A. Ramírez
La utilización del cambio climático para imponer una nueva agenda de «capitalismo verde», con proyectos globales como los de la agenda 2030, ya ha comenzado a generar en un sector de la izquierda una reacción negacionista (…).
La utilización del cambio climático para imponer una nueva agenda de «capitalismo verde», con proyectos globales como los de la Agenda 2030, ya ha comenzado a generar en un sector de la izquierda una reacción negacionista.
Lo cierto es, no obstante, que la instrumentalización de este fenómeno climático por parte de los beneficiarios del mismo sistema económico que lo potencia, no implica que el mismo sea una mera invención de los «globalistas» para multiplicar sus beneficios como parecen postular algunos analistas con tesis conspiracionistas.
LAS CONSECUENCIAS, TAMBIÉN ECONÓMICAS, QUE TENDRÁN QUE PAGAR LOS PUEBLOS
No es una mera invención, por ejemplo, que los efectos del cambio climático, que afectarán sobre todos a las poblaciones más vulnerables de los países empobrecidos, provocarán, entre otras cosas, migraciones masivas de los llamados refugiados climáticos.
Pero también en los países del considerado como Primer Mundo el incremento de las temperaturas tendrá graves consecuencias económicas para la mayoría de las poblaciones de los países.
En regiones especialmente vulnerables como el archipiélago canario, un reciente informe ha valorado que las pérdidas económicas derivadas del cambio climático podría alcanzar un 11 % del PIB.
Como es conocido, Canarias es una región en la que se ha impuesto un monocultivo turístico y esta es una actividad que puede sufrir graves pérdidas el clima de las islas, caracterizado históricamente por sus temperaturas suaves a lo largo de la mayor parte del año, empeora.
El turismo, en efecto, es uno de los sectores más importantes de la economía canaria y es vulnerable al cambio climático. Las playas son una atracción turística clave en Canarias y el aumento del nivel del mar puede inundarlas. Las tormentas también pueden dañar la infraestructura turística, como los hoteles y los aeropuertos.
Además, las temperaturas extremas pueden afectar la salud de los turistas y reducir su tiempo de estadía.
Si las pérdidas económicas globales del cambio climático calculadas para Canarias alcanzan un 11 % del PIB, el turismo representaría un porcentaje muy elevado de esa pérdida total.
La mayor parte de los científicos coinciden en su predicción de que las temperaturas seguirán aumentando y que los eventos climáticos extremos, como tormentas y sequías, serán más frecuentes.
EL IMPACTO DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN LA AGRICULTURA EN CANARIAS
Pero ese no sería, sin embargo, el único sector que puede ser afectado de manera negativa.
La escasa agricultura que aún se desarrolla en Canarias también puede sufrir graves pérdidas debido al cambio climático. Las temperaturas más altas y la sequía pueden afectar los cultivos, mientras que las tormentas pueden causar inundaciones y erosionar el suelo.
Además, el cambio climático puede afectar a la calidad del agua, lo que también puede tener un impacto negativo en la agricultura.
IMPACTO DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN LA PESCA EN CANARIAS
La pesca en Canarias también es vulnerable al cambio climático. Las temperaturas más altas pueden afectar la migración de los peces y reducir su población, lo que puede tener un impacto negativo en la pesca comercial y deportiva. Además, las tormentas pueden afectar la seguridad de los pescadores y dañar los equipos de pesca.
LAS PROMESAS ILUSORIAS PARA ABORDAR EL CAMBIO CLIMÁTICO
En Canarias, el Ejecutivo regional aprobó en el año 2019 la Ley de Cambio Climático y Transición Energética de Canarias, que establece objetivos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El gobierno autónomo también afirma está realizando esfuerzos para aumentar el uso de energías renovables en la isla y mejorar la eficiencia energética de los edificios, así como para mejorar la gestión de los recursos hídricos y proteger la biodiversidad.
Las realidades, no obstante, que estas medidas resultan inútiles cuando, de forma paralela, este mismo gobierno, así como el resto de partidos del arco institucional, se niegan a aceptar la insostenibilidad del propio modelo turístico de masas y abogan por continuar incrementando los millones de turistas que visitan las islas cada año.
Del mismo modo, los partidos institucionales del archipiélago asumen la imposición de la Unión Europea de que las islas no tendrían «derecho» a controlar su población, para adaptarla a la capacidad de su territorio frágil y fragmentado, limitando tanto la mencionada actividad turística como la creciente inmigración procedente de los países ricos de Europa.
A nivel global, todas las supuestas medidas adoptadas para abordar el cambio climático en las sucesivas Cumbres de la Tierra organizadas por la ONU, tales como la imposición del Protocolo de Kioto, se ha mostrado absolutamente incapaces de impedir el progresivo empeoramiento de este fenómeno.
Ello no es una casualidad, ni el mero resultado de la incapacidad o falta de «conciencia ecologista de los gobernantes».
El cambio climático no es más que una de las expresiones de la crisis medioambiental provocada por un sistema de producción y consumo que requiere crecer de manera indefinida para evitar su colapso y cuya dinámica esencial es la depredación creciente e irreversible.
Este rasgo inherente a la dinámica capitalista permite afirmar, con el fundamento aportado por toda la evidencia histórica de su desarrollo, que cualquier intento de domesticarlo para convertirlo en «sostenible» o «amigo del medioambiente» sólo puede calificarse, en el mejor de los casos, como una quimera.
Y, en el peor, como un deliberado intento de continuar haciendo caja con la «coartada verde», mientras se acelera la destrucción de los ecosistemas de los que depende la vida humana.
Fuentes:
https://canarias-semanal.org/art/35230/el-cambio-climaticouna-invencion-interesada-de-los-capitalistas