Todos los sucesos aqui narrados son ficticios y si alguno de ustedes les lega a ver algo que parece realidad y les molesta jodanse
Era una apacible tarde en Nueva Inglaterra al oeste del Parque Rivadavia cuando de repente el tranquilo tránsito de la ciudad se vió interrumpido por un poder más maligno que el de una canción de las Spice-Girls.
El reconocido archivillano Pikete-Man ocupaba nuevamente el centro de la escena (aparte del centro de la avenida) seguido de sus secuances, el "Turco" Alí Babá, Juan Castellares y su barba maligna (tan mala que le arrancó hasta los dientes) y el rey del descontrol, Alderius.
Resulta que estos desconocedores de la justicia resolvieron tomar de rehenes a los trabajadores y no los dejaron avanzar hasta que el gobierno no cumpliera con sus malignas demandas: vivir de arriba.
Mientras que clamaban por el fin de la pobreza (esto mientras le sacaban a un pobre tipo diez guitas del plan "no trabajar") y para conseguir trabajo (esto es lo más gracioso), cortaban la ruta y se comían un asadito.
El tránsito clamaba por seguir su curso y la gente de bien quería trabajar, pero la policía no podía hacer nada gracias a los "progres" jueces que querían quedar bien.
La jueza Baru-Budía si quería terminar con estos malechores, pero sabía que no podía contar con los azules así que llamó al heroe de todos los chicos: SUPER COCKNY.
Nuestro heroe urgido por la justicia se dirigió raudamente y con una pose de vuelo triunfal hacia esta región para detener a estos malhechores.
Al llegar los amigos de Pikete-Man le tendieron una trampa, y sus complices del PC (deben ser los hombres computadora), lo bajaron a piedrazos al grito de: Eso es lo que quiere el pueblo!!!!!!!! (me encantaría que algún día estos tipos me expliquen su concepto de pueblo).
Super Cockny, que se creía vencido, sacó a relucir su última carta y los invitó a ocupar una casa en Olmos.
Pikete-Man sabía que algo no andaba bien, pero el con tal de vivir de arriba aceptó y se metieron todos ahí, cuando de repente una pesada puerta de rejas se cerró detrás de ellos y quedaron encerrados, ese lugar era el penal de Olmos, Super Cockny había triunfado una vez más.
Epílogo: 15 minutos más tarde un juez "progre" los liberó dicieno que cortar calles no es tan delito como lo marca la constitución, y por la noche Pikete-Man apareció en un programa de un periodista pasado en kilos tratando a Baru-Budía y Super Cockny de "fachos" (aunque ni el sabe que mierda significa eso), y días después se sumaron todos al partido de "La Iluminada".
Ingwe