Los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York en 2001 son como el toro que mató a Manolete: valen para cualquier propósito que a uno se le meta en la cabeza.
En el franquismo la policía torturaba a los detenidos para que “cantaran” que ellos eran los responsables de la llorada muerte del torero Manolete, la imperecedera gloria de un país que no tenía ninguna otra.
Primero el 11-S justificó la invasión de Afganistán porque sus autores habían sido los talibanes. Luego sirvió para hacer lo mismo en Irak, porque la culpa había sido de Saddam Hussein.
Ahora el ridículo sube de grado cuando un juez federal de Nueva York, George Daniels, condena a Irán a indemnizar con millones de dólares a las víctimas de los atentados: 12,5 si se trata de la pareja, 8,5 por parentesco de consanguinidad y 4,5 a los hermanos.
¿Qué relación hay entre Irán y los atentados del 11-S? Es un misterio que sólo los grandes juristas como Daniels serán capaces de explicarnos alguna vez.
¿Por qué no cargar la factura en la cuenta de Arabia saudí si 15 de los 19 autores de los atentados tenían dicha nacionalidad? Es otro misterio que el señor Daniel nos debe contar.
Naturalmente que dicho juez federal es tan independiente como cualquier otro de influencias políticas, prebendas, chantajes y presiones de cualquier tipo.
Su sentencia tampoco tiene absolutamente nada que ver con la ruptura del acuerdo nuclear firmado por su país en Viena en 2015. Nada que ver con las sanciones económicas contra Irán que se impondrán el lunes de la semana que viene…
No sean Ustedes conspiranoicos y no vean cosas raras donde no las hay.
Fuentes: