Hacking at the End of the Universe
Por Rop Gonggrijp y Hanneke Vermeulen
Los días 4, 5 y 6 de agosto de 1993 se realizó en Holanda
un congreso internacional de hackers. Los organizadores
de Hacking at the End of the Universe (hackeando al final
del universo), nos cuentan como fue su experiencia.
Memorias de los organizadores
Todo empezó en enero de 1993. Rop, la personificación de
Hack-Tic, y autor de más de un plan megalómano, habla de
una nueva idea sobre la que estuvo pensando por algún
tiempo: un congreso de hackers al aire libre. En agosto
de 1989, él y Paradiso, un centro cultural en Amsterdam,
organizaron juntos 'The Galactic Hacker Party' (la fiesta
galáctica de los hackers). Esto sería algo similar, pero
ligeramente diferente: en carpas, y preferentemente
alejado del mundo civilizado.
Entonces, sucedió todo. La organización empezó con cosas
generales: encontrar una fecha, un terreno, oradores, y,
por supuesto, un nombre para el evento. Los autores de
este artículo hicimos la administración general. De
acuerdo a una tradición hacker muy antigua, salimos
haciendo dedo en un 'viaje de negocios' hacia Bielefeld y
Hamburgo para contarles nuestros planes a los clubes
alemanes de hackers Foebud y Chaos Computer Club y a
pedirles su cooperación.
Al final de marzo iniciamos nuestra campaña de
publicidad, la cual es un gran éxito. Nuestra gacetilla
de prensa, la que enviamos a setenta diarios y revistas
distintos, tiene exactamente una sola respuesta. El
comité 'Llamen a Flevoland Flevoland' está enojado porque
usamos la palabra 'Flevopolder' para indicar el lugar del
congreso. Flevoland es una de las doce provincias
holandesas, y como está en un polder (terreno ganado al
mar), mucha gente le llama Flevopolder.
Pero, afortunadamente, los valerosos organizadores tienen
otras ideas publicitarias brillantes. Entonces, Rop toma
un tren a Hannover, con 3000 folletos en alemán para
dárselos al público en CeBit. Como no todos los folletos
estaban doblados decentemente, otros pasajeros del tren
le ayudan a terminar ese trabajo.
Mientras estábamos organizando, el tiempo pasa y la fecha
del congreso se acerca rápidamente. Toda clase de cosas
empiezan a parecernos dramáticamente reales. Cada vez
nuestro humor cambia más entre la esperanza (¡va a ser
grandioso!) y el miedo (va a ser el fracaso más grande de
la historia...) No tenemos ni la más mínima idea de
cuanta gente esperar (200? 1200?), todo es más caro de lo
que debería ser, y no tenemos administración. Hanneke
fija desesperadamente sus pensamientos en los 500
huéspedes imaginarios para los cuales estamos organizando
el congreso. Rop no puede dormir a la noche, teniendo
visiones de carpas vacías, un terreno demasiado grande, y
hackers desilusionados. Ya aceptó la bancarrota de Hack-
Tic y la suya propia.
Dos días antes del comienzo de Hacking at the End of the
Universe, empezamos con los preparativos en el lugar. El
equipo de la red ya había estado conectando cables,
terminales, y modems en un lugar de prueba por dos días.
Los voluntarios Están corriendo frenéticamente por el
terreno con mesas, sillas, computadoras, barriles de
cerveza, teléfonos, paquetes de cable ethernet, carpas
viejas del ejército, martillos, clavos, carteles y con
sudor en la frente. En el salón aparece un bar, una red
de computadoras, un stand donde se venderán cosas
relacionadas con los hackers. Por todo el terreno, cables
de electricidad y cables ethernet yacen hermanados juntos
en el pasto. Un caso especial es la conexión de seis
líneas telefónicas extra. PTT Telecom, la empresa local
de teléfonos, tiene la solución perfecta para evitar
conectar cables extra. Con la ayuda de un multiplexor,
nos pueden dar ocho líneas en dos cables. Este método
tiene un par de desventajas menores: no se pueden pasar
faxes por esas líneas y no se pueden usar comunicaciones
por modem de alta velocidad. Pero eso no es un problema
para festivales como éstos, ¿no?. Rop lleva a los
caballeros a nuestra oficina de red. Después de una
rápida mirada, deciden juntos que los cables extra son
definitivamente necesarios. Ya hay una atmósfera de
Hacking at the End of the Universe, y también tuvo su
efecto sobre los técnicos de PTT. Poco tiempo después,
las líneas extra Están llegándonos a través de los
árboles.
Apagones
Algo más: la corriente. Los 22 KW, 220 volts que pudimos
sacar de la compañía eléctrica local Están completamente
usados. Los monitores Están empezando a bailar y las
computadoras se resetean espontáneamente cuando se
enciende la heladera. Por supuesto, ya nos habíamos dado
cuenta de esto hace meses, por eso alquilamos generadores
para la energía extra. Pero, los generadores alquilados
son para 'trabajos pesados'. Los reguladores Están rotos
desde hace años, y tenemos aproximadamente 190 volts con
40 hz. Puede ser que esto esté bien para perforadoras,
pero las computadoras son un poco diferentes...
Y entonces, de repente, el día anterior a que empiece
todo, a última hora de la tarde, empiezan a llegar: los
visitantes. Están viniendo realmente. Y parecen venir
todos al mismo tiempo. 'Está viniendo gente' grita
Hanneke asustada, y de repente se da cuenta de que todo
esto es real.
Pero el susto no dura mucho. Mucha gente se ofrece como
voluntarios cuando decimos que necesitamos ayuda. En muy
poco tiempo hay equipos operando independientemente en el
bar y en la recepción. Gente que vino como visitantes se
pierden la mitad del programa sin quejarse, porque Están
trabajando. Y nadie tiene tiempo para dormir. Es difícil
encontrar alguien que haya venido como invitado y que
espere encontrar todo perfectamente organizado. A mucha
gente parece gustarle que los necesitemos.
Carpas por todos lados
Cuando empieza el congreso, el miércoles 4 de agosto, el
terreno está lleno de carpas y todo el mundo está alegre.
De repente, hasta el clima es perfecto, en medio de un
verano extremadamente húmedo y gris. El discurso de
apertura está a cargo de Emmanuel Goldstein, editor de la
revista norteamericana de hackers 2600. Las 400 sillas de
la gran carpa Están ocupadas. Los costados de la carpa
han sido abiertas y el que no puede conseguir sillas está
tirado afuera en el pasto.
Esa tarde tiene lugar el foro de discusión 'networking
for the masses' (redes para las masas), con alrededor de
10 personas de el mundo alternativo de las redes en el
podio. Se intercambian opiniones, y lo que importa
realmente no es la técnica, más bien el uso y utilidad de
las redes de computadoras.
Además de los foros de discusión Están los workshops:
Pengo, de Berlin, habla sobre las debilidades del sistema
operativo VMS. Billsf y Rop dan un workshop en el cual
cuentan que tipo de mensajes interesantes de radiollamado
se pueden recibir con facilidad del aire. David C., que
tiene una compañía de computación en Amsterdam, explica
los principios del dinero digital anónimo. Ha
desarrollado un principio criptográfico que hace posible
sustituir el efectivo por dinero electrónico, sin perder
la privacidad de la gente que usa este sistema.
La gente que no está siguiendo un workshop se divierte,
de todas formas. En el salón principal hay unas 50
computadoras en largas filas sobre las mesas. Noche y día
la gente está viajando desde Flevopolder hacia todo el
mundo vía Internet. Incidentalmente, alguno juega a algún
juego o copia algún programa. Cuando algún alma solitaria
llena su pantalla con fotos porno, la prensa está
inmediatamente mirando interesada sobre su hombro. Cuando
está funcionando la red dentro del salón, se conectan los
campos. Largos tramos de cable coaxil entre los árboles,
y a veces un repetidor en una bolsa de basura, y voilà:
la primera red ethernet al aire libre empieza a existir.
La gente se tira al pasto con sus laptops, o se sienta en
grupos alrededor de las PC como si fueran fogatas de
campamento. Un operador de computadora de oficina, con
traje y corbata, que de alguna forma se perdió acá,
sacude su cabeza viendo tan poco respeto por, a sus ojos
sagrado, equipo.
Plan de emergencia
La tarea de alimentar cientos de hackers hambrientos está
en las manos de una organización con el acertado nombre
de 'Rampenplan'. En castellano, esto significa algo así
como plan de emergencia o plan de desastre. Todos los
días los voluntarios preparan el desayuno, almuerzo y
cena en sus cocinas portátiles. Pero para algunos hackers
esas comidas vegetarianas son un poco demasiado
saludables, y todas las noches vemos cantidades de pizza
enfriándose en el salón principal, mientras que los
repartidores Están buscando desesperadamente a quiénes
las ordenaron.
La prensa, que reaccionó en marzo con un silencio total
al anuncio de este congreso, vino en filas compactas en
agosto, armados con micrófonos, cámaras fotográficas y
equipo para filmar. Pero muchos de los visitantes del
congreso no quieren encontrar sus caras en los diarios o
en televisión, por lo tanto no se les permite a las
cámaras filmar en todos lados. Los que quieren permanecer
de incógnito pueden comprar un par de anteojos oscuros en
el pequeño 'hackshop'. Algunos visitantes trajeron sus
propias cámaras de video y empezaron, riéndose, a
contestar filmando a los periodistas. Un equipo de
filmación australiano se llevó el premio al periodista
molesto: casi se pelean con unos hackers que querían
permanecer anónimos. Por supuesto que queremos ver que
piensa la prensa de nosotros, y las noticias de la tarde
se proyectan en una pantalla gigante. Pero nadie pensó en
traer una antena, y el hecho de que no tuviésemos el
canal de televisión RTL4 en medio de un polder desierto
fue una sorpresa para nosotros también...
La prensa tiene que comprar una entrada en la puerta,
también, como todos los fanáticos de las computadoras con
poco dinero. No Están muy contentos con eso. Los equipos
de camarógrafos (a los cuales se les permite entrar con
todo el equipo con sólo un ticket) se quejan porque de
esa manera sólo los periodistas ricos pueden tener la
noticia, mientras descargan cuidadosamente su costoso
equipo de sus autos de lujo. Un periodista amenaza con
escribir un artículo negativo sobre el congreso si tiene
que pagar una entrada. En efecto, escribió un artículo
negativo.
Woodstock
El jueves, el segundo día del congreso, uno puede sentir
una 'atmosfera Woodstock'. Algunas personas habían
conseguido hash o hierbas y en el hall principal había un
olor característico. El terreno es una mezcla graciosa de
banderas suecas, patentes alemanas, humor inglés y
cerveza holandesa. Después de hacer algunas cuentas
llegamos a que hay al menos 700 personas de 15
nacionalidades que vinieron al Flevopolder por tres días
con sus carpas. Y quizá unos 300 visitantes de un día,
por día. En la parte del terreno en que pueden estacionar
los autos hay un viejo ómnibus de Copenhague con 17
daneses y varias computadoras adentro. No muy lejos de
los daneses, hay una pequeña van alemana, totalmente
llena de equipos de transmisión y recepción. Es una vieja
van de radio de la ex República Democrática Alemana, y
mucho de su equipo fue fabricado en la Unión Soviética.
En el centro del terreno hay una construcción metálica de
10 metros de altura, donde se conectan las antenas de los
locos del packet radio, y las de los teléfonos
inalámbricos con los cuales se pasea la gente de la
organización. Nuestro técnico de sonido, Nils, también se
cuelga en ésta de vez en cuando, a 8 metros sobre la
tierra. Cuando de repente empieza un tormenta, decenas de
personas corren en pánico hacia la torre a desconectar
sus antenas.
Felipe está configurando un router en la computadora de
Stonehenge, hecha por la artista Mathilde. Tiene un
teclado de piedras, y funciona realmente, pero hay que
apretar las teclas un poco más fuerte que lo que uno está
acostumbrado. Bill está protestando porque un van acaba
de pasar por 'sus' líneas telefónicas, a pesar de que
Están colgando de los árboles a dos metros de altura. Los
organizadores, especialmente el equipo de red, apenas ha
dormido, o directamente no lo hizo, y Están tratado de
mantenerse despiertos consumiendo muchas latas de Jolt.
De esa gaseosa, con una dosis doble de cafeína,
importamos algunas cajas de Estados Unidos, especialmente
para el congreso. A los visitantes también les encanta.
El sueño puede esperar, hay demasiado para ver y hacer
ahora.
Hay un workshop sobre phreaking telefónico en la carpa
grande, por ejemplo. En el podio hay un grupo de
phreakers pequeño pero internacional. Un participante
alemán, que no pudo venir físicamente debido a un
accidente, está participando por teléfono. Alguien de la
audiencia se para y dice que hacer llamadas telefónicas
gratuitas es robo. Se puso una remera de PTT Telecom
especialmente para esta discusión, como nos dice después
con una sonrisa. Andy, del Chaos Computer Club de Berlin,
responde que según su visión la comunicación es una
necesidad humana básica. Pedir mucho dinero por ella es
como privatizar el aire, según su opinión.
The Key y Rop dan un workshop sobre abrir cerraduras.
Para la gran audiencia The Key abre una cerradura después
de otra. Cuando, al final, una cerradura vendida como
'muy segura', con un sistema de tarjeta con chips, se
abre, obtiene un aplauso masivo. No sólo le dice a la
gente que cerraduras son inseguras, sino también qué
cerraduras ponerles a las puertas de sus casas. Es la
mejor prevención del crimen.
Dude da una clase sobre 'ingeniería social', el arte de
sacarle información a la gente que no quiere o no está
autorizada a darte. El hecho de que se las arregló para
mantener a 300 personas interesadas por más de una hora
revela alguna experiencia práctica en ese campo.
El final se acerca
El viernes 6 de agosto empieza con workshops sobre la
paranoia y los servicios secretos. La gran discusión del
día es 'Hacking (and) the law', hackeando (y) la ley. Ya
en ese momento sabíamos que a Harry Onderwater, jefe de
la sección de delito informático del CRI (Central
Research Informationservice) no se le permitió venir,
porque el CRI piensa que el riesgo de que ocurran ofensas
criminales en el congreso es demasiado alto. Después de
meses de preparaciones nos mandó una pequeña carta,
algunos días antes del congreso. Esa mañana nos llega el
mensaje de que el profesor Herschberg está enfermo. La
discusión no es lo que esperábamos. Afortunadamente,
Francisco van Jole, el moderador, se las arregla como
para que nadie se ponga de acuerdo con ningún otro. Se
desarrolla una interesante discusión entre Don Stikvoort,
del CERT (Computer Emergency Response Team, una
organización internacional sobre seguridad informática),
y Emmanuel Goldstein.
Cuando el viernes a la tarde todo empieza ser desarmado
lentamente, parte de la red queda para la noche. Nuestro
fiel equipo de red trabajaron tan duramente para poner en
funcionamiento la red que no pueden ver que ya maten a su
hijo electrónico.
Y entonces, la fiesta final: queríamos que fuera
tremenda, pero es más bien un poco extraña. Esperábamos
que todos quisieran bailar, así que conseguimos tres
bandas, máquinas de humo, muchas luces de colores, y un
bar. ¿Y qué pasa? todos esos extraños hackers se sientan
juntos en una fogata, a algunos cientos de metros de
allí... ¿Deberíamos alegrarnos del hecho de que ya no
estén sentados tras sus computadoras?
El sábado a la mañana, cuando todo el mundo guarda sus
cosas, dice adiós y se va, el representante de ANWB, los
dueños del terreno, nos felicita por el buen trabajo del
equipo de limpieza que mandamos a limpiar el terreno.
Bien, muchas gracias, pero todavía no mandamos a nadie a
limpiar. Aparentemente la multitud tomó muy seriamente
nuestro pedido de mantener el campo limpio. Que dulces...
Mientras nos sentamos aquí, completamente exhaustos
después de tres días de congreso y todos los
preparativos, rodeados de toneladas de basura, pedazos de
madera, tazas de café, cajas de cartón, monitores y todo
lo que puedan imaginar, mientras estamos teniendo
pesadillas sobre cómo vamos a llevar todo esto de vuelta
a Amsterdam, la gente se nos acerca y nos pregunta
alegremente dónde va a ser el 'Hacking at the End of the
Universe' 1994...
¡No! No podemos organizar grandes eventos como éste todos
los años sin volvernos totalmente locos. Van a tener que
vivir con las experiencias y recuerdos de agosto de 1993
por un tiempo.
Estamos muy satisfechos de cómo fueron esos tres días.
Muchísima gente nos felicitó por nuestra buena
organización (¿nosotros, organizados?) e incluso por el
clima. Esperamos haber probado que el estereotipo del
hacker antisocial, sentado con su computadora como única
compañía, es erróneo. Los hackers se juntan con gente
ordinaria y la gente ordinaria se junta con los hackers.
Ambos grupos pueden necesitar un tiempo para lograrlo.
Nosotros nos estuvimos paseando por semanas con amplias
sonrisas.
Nota: este artículo apareció originalmente en la revista
holandesa Hack-Tic número 22/23, noviembre de 1993.
Publicado con permiso de sus autores.
Rop Gonggrijp es holandés, fundador y editor de la
revista Hack-Tic, la revista holandesa de hackers.
También es uno de los fundadores de la fundación Hack-
Tic, un proveedor de internet a bajo costo para todo el
público.
Hanneke Vermeulen es holandesa, estudiante de ciencias
del medio ambiente, está involucrada marginalmente con
Hack-Tic y está muy metida en el tema de la comunicación
de datos.