CIPOML: Luchar contra el imperialismo, por la revolución proletaria

I

1. El triunfo de la Revolución Rusa de 1917 abrió una nueva época en el desarrollo histórico de la humanidad: la época del imperialismo y las revoluciones proletarias. Dos elementos fundamentales encierran esta caracterización, el uno, el desarrollo alcanzado por el capitalismo a niveles monopólicos que le ponen en la condición de un capitalismo imperialista y, el otro, el inicio de la época de la destrucción del sistema capitalista-imperialista, del triunfo de la lucha revolucionaria de la clase obrera por el socialismo.

2. Lenin precisó con absoluta certeza los elementos presentes en el capitalismo de fines del siglo XIX, que permitían concluir que este había llegado a su etapa superior de desarrollo y, al mismo tiempo, a su fase final. «El imperialismo surgió como desarrollo y continuación directa de las propiedades fundamentales del capitalismo en general. Pero el capitalismo se trocó en imperialismo capitalista únicamente al llegar a un grado determinado, muy alto, de su desarrollo, cuando algunas de las características fundamentales del capitalismo comenzaron a convertirse en su antítesis, cuando tomaron cuerpo y se manifestaron en toda la línea los rasgos de la época de transición del capitalismo a una estructura económica y social más elevada. Lo que hay de fundamental en este proceso, desde el punto de vista económico, es la sustitución de la libre competencia capitalista por los monopolios capitalistas. […] El monopolio es el tránsito del capitalismo a un régimen superior. Si fuera necesario dar una definición lo más breve posible del imperialismo, debería decirse que el imperialismo es la fase monopolista del capitalismo…», manifiesta Lenin en El imperialismo: fase superior del capitalismo.

3. Señala además, que son cinco los rasgos fundamentales que permiten precisar una definición del imperialismo, pero advierte que esta toma en consideración «conceptos fundamentales puramente económicos»; que es necesario tener en consideración «el lugar histórico de esta fase del capitalismo con respecto al capitalismo en general», en ese sentido el imperialismo representa en sí «una fase particular de desarrollo del capitalismo». Precisa que la exportación de capitales acentúa el divorcio entre el sector rentista y la producción, lo que «imprime un sello de parasitismo a todo el país, que vive de la explotación del trabajo de unos cuantos países y colonias de ultramar». De esa manera, «el mundo ha quedado dividido en un puñado de Estados usureros y una mayoría gigantesca de Estados deudores. […] El Estado rentista es el Estado del capitalismo parasitario y en descomposición».

4. En el aspecto político, «el imperialismo es, en general, una tendencia a la violencia y a la reacción». El capital financiero y los monopolios «provocan en todas partes una tendencia a la dominación, y no a la libertad.»

5. «El rasgo característico del período que nos ocupa» —dice Lenin— «es el reparto definitivo del planeta, definitivo no en el sentido de que sea imposible repartirlo de nuevo —al contrario, nuevos repartos son posibles e inevitables—, sino en el sentido de que la política colonial de los países capitalistas ha terminado ya la conquista de todas las tierras no ocupadas de nuestro planeta. Por primera vez, el mundo se encuentra ya repartido, de modo que en adelante pueden efectuarse únicamente nuevos repartos, es decir,  el paso de territorios de un nuevo ‘propietario’ a otro…» Para ese reparto, en palabras de Stalin, «…los imperialistas necesitan la guerra, porque es el único medio para repartirse el mundo, para repartirse los mercados, las fuentes de materias primas y las esferas de utilización del capital.»

II

6. El desarrollo tecnológico-científico experimentado por la humanidad, introducido a los procesos de producción, ha significado para la clase obrera el sometimiento a formas y niveles de mayor explotación de su fuerza de trabajo. En el sistema capitalista, estos desarrollos no son instrumentos para lograr el bienestar de los trabajadores y el pueblo, sino para acentuar la extracción de plusvalía.

7. Los progresos producidos en las fuerzas productivas no han variado la naturaleza explotadora y opresora del sistema imperante; al contrario, agudizan sus contradicciones internas que revelan la vigencia del análisis marxista-leninista sobre el capitalismo y la inevitabilidad de su hundimiento. Esos adelantos tampoco están llevando a la desaparición de la clase obrera, como señalan algunos analistas burgueses interesados en anular su papel revolucionario; el mismo desarrollo de las fuerzas productivas ha provocado, en los últimos años, el crecimiento numérico del proletariado a nivel mundial.

8. El proceso de concentración y centralización del capital continúa inexorable en los respectivos países y a nivel planetario, se desarrolla a partir de la explotación de la fuerza de trabajo de millones de hombres y mujeres, de la extracción de plusvalía que estos generan, lo que es posible por la existencia de la propiedad privada sobre los medios de producción. Los poderosos grupos monopólicos explotan a la clase obrera de sus respectivos países y a millones de trabajadores en todo el planeta, en una inusitada forma de concentración de la producción y de la acumulación.

9. En estas circunstancias se agudiza la contradicción entre el capital y el trabajo, entre la clase obrera y la burguesía, contradicción determinante en el sistema capitalista-imperialista. Los acontecimientos que tienen lugar en el mundo actual, independientemente de lo que aseveran sectores de la burguesía, de la socialdemocracia y el revisionismo, evidencian que la clase obrera no ha perdido su condición de fuerza revolucionaria, de vanguardia ideológica y política en la lucha por la revolución y el socialismo. La posición de la clase obrera en los países desarrolladas ha sufrido cambios importantes, es ahora, principalmente en su composición, el proletariado industrial es minoritario y lo fundamental es el sector terciario, y eso impacta en el comportamiento social y político, presenta dificultades para el trabajo de los partidos.

III

10. El dominio del capital es global, no hay un solo país en el mundo libre de la injerencia y explotación del capital financiero proveniente de uno u otro país o potencia imperialista; el intervencionismo político de esos Estados también es general, particularmente de las más grandes economías capitalistas, circunstancias que amplían y profundizan la contradicción existente entre los pueblos y naciones oprimidas con el imperialismo.

11. La circulación del capital financiero imperialista, sea en forma de empréstitos o de inversiones extranjeras directas acentúa la dependencia económica y política de los países receptores de capitales, abre las puertas para el saqueo de materias primas y la explotación de la fuerza de trabajo. Las altas tasas de rentabilidad y de retorno a sus fuentes de origen están aseguradas por gobiernos dirigidos por burguesías proimperialistas, cebadas con las migajas que dejan esos capitales.

12. Los poderosos grupos monopólicos —con sus Estados— imponen a los países dependientes los programas económicos y políticas de «desarrollo», articulando sus economías a las necesidades de acumulación del gran capital internacional. Las escasas manifestaciones de resistencia de los gobiernos son respondidas con presión, amenazas y, si esas se mantienen, con sanciones, golpes de Estado y bloqueos. La soberanía de los países dependientes, no obstante ser un derecho inalienable, se ha convertido en un enunciado escrito de manera formal en las Constituciones, pues, es pisoteada de manera permanente. Para ejercer su dominio, los países imperialistas apelan al establecimiento de regímenes reaccionarios represivos, promueven «golpes constitucionales», violan los derechos humanos, restringen las libertades públicas y, cuando las condiciones se presentan, respetan los cánones de la democracia burguesa.  Existen regímenes que, a pesar de exhibir posturas soberanas y patrióticas, se prosternan ante una u otra potencia imperialista mientras promueven las tesis del mundo globalizado y la necesidad de no aislarse. El resultado de esas políticas en el ámbito social se manifiesta en el deterioro de la condiciones de vida de los trabajadores y el pueblo, el crecimiento de los índices de pobreza y pobreza extrema, del desempleo y subempleo, en las sucesivas oleadas de migrantes de los países dependientes hacia las grandes economías capitalistas; en respuesta crece el descontento, la insatisfacción, la ira de los pueblos y el deseo de pelear en contra de los responsables de que las cosas se presenten de esa manera. Se agudiza la contradicción entre explotados y explotadores, entre los trabajadores y el pueblo con las clases dominantes.

13. El alto desarrollo de la informática y la tecnología digital está provocando una mayor e inusitada  concentración de riquezas en los grandes monopolios, particularmente en las denominadas «gigantes tecnológicas», que han perfeccionado mecanismos de los que dependen procesos de producción, la banca, el comercio, el empleo, la información, el ejercicio de la política, etc.  Las cinco big tech (Google, Apple, Meta, Amazon y Microsoft) tienen su asiento en los Estados Unidos, pero sus tentáculos se reparten por todo el planeta, su tecnología refuerza los mecanismos de injerencia y control ideológico-político del imperialismo, al punto que hay estudiosos del tema que han acuñado el calificativo de la «era del capitalismo de la vigilancia», para hacer notar el alcance y connotaciones que tiene el uso de esa tecnología. El trabajo telemático, y a domicilio: la burguesía lo vende como positivo para la familia, pero en realidad aísla a los trabajadores, la aleja de los sindicatos, le carga de cargas individuales.

IV 

14. Al analizar las actuales características del sistema capitalista-imperialista constatamos que este conserva los rasgos esenciales expuestos por Lenin.

15. Vivimos en un mundo multipolar, en el que varios países y potencias imperialistas compiten por mantener o ampliar su presencia o influencia en distintas regiones del planeta, por controlar partes del mercado mundial, por tener espacios para la realización de sus capitales. De ello devienen las contradicciones interimperialistas que constituyen uno de los elementos que marcan las características de la época del imperialismo. Esas contradicciones expresan las pugnas por alcanzar la hegemonía, que en ocasiones se tornan violentos, tarde o temprano desembocan en la guerra.

16. Es indispensable mirar y entender la forma cómo se expresan estas contradicciones. El imperialismo estadounidense continúa siendo la principal potencia mundial, a pesar de que hay varios indicadores que muestran que experimenta cierto declive. No obstante esto, mantiene su primacía económica, política y militar, no ha perdido la capacidad de articular y liderar alianzas con países imperialistas, principalmente de occidente (como ocurre hoy frente a la guerra en Ucrania), para hacer frente a quienes considera sus principales competidores y enemigos, esto es, China y Rusia.

17. Estados Unidos continúa siendo la economía más grande del planeta, se calcula que para este año 2023, su PIB representará el 15,45% del PIB mundial, le seguirán China, Japón, Alemania, India, la distancia de los dos primeros por separado, en relación a los países que están por debajo es grande; concentra el mayor número de los monopolios más grandes del planeta, en la lista de los diez primeros, nueve son estadounidenses, de los 100 más grandes, 61 son de ese país; cuenta con la fuerza militar más grande del planeta y su gasto militar también es el más alto, se calcula que tiene desplegados 173 mil soldados repartidos por todo el mundo en 254 bases e instalaciones militares; a través de organismos internacionales ha logrado imponer las reglas de su política y crear un orden en función de sus particulares intereses.

Ranking de países con mayor PIB* estimado de 2022 – 2023
2022 2023
Estados Unidos 25.346,81 26.695,81
China 19.911,59 21.865,48
Japón 4.912,15 5.291,35
Alemania 4.256,54 4.564,78
Reino Unido 3.376 3.686,94
India 3.534,74 3.893,67
Francia 2.936,7 3.086,23
Italia 2.058,33 2.169,38
Canadá 2.221,22 2.362,32
Corea del Sur 1.804,68 1.919,56
Rusia 1.829,05 1.713,15
Brasil 1.833,27 1.980,48
Australia 1.748,33 1.828,29

*(en miles de millones de dólares)

Fuente: https://es.statista.com/estadisticas/600234/ranking-de-paises-con-el-producto-interior-bruto-pib-mas-alto-en/

18. A excepción de China, no hay otra potencia que hoy tenga planteada la disputa de la hegemonía mundial a los Estados Unidos, como sí ocurrió en el siglo pasado cuando Alemania y EEUU disputaban el espacio que iba dejando el declive del imperialismo inglés. La búsqueda de la hegemonía es la expresión más alta de las contradicciones interimperialistas, el hecho que otros imperialismos no disputen ese lugar no significa que estén al margen de la confrontación entre ellos.

19. El proceso de desarrollo de China como potencia es acelerado, lo ha logrado en los últimos 40 años, superando a viejos países imperialistas como Inglaterra, Alemania, Francia, Italia o Japón. Capitales chinos se expanden por todos los continentes como empréstitos o inversiones directas. El gigante asiático se ha convertido en el mayor prestamista de los países de ingresos bajos y medios, es además uno de los mayores acreedores; el peso de los capitales chinos en la economía estadounidense es enorme; China es el mayor exportador del planeta, EEUU es el mayor importador en el mundo. Hasta ahora, China no ha protagonizado ninguna ocupación militar en otro país, pero su industria de guerra y la compra de equipos militares están entre sus principales actividades y, uno de los objetivos centrales planteados en el penúltimo congreso del PCCh establece la necesidad de contar con un «ejército de primer orden mundial»; en sus relaciones internacionales apoya a gobiernos reaccionarios como el de Israel.

20. Rusia mantiene un protagonismo político en el mundo, dimensionado por la invasión a Ucrania y la exacerbación de las contradicciones con el bloque de la Unión Europea y la OTAN; sin embargo, la presencia de capitales rusos en el mundo es pequeña, la articulación de grupos monopólicos industriales y financieros en la economía rusa con incidencia exterior también. Imperialismos como el inglés, alemán, japonés, francés, italiano han perdido espacios, en relación a la situación que ocupaban antes.

21. La confrontación interimperialista lleva a la constitución de pactos y bloques regionales para hacer hacer frente a enemigos comunes, en los que incorporan a países dependientes con la anuencia de las clases dominantes nativas, convirtiéndose en peones en la disputa interimperialista. En unos casos, se trata de acuerdos formalmente establecidos, en otros casos son resultado de coincidencias de intereses y proyectos a mediano plazo. La Unión Europea, el Aukus, la OTAN, el Tratado de Sanghay, el pacto China-Rusia son ejemplo de ello. Sin embargo, la constitución de esos bloques o acuerdos –no son para siempre– y no elimina las contradicciones existentes entre los propios integrantes

V

22. En las zonas de influencia de cada uno de los países imperialistas, estos se convierten  en el enemigo y blanco principal de la clase obrera y el pueblo en su lucha por romper las cadenas de la dependencia externa, elemento sustancial del combate para conquistar la emancipación social y nacional (como ocurre, por en ejemplo en África, en donde el imperialismo francés tiene significativa presencia); no obstante ello, debido a su poderío económico, político y militar, el imperialismo estadounidense es el enemigo principal de los trabajadores y los pueblos a nivel mundial.

23. El sistema capitalista imperialista ha logrado imponer la «legitimidad» de su dominación y mostrarse como expresión de un mundo interdependiente; la mayoría de las masas trabajadoras, en todos los países es víctima de la manipulación ideológica por parte de los monopolios y las clases dominantes en cada país. Reafirmamos como las contradicciones fundamentales, la que opone al trabajo con el capital, a los países dependientes con los países imperialistas, a los monopolios y países imperialistas entre sí.

24. En oposición a esta situación, en todos los países y con distintos niveles, sectores de la clase obrera y los pueblos identifican el nefasto papel que ejerce el imperialismo en la relación con sus respectivos países; condenan el intervencionismo económico y político, la opresión, el belicismo, las guerras de agresión a los pueblos; tienen disposición para combatir esas acciones. Sin embargo, existen visiones unilaterales que condenan a la potencia que actúa directamente o de manera más manifiesta sobre ellos y ponen expectativas en la ayuda o apoyo que otro Estado imperialista podría dar para lograr el progreso o conquistar la emancipación. Estas apreciaciones responden, en unos casos, a las limitaciones políticas de la clase obrera y el pueblo para comprender de manera integral al sistema capitalista-imperialista, en otros casos, son el resultado de la influencia de fuerzas políticas que se encuentran al servicio de uno u otro imperialismo, de la socialdemocracia, el oportunismo y el revisionismo.

25. NO HAY IMPERIALISMOS BUENOS Y MALOS, No hay países imperialistas buenos y malos. Todos representan los intereses del capital financiero imperialista; existen sobre la base de la explotación del trabajo de la clase obrera y la opresión de los pueblos y el saqueo de las riquezas de los países; por su naturaleza, el imperialismo engendra explotación y violencia. Son enemigos del socialismo y el comunismo, de las fuerzas revolucionarias y particularmente de los marxista-leninistas.

26. La lucha de clase obrera y los pueblos por la emancipación social y nacional debe estar guiada por una política de independencia de clase, esta es una condición para que se cumplan a plenitud los objetivos estratégicos de la revolución del proletariado. Esto implica poner al centro la defensa de los intereses de la clase obrera y los pueblos, y, ubicar como blancos a la gran burguesía y a la dominación imperialista. La independencia de clase no niega, al contrario, supone la posibilidad y necesidad de aprovechar las contradicciones Inter burguesas que en un momento concreto y en una formación social específica se presentan; de la misma manera, una política de independencia de clase del proletariado supone la necesidad de aprovechar las contradicciones interimperialistas, a fin de debilitar la dominación del blanco determinado como principal y fortalecer el bloque de las fuerzas revolucionarias. El partido comunista debe aprovechar adecuadamente las contradicciones interimperialistas con una política justa y correcta de acuerdo a las condiciones concretas, teniendo  presente las enseñanzas del camarada Enver Hoxha respecto de que «no se puede depender de  un país imperialista para combatir a otro».

VI

27. La revolución social del proletariado es, en esencia, un movimiento anticapitalista y antiimperialista, los dos elementos se encuentran indisolublemente ligados. La lucha de los pueblos en contra de la dominación y opresión del imperialismo es uno de los ejes fundamentales de la política revolucionaria de nuestros partidos, porque golpea al corazón del sistema de dominación y explotación del capital internacional, porque ataca a la maquinaria que pone en movimiento al capitalismo actual. En los países dependientes, el programa de la revolución social del proletariado entrelaza el cumplimiento de tareas antiimperialistas, anticapitalistas y democráticas; en los países de gran desarrollo capitalista, el programa socialista de la clase obrera liquidará a los grandes monopolios transnacionales, el dominio que estos ejercen, el poder del Estado y la dominación de la clase burguesa.

28. El partido del proletariado trabaja por la constitución de un gran frente de lucha antiimperialista de los pueblos, entendido este —sobre todo— como un elemento de orden político, dadas las grandes dificultades para la construcción de una estructura organizativa a nivel internacional. Los sectores sociales víctimas de la opresión del imperialismo son susceptibles de incorporarse a su accionar, convirtiéndose en aliados objetivos de la clase obrera para su lucha; también lo son otras fuerzas revolucionarias, de izquierda, progresistas, democráticas. En cada país, debemos trabajar por construir en el ámbito ideológico, político y organizativo el frente antiimperialista para ganar el liderazgo y la hegemonía.

29. El frente antiimperialista es un frente amplio, en el que se expresa la política de unidad del partido del proletariado. Proponemos atraer a él a las masas de la clase obrera, el campesinado pobre y medio, la juventud y las mujeres de los sectores populares, los trabajadores de la educación, la intelectualidad progresista y democrática, sectores de la pequeña burguesía urbana que repudian la política del imperialismo. Esta política debe tener en cuenta las condiciones concretas de cada país, especialmente considerando los intereses y el comportamiento diferenciado de las clases y sectores según se trate de países capitalistas desarrollados o de países dependientes.

30. Su accionar se expresa en la denuncia y el combate a toda política impulsada por el imperialismo que afecta la soberanía de los países, el derecho a la autodeterminación de los pueblos, que violenta los derechos humanos, que promueve el belicismo, las agresiones militares y las guerras, que afecta la libertad y la democracia, que destruye la naturaleza y el medio ambiente, que promueve concepciones racistas, xenófobas, homofóbicas, supremacistas; levanta la lucha contra los bloques políticos y militares y el establecimiento de bases militares, en contra del saqueo de los recursos naturales, en oposición de la intromisión cultural, el cosmopolitismo y la promoción del modo de vida norteamericano, entre otros aspectos.

31. La oposición a las políticas estatales que benefician a los intereses de los poderosos grupos monopólicos internacionales tiene un carácter antiimperialista debido a los blancos que golpea; la solidaridad internacionalista de los pueblos posee también una connotación de esa naturaleza.

32. El impulso de esta política requiere encontrar formas e instrumentos organizativos de carácter local, regional o mundial que cumplan la función de espacios de coordinación de propuestas políticas y de acciones de lucha, que se estructuren alrededor de programas que multilateralmente confronten al imperialismo, en unos casos, o que actúen sobre aspectos específicos o particulares.

33. En el movimiento antiimperialista intervienen distintas corrientes y fuerzas políticas, algunas de las cuales son susceptibles de trabajar con ellas para incorporarlas al frente antiimperialista; sin embargo no todas ellas son consecuentes y plenamente antiimperialistas, pues, su visión del escenario mundial les lleva a mirar únicamente al imperialismo estadounidense como enemigo de los pueblos y subestiman a los otros imperialismos; también hay sectores de la socialdemocracia y el revisionismo que son antiestadounidenses, pero no antiimperialistas.

34. Se debe tener presente que desde varios sectores de la socialdemocracia y el oportunismo se exhiben las tesis de que China y Rusia son grandes potencias y no países imperialistas, que hacen un contrapeso a EE UU y contribuyen a frenar los apetitos expansionistas y hegemonistas de los imperialistas norteamericanos y europeos, por tanto, deberían ser considerados como amigos de los trabajadores y los pueblos. Se trata de ideas que circulan profusamente y contribuyen a la confusión de los trabajadores, los pueblos y de los sectores de las clases y capas medias que tienen interés de luchar contra la dominación y opresión imperialistas.

35. Para el partido del proletariado es fundamental desarrollar un trabajo de esclarecimiento de estos fenómenos, a fin de desarrollar en las masas una auténtica conciencia antiimperialista. Este es un trabajo paciente y sistemático, pone como blanco al sistema capitalista-imperialista en general, toma en cuenta las acciones y las políticas que impulsan los países imperialistas en contra de los trabajadores y los pueblos para desenmascararlos, para mostrar que por igual son enemigos de los pueblos.

36. La política neo-colonial del imperialismo se impuso y se mantiene con el uso de la fuerza, de la violencia, pero se sostiene también con la cohesión ideológica. En la batalla ideológica, tienen ventaja la gran burguesía internacional y los poderosos grupos monopólicos, que han sembrado en la mente de los pueblos la admiración por el «fantástico» desarrollo alcanzado por las grandes economías capitalistas, particularmente occidentales, que supuestamente han resuelto y facilitado la vida de la población. Esa quimera provoca que en sectores empobrecidos de los pueblos se anide la idea del «sueño americano», del futuro prometedor en los centros capitalistas más desarrollados.

37. La afectación ideológica a las juventudes, debido a las concepciones y prácticas sociales promovidas por el imperialismo es grande. En ellas ha tomado fuerza el individualismo, el hedonismo, la admiración a la violencia, la adoración a ídolos que promueven esos puntos de vista. Distanciar a los jóvenes de esos puntos de vista y encausarlos por las ideas democráticas, progresistas y revolucionarias es fundamental; en general, la confrontación ideológica a las concepciones promovidas por el imperialismo entre los trabajadores y los pueblos es indispensable para fortalecer la lucha en contra de la dominación imperialista.

38. El mundo de nuestros días —en un buen número de países— registra el resurgimiento de fuerzas ultra reaccionarias y, algunas de ellas, abiertamente pro-fascistas y fascistas. El partido del proletariado debe tener en cuenta estas circunstancias que plantean la necesidad de enarbolar las banderas de la democracia y las libertades públicas amenazadas, la obligatoriedad de proponer la conformación de programas y frentes  democráticos y antifascistas y de trabajar seriamente por su constitución. La lucha contra el fascismo se convierte en la tarea principal allí donde crecen las políticas fascistas y pro-fascistas. Debemos tener en cuenta que el fascismo despierta un importante apoyo popular, debido a que los gobiernos social reformistas han fracasado y frustrado los anhelos populares, y las limitaciones de nuestros partidos, que facilita que se preste atención a las prédicas del fascismo. En términos generales, los comunistas no debemos subestimar la amenaza del fascismo.

39. En todos los países, una tarea fundamental para los comunistas es la construcción del frente antiimperialista, instrumento indispensable en la lucha emancipadora de la clase obrera y los pueblos. En todas partes la lucha por la revolución y el socialismo enfrenta al sistema capitalista imperialista. No es posible conquistar la emancipación de la clase obrera y con ella la liberación de la humanidad sin combatir y derrotar al imperialismo y las cadenas de la dependencia; la revolución social y la liberación nacional forman, en los países dependientes, una sola gran tarea; la destrucción de los monopolios imperialistas es una tarea obligatoria de la revolución y el socialismo.

40. El frente antiimperialista permitirá el combate al capitalismo en cada país, conducirá a la conquista de la revolución y el socialismo si está dirigido por la clase obrera y su partido. Si esta condición no se cumple la lucha del proletariado, de las demás clases trabajadoras y los pueblos podría incluso conquistar la victoria, pero el destino final de esas batallas no será la eliminación de la esclavitud asalariada, no será la revolución y el socialismo. Podría ser, como ha ocurrido, la eliminación de la dominación de un país imperialista y la transferencia de la dependencia a otro país imperialista.

41. Los partidos y organizaciones marxista-leninistas proponen en nuestros países, teniendo en cuenta las condiciones específicas, trabajar por la formación de instancias organizativas que incluyan a la clase obrera, a las demás clases oprimidas y explotadas –constituidas principalmente por el semi-proletariado urbano y rural, el campesinado pobre y las naciones oprimidas–, a las mujeres y a los jóvenes, en las que se debata la naturaleza del sistema capitalista imperialista, se coordinen políticas y actividades que permitan avanzar en la lucha democrática y de liberación social, así como en el enfrentamiento al imperialismo. Estas iniciativas deben ser coordinadas desde la CIPOML e impulsadas multilateralmente.

42. Cada partido y organización cuenta con importantes experiencias en la forja de la unidad antiimperialista en su país, esas prácticas deben ser estudiadas para avanzar a nivel internacional.

43. El Seminario «Problemas de la Revolución en América Latina» es una experiencia que viene permitiendo el intercambio de opiniones y puntos de vista de diversas organizaciones políticas, la denuncia de las políticas imperialistas de agresión y saqueo, el aprendizaje de sus participantes de las experiencias de los demás y un cierto nivel de coordinación de acciones internacionalistas, de la solidaridad y ayuda entre los revolucionarios, los trabajadores y los pueblos.

18. Iniciativas que deben fortalecerse son el Encuentro de Sindicalistas de América Latina y el Caribe, así como los Encuentros de Mujeres trabajadoras que desarrollan en América Latina. Debemos sacar lecciones de estas experiencias para impulsar nuevas tareas y desafíos y desarrollar estas en otras regiones.

45. La denuncia y lucha contra el imperialismo nos plantea tener presente algunas banderas generales que deben ser concretadas de manera específica en cada país y región:

Defensa de la soberanía nacional

Oposición al saqueo de los recursos naturales

Denuncia y combate al endeudamiento externo de los países

Combate a las políticas depredadoras de la naturaleza de los monopolios y países imperialistas

Condena a la intromisión cultural imperialista

Denuncia de las guerras de agresión

Condena del genocidio que se infringe al pueblo de Palestina por parte del sionismo israelí,

Oposición a la guerra imperialista

Denuncia de los bloques militares imperialistas, la OTAN, el Pacto de Sangay, el Aukus, el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, la Unión Europea.

Desarrollo de la más activa solidaridad con los trabajadores y los pueblos que luchan por su emancipación social y contra la dominación imperialista en las diversas latitudes.

Diciembre de 2023

Fuentes:

CIPOML: Luchar contra el imperialismo, por la revolución proletaria

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