el
único capaz de facilitar la “cantidad necesaria” de
trigo.

Esto significa que la invasión austro-alemana no
sólo tiene por fin obtener el trigo, sino,
principalmente, derrocar el Poder Soviético en
Ucrania y restablecer el viejo régimen burgués.

Esto significa que los alemanes no pretenden
únicamente exprimir de Ucrania millones de puds de
trigo, sino que intentan, además, despojar de todos
los derechos a los obreros y campesinos ucranianos,
arrebatándoles el Poder conquistado con la sangre,
para entregárselo a los terratenientes y capitalistas.

Los imperialistas de Austria y de Alemania llevan
en sus bayonetas un yugo nuevo, oprobioso, en nada
mejor que el viejo yugo tártaro: tal es el sentido de la
invasión que viene de Occidente.

Por lo visto, el pueblo ucraniano lo comprende
así, preparándose febrilmente para dar la debida
réplica. En la formación del Ejército Rojo
campesino, en la movilización de la Guardia Roja
obrera, en diversas escaramuzas afortunadas con los
bárbaros “civilizados” después de los primeros
chispazos de pánico; en la recuperación de Bajmach,
de Konotop, de Nezhin y en el avance hasta las
puertas de Kiev; en el creciente entusiasmo de las
masas, que envían miles y miles de hombres a
combatir contra los sojuzgadores; en todo esto
tenemos la contestación de la Ucrania popular a la
invasión de los bárbaros.

Contra el yugo extranjero que viene de Occidente,
la Ucrania Soviética se alza a la guerra patria
liberadora: tal es el sentido de lo que sucede en
Ucrania.

Esto significa que los alemanes tendrán que tomar
cada pud de trigo y cada trozo de metal en combate,
en lucha a muerte con el pueblo ucraniano.

Esto significa que Ucrania tendrá que ser
verdaderamente conquistada para que los alemanes
obtengan el trigo y puedan sentar en el trono a
Petliura y Vinnichenko.

El “golpe fulminante” con el cual los alemanes
calculaban matar dos pájaros de un tiro (conseguir el
trigo y quebrantar a la Ucrania Soviética), tiene todas
las probabilidades de convertirse en una guerra
prolongada de los sojuzgadores extranjeros contra los
veinte millones de almas que integran el pueblo
ucraniano, al que se quiere arrebatar el pan y la
libertad.

¿Hay que añadir a esto que los obreros y los
campesinos ucranianos no regatearán fuerzas en su
heroica lucha contra los bárbaros “civilizados”?

¿Hay que demostrar que la guerra patria
comenzada en Ucrania tiene todas las probabilidades
de contar con el máximo apoyo de toda la Rusia
Soviética?

¿Y qué sucederá si la guerra en Ucrania, al
prolongarse, acaba convirtiéndose en una guerra de
todo lo honrado y noble de Rusia contra el nuevo
yugo que viene del Occidente?

¿Y qué sucederá si los obreros y los soldados
alemanes comprenden, al fin, en el transcurso de
semejante guerra, que lo que mueve a los capitostes
de Alemania no es la “defensa de la patria alemana”,
sino, sencillamente, la insaciabilidad de la atiborrada
fiera imperialista, y, al comprenderlo, llegan a las
conclusiones prácticas correspondientes?

¿No se desprende con toda claridad de lo expuesto que allá, en Ucrania, se está formando ahora el nudo
básico de toda la actualidad internacional, el nudo de
la revolución obrera comenzada en Rusia y de la
contrarrevolución imperialista que viene de
Occidente?

La atiborrada fiera imperialista rompiéndose los
cuernos en el choque con la Ucrania Soviética, ¿no es
acaso a esto a lo que conduce ahora la lógica
implacable de los hechos?…

Publicado con la firma de J. Stalin el 14 de marzo
de 1918 en el núm. 47 de “Izvestia”.

Fuentes:

https://www.marxists.org

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