Hola!, pues aqui os dejo con el resto de la segunda parte haber si sigue siendo tan mala como lo que llevais leyendo (no os quepa duda).
QUINTO INTERLUDIO
1
-Mi señor,
hemos escuchado una alarma que procede de la Tierra. Dijo Escorbuto.
-¿Cómo?,
no puede ser, yo pensaba que había eliminado a todos los humanos.
Dijo Anormalmente Anormal.
-Eso también
lo creia yo, pero al parecer quedan unos pocos, seran unos inútiles,
yo creo que no nos darán problemas.(ja, ja, ja)
-Sean inútiles
o no, hay que acabar con ellos, es una apuesta que he hecho con Opuscupiendo,
o mato a todos los humanos o le pago dos prectos y medio y medio docena
de platanos.
-Y si gana usted.
Dijo Escorbuto.
-¿Si gano yo?,
pues si gano yo, gané, y como gané, vencí y como vencí
lo conseguí, y como lo conseguí lo logré... aaaaaaaah,
no puedo más, no puedo, sacame una foto por favor...aaaaaah. Dijo
jadeando Anormalemente Anormal.
-Tome su pastilla.
Dijo Escorbuto. – Se está poniendo nervioso, tranquilicese.
Escorbuto le dio su medicina
a Anormalmente Anormal y dijo este:
-¡Hay que matarlos!
-¿Por qué?
Preguntó Escorbuto muy intrigado.
-Por la apuesta, payaso.
-Es verdad, ahora
mismo mando una naves hacia donde procede el sonido a acabamos con todos
esos inútiles.
-Eso espero, por su
bien, Escorbuto.
-Descuide, mi señor.
2
-Ya has encontrado
los micrófonos.
-Pues si aquí
tengo unos cuantos, espero que funcionen, están viejísimos.
-Eso lo esperamos
todos, por nuestro bien, estoy deseando destruir a todos esos... aliens
y que se vaya de una puta vez ese cabrón de don Caballo que nos
está tocando yo creo que mucho los cojones.
-Bueno si, pero que
apoyarlo, los que sobrevivamos de sus paranoyadas, podremos vivir felices
en la Tierra, y ahora venga ha llevar los altavoces y los a don Caballo,
espero que esto funcionen.
Recogieron todo y empezaron
a andar, hacia donde estaba don Caballo.
3
A los cinco minutos en ese
mismo lugar llegaron unas naves la hostia de cañeras, se parecían
a las de “V”, si esas que disparaban rayos laser por delante y por detrás
y que eran blancas, pues eso, que se parecían mucho.
-Aquí no hay
de los humanos. Dijo Mammedov.
-Se deben de haber
ido ya, tendremos que seguir su rastro. Dijo Escorbuto.
-Muy bien, señor,
¿aterrizamos aquí?
-Por supuesto.
Las naves aterrizaron y
empezaron a mirar a lo lejos haber si encontraban a los humanos, no vieron,
ni oyeron a nadie, lo único que oían era la puta alarma
y al Fary.
-¡Que alguien
haga callar a ese trasto... cojones! Dijo Escorbuto.
-Ahora mismo. Dijo
Tu padre espía mjor que yo, tataranieto del famoso espía.
Tu padre espía mejor
que yo echó un erupto a la alarma y esta de inmediato se apagó.
-Buen trabajo, Tu
padre espía mejor que yo.
-Es mi boligación,
yo siempre doy el 100% de mi, cabrón.
Entonces de la nave sacaron
unos aparatos bastante extraños que los pusieron en el suelo, Mamedov
empezó a mirarlos y dijo.
-Se han ido en dirección
norte, hace más o menos siete minutos.
-Excelente, ya casi
los tenemos. Dijo Escorbuto. - ¡A las naves todos!
Corrieron al interior de
las naves y estas sin apenas ruido despegaron del suelo y empezaron a volar
en dirección norte.
4
-Joder, que quemada.
Dijo JR.
-Ya, este Sol nos
va ha matar, menos mal que nos queda poco. Dijo el historiador.
-Espero que esto funcione
y atraigamos a los aliens, porque... JR notó un viento a su espalda
y se dio la vuelta, a lo lejos vió las nves de los aliens. - ¡los
extraterrestres... ¡ pum puñetazo en la barriga.
-Mierda, vamos a correr,
no estamos muy lejos de don Caballo. Dijo el historiador.
JR, el historiador y los
demas empezaron a correr con los altavoces y los micrófonos a cuestas,
gritando el nombre de don Caballo.
5
“Joder, que poco ha durado
el mierdas este”, pensaba don Caballo mientras observaba la mano amputada
del científico loco ese, empezó a mirar la mano por todos
los lados, comenzaba a olerla cuando oyó su nombre, alguien le llamaba.
-Joder, esto me recuerda
a superman. Dijo don Caballo sonriendo.
Derrepento vió a
lo lejos lo que el pensaba que serían, ¡Unas naves!, no estaba
seguro, pero podían serlo, entonces lo comprendió, los científicos
gilipollas esos estaban siendo atacados por los aliens, y estaba llamandole
para pedirle ayuda.
-Por fin, ya estaba
arto de estar en el futuro, asi que a por los aliens esos y a casa que
llueve.
Don Caballo soltó
la mano y echó a correr hacia ellos.
Al rato se encontraron los
científicos y don Caballo.
-Que pasa payasos.
Dijo don Caballo.
-¡Los extraterrestres!...
pum, puñetazo en la barriga. - ¡Hay digo los aliens! Dijo
JR jadeando.
-Los aliens nos han
encontrado, nos están pisando los talones, te necesitamos.
-Dejarmelos a mi,
vosotros iros a un lado y dejar que las naves se acerquen, que ya vereis
que show.
Y asi lo hicieron los científicos,
corrieron despaboridos a esconderse y don Caballo se puso bien a la vista
con los brazos en cruz y gritando:
-¡Maricones!
6
-Ya casi los tenemos.
Dijo Mammedov. – En breves momentos vamos a estar encima de sus cabezas.
-Perfecto. Dijo Escorbuto.
– Vamos a por ellos, ¡acelerar al maximo!
Las naves comenzaron a ir
al doble de velocidad.
Uno de los pilotos dijo:
-Mi señor.
-¿Si? Preguntó
Escorbuto.
-Ya no vemos a los
humanos, tan solo hay uno, con los brazos en cruz y diciendo algo que no
entiendo.
-Encender los monitores
de sonido exterior, para ver que nos comenta el tipo ese.
Los conectaron, y al momento
se escuchó:
“Maricones, venir aquí,
no hay huevos”.
-Pero como se atreve
el cagón ese. Dijo Escorbuto.
-¿Qué
hago mi señor?
-Disparele el rayo
laser y ha buscar a los otros, que por lo menos no nos dicen nada y los
podemos rucar, ha este yo le tengo miedo, tiene unos cojones muy grandes.
-¡Si mi señor!
Y los ext... aliens conectaron
los laser y apuntaron a don Caballo.
7
-...no hay huevos.
Terminó de decir don Caballo, esperaba que se cabrearan tanto, como
para aterrizar en tierra.
-¡Subnormales!,
que, que no venis, si no venis, voy yo.
Entonces se observó
que lanzaban como un rayo azul.
-Mariconada a mi,
tomar esto. Dijo don Caballo y entonces sacó un espejo y el rayo
se reflejó en el y se dirigió a la nave.
El estruendo fue la hostia,
la nave recibió de lleno el rayo, se tambaleó y cayó
en picado, pero misteriosamente no explotó, sino que se estrello
simplemente contra el suelo.
Todavía quedaba otra
nave en el aire, y esta aterrizó, bajaron por la escalerilla un
montón de soldados, pero no llegaron al suelo, porque al final de
la escalera estaba... don Caballo.
-Que, de picnic. Dijo
don Caballo.
Los soldados apuntaron a
don Caballo, pero este no les dejó oportunidad, subió por
las escaleras, con una agilidad felina, sacó una cesta de la compra
y metió al primero un filete en la boca, a otro una patata sin pelar,
a otro unas lechugas, y asi uno a uno, comieron bien.
Los soldados empezaron a
tragar los alimentos y don Caballo dijo:
-Pero sereis buitres,
devolverme la comida. Y acto seguido les dio un puñetazo en la barriga
a cada uno. Los soldados vomitaron, pero mientra vomitaban don Caballo
les seccionó el cuello a cada uno y sus cabezas sed fueron para
atrás, asi que parte de su vomitada se salió por el cuello
y ¡manchó sus camisas!
-Bueno, estos ya están
servidos, vamos a otra mesa. Dijo don Caballo
El vió que se intentaba
abrir la puerta de la otra nave y se acercó haber que pasaba.
De la nave salió
uno que ni siguiera vió la luz del día, porque tenía
un problema con sus ojos.
-¿Problemas?
Preguntó don Caballo mientras quitaba de los ojos del tio unas agujas
de coser, que misteriosamente, habían aparecido.
-Haaayyy.
-Hay, hay, hay, hay,
canta u no llores. Cantaba don Caballo mientras le sacaba un pulmón.
-Este pulmón
me gusta. Y se le metió en la boca a otro tipo que en ese mismo
momento sacaba la cabeza.
-Mastica, mastica,
payaso. Y el tipo masticó, pero muy mal porque la mano de don Caballo
se había metido en el ojete del tio y le había sacado los
intestinos.
-Que, una mala digestión,
no hay problema. Y le metió un muñeco de Pressing Catch por
la nariz. –Esto te desatascará la nariz.
Entonces otro se asomó.
-Dime niña
de mis ojos, de quien eres. Dijo el tipo que se asomó.
-Soy el cochecito
leré. Dijo don Caballo mientras le sacaba lo que se suponía
era su oido interno y externo de la oreja izquierda.
-¿Me oyes?,
ponte esto si no me oyes. Y le puso un Wisper XL, y TNT y encima encendida
la mecha. – Tu tranquilo, ahora se te despejará la cabeza.
Y asi fue, su cabeza se
desatascó de su cuerpo y ese era el fin de Escorbuto, campeón
de lanzar los mocos más verdes y más lejos que todos, por
eso era el capitán, y no pescanova precisamente, de la nave.
Don Caballo todavía
tuvo trabajo con el ciego, el tipo todavía vivía con un solo
pulmón, pero tuvo problemas de respirar cuando don Caballo le metío
su propia polla amputada, eso si que es una putada.
Don Caballo se apartó
dando unos pasos atrás y vió lo que había hecho. De
los árboles, bajaron los científicos achorrados, viendo el
show.
-Si que ha sido un
show. Dijo JR.
-Esto no ha sido nada,
ahora tengo que ir a por el jefe, estos tan solo eran unos mandaos. Dijo
don Caballo.
-Y como piensa ir.
Dijo JR.
-Pues como va ha ser,
con esa nave que está allí, donación exclusiva de
los aliens.
-¡Hay están
tus cojones, tio! Dijo otro científico.
-Y aquí los
tuyos. Dijo don Caballo abriendo las manos y enseñando los cojones
del tio arrancados, uno en cada mano.
El tipo se miró los
pantalones y los vió llenos de sangre.
-Son las cosas de
la vida, mala suerte colega. Dijo don Caballo mientras se dirigía
a la nave.
-¿Va ha ir
ahora? Dijo JR.
-Pues si, mira no
tengo otra cosa que hacer, asi que me voy ha hacer una visita a los aliens,
dicen que tienen unos pasteles de melocotón que son la hostia.
-Pues fale. Dijo JR.
Don Caballo apartó
los cadáveres con las piernas.
-Y además tengo
prisa por volver a mi época, esto apesta.
-Lo comprendemos,
en cuanto acabes tu misión te devolveremos a tu siglo, si tu quieres,
claro.
-Bueno, paranoyas
industriales, me piro, ya nos veremos.
Y don Caballo se metió
en la nave, y yo me pregunto una cosa, ¿cómo la pilotará?,
porque yo no sé.
SEXTO INTERLUDIO
1
-Atención,
aquí Anormalente Anormal, pido contestación, ¡Escorbuto!,
donde estás, payaso.
Anormalmente Anormal llevaba
un rato intentando contactar con Escorbuto, pero este nada, no decía
ni “muu”.
Entonces vió que
una de sus naves se estaba poniendo en movimiento.
-Perfecto, no es la
nave de Escorbuto, pero creo que habrán cumplido su misión
y en una sola nave vendrán para acá.
Por supuesto, se equivocaba.
2
Don Caballo entró
en la nave y se dio cuenta de un detalle, ¿cómo cojones la
iba a pilotar?, empezó a mirar todos los botoncitos, palancas y
mandos de la nave.
-Esto no lo pilota
ni el comandante de la nave Enterprise.
Entonces don Caballo escuchó
una cadena de Water. Rapidamente se puso detrás de la puerta de
donde provenía el sonido y esperó, oyo correrse el pestillo
y salió un tipo, rapidamente don Caballo le cogió de los
huevos y le preguntó:
-¿Quién
cojones eres?
-Tu padre payaso.
Don Caballo le apretó
más los huevos.
-Le hago la misma
pregunta.
-Tu padre payaso.
Dijo el tipo con cara de estriñido.
Don Caballo le arrancó
un cojón.
-Le repito la pregunta,
porque igual no te has enterado, ¿quién eres?
-Le digo que soy tu
padre payaso.
Don Caballo le arrancó
el otro huevo.
-No me vas a responder.
-Te digo que me llamo
“Tu padre payaso”.
-¡Ah!, que ese
es tu nombre, haber avisado, te hubieses ahorrado un dolor innecesario.
-Y ahora digame, quien
es usted y donde están los demás.
-Don Caballo..., muertos
y tirados en el suelos.
-¿Cómo?
-Comiendo con la boca
abriendo.
-Que quiere de mi.
Preguntó Tu padre payaso.
-¿Sabes pilotar
esta nave?
-Por supuesto, para
eso soy el piloto, yo no combato, yo solo dirigo esta nave.
-Pues, si no quieres
acabar como los otros, me vas ha llevar a donde esté tu ejercito
y por supuesto el amo.
-Y si me niego.
-No te
vas a negar, a que no “monin”, por la cuenta que te trae.
-Abrochese el cinturón.
-Asi me gusta, con
cojones... huy perdón, toma te los devuelvo. Y le tiró sus
cojones a la cara.
3
La nave se alejó
y los científicos le dijeron adios con la mano.
-Espero que lo consiga.
Dijo el historiador.
-Lo va ha conseguir,
estoy seguro. Dijo JR.
-Y ¿esta mano?
-No se, estaba en
el suelo, la voy a utilizar de llavero.
-Eso está bien.
-Pues claro.
4
Don Caballo se sentó
tranquilamente en uno de los múltiples asientos que había
en esa nave, por fuera parecía una mierda, pero por dentro era la
hostia.
-¿Cuánto
tardaremos? Preguntó don Caballo.
-Vario minutos, no
sea impaciente.
La nave empezó a
alcanzar altura y ya no se distinguian bien ni los coches, ni los edificios.
5
La nave salió de
la atmósfera terrestre y desde donde se encontraban ya se veían
la nave nodriza del jefe.
-Que, so payaso, llegamos
ya. Dijo don Caballo.
-En un momento. Dijo
Tu padre payaso.
La nave por fin llegó
cerca de la nave nodriza, que la verdad acojonaba un poco, era la hostia
de grande, tenía un montón de lucecitas y ventanas redondas,
que la verdad, no se para que cojones, estas naves tienes tantas ventanas,
hostias, pero si no se ve nada, mira para que te enteres, tu te asomas
en una de esas ventanas y no ves a tu vecina en bolas, sino que ves el
universo, y la verdad eso no es muy erótico, cojones.
Por debajo de la nave se
abrió una compuerta, asi todo al estilo de la Guerra de las galaxias,
la verdad es que todo se parece a esa puta película, bueno lo que
decía, la compuerta se abrió y la nave se metió dentro
de la nodriza.
Don Caballo procuró
esconderse un poco, para que todos esos hijos de puta que estaban en la
nave esperándoles no le vieran y le dijo a Tu padre payaso:
-Ahora tu te cayas
y sonries, pedazo de burro, o te ahogo con mis propias manos.
-Entendido, pasmao.
-Que no me ruques,
que no me ruques, que te caneo, payaso. Dijo don Caballo.
-Entendido, por cierto,
¿cómo debo llamarle?
-Bill Cosby.
-Muy bien, Bill Cosby.
Dijo Tu padre payaso.
La nave llegó al
final de un largo pasillo y se detuvo, afuera había unos hombres
esperándoles.
6
Los hombres miraron atraves
de los cristales y no vieron nada sospechoso, Tu padre payaso les enseñó
su identificación y le dejaron pasar.
La nave se levantó
nuevamente del suelo y comenzó poca a poco a moverse.
Voló unos momentos
y se detuvo delante de otros que estos si que parecían una especie
de policías y estos si vieron a don Caballo, poco antes de que una
gran pota manchara sus inmaculados uniformes.
-¡Que cojones
es esto! Gritó uno de los supuestos policías.
-Mi comida, subnormal.
Dijo don Caballo saliendo tranquilamente de la nave.
-¡Detengase!,
o disparamos. Dijeron los policias.
-Meteté esa
pistola por el culo, monkiki. Dijo don Caballo.
Don Caballo abofeteó
con su polla a uno de los ¿polis?
Esto es un insulto,
creo que todavía no ha visto mi carnet. Dijo el poli abofeteado.
Sacó su cartera y
le enseñó su carnet. Don Caballo leyó:
“Nombre- Bingo. Estado civil-
civilizado. Edad- a ti que te importa payaso. D.N.I- ¿qué
es eso? Cargo- ni Diós lo sabe. Nacimiento- del coño de mi
madre. Actualmente es- okupa... aparte de esas señas se podía
observar la foto de carnet del tio, se le veía con un helado estampado
en toda la cabeza y un pirulí en la boca.
-Que como tiene el
cuerpo. Dijo Bingo.
-¿Tu padre
come? Preguntó don Caballo.
-¿qué?
Preguntó Bingo.
-Co.
-Pa ti cago yo.
-Yo en la taza y tu
en el café.
-Este juego no me
gusta. Dijo don Caballo.
-Pues juega a las
damas. Dijo Bingo. -Señoritas.
Un grupo de zorras salieron
de detrás de una cortina, o intentaron salir, porque misteriosamente
unos 50 litros de lefa les cayó encima.
-Que descansado me
he quedado. Dijo don Caballo.
Los policías les
entregaron a las tias unas toallitas Scotex, para que se limpiaran.
-A donde vais guarros,
traer paca las toallitas.
Los policías le entregaron
las toallitas y don Caballo se sonó los mocos.
-Ahora si que he quedado
totalmente descansado, vusotros, venira paca.
Los policías se acercaron
y se quedaron en gayumbos rapidamente.
-Ya tengo ropas de
viaje, y ahora, trapecistas, llevarme a vuestro rey o lo cojones que sea,
mierda. Dijo don Caballo.
Y los policías le
llevaron encantados, lalalito, tengo un palito.
7
Los policías le llevaron
por un gran pasillo, hasta que al final llegaron a una puerta.
-Al otro lado se encuentra
nuestro jefe. Dijo uno de los policías. –Considerando que aparentemente
estás totalmene loco, nos podemos marchar.
-Haber me he explicado
con claridad. Dijo don Caballo. – Haber un voluntario, para echarme un
pulso.
Todos empezaron a silvar
y a mirar para otra parte.
-Como veo la
cooperación por vuestra parte, yo elegiré a uno al azar,
jugando a las velitas.
Se pusieron, por supuesto
refunfuñando en corro y alargaron sus dedos gordo, y don Caballo
empezó a cantar la famosa canción canción que misteriosamente
ahora no me acuerdo.
Contó hasta cinco
y le tocó a uno, este intentó soplar pero don Caballo le
cogió del dedo y le dijo:
-No señor,
asi no se juega en mi pueblo. Y despues de esto don Caballo le arrancó
un dedo, el gordo para ser exactos.
Todos se asustaron la hostia.
-Bueno, tu has tenido
suerte, te has librado, venga seguimos con el juego.
Esta vez le tocó
a don Caballo y vomitó al que tenía delante suyo.
-Perdon, mala digenstión.
Dijo don Caballo, pero era demasiado tarde, el tipo al que había
vomitado, había muerto, la verdad es que no tengo ni puta idea porque,
pero no pasa nada, todavía quedan tres.
Don Caballo siguió
cantando la canción y claro le tocó a otro, el pobre hombre
no se dio ni cuenta cuando misteriosamente sus ojos saltaron de las órbitas.
-Bueno. Dijo don Caballo.
–Ya tenemos canicas, vamos a jugar.
Mientras tanto el ciego
había echado patas y ya no estaba entre estos.
Empezaron a jugar y don
Caballo ganó, metió el ojo en el “gua”, y al mismo tiempo
que le sacaba del mismo, le metió un pie en toda la boca a uno,
el tipo se trago un 46 lleno de olor a queso y con muchos a callos.
El tío inexplicablemente
no podía respirar con la Nike en su boca (no se si te acordarás
como las consiguió, te refresco la memoria. Hallá por la
primera parte de esta paranoyada, se la quito a un viejo hijo puta, padre
de una loca pelirroja, a que te acuerdas, seguro que si) que eran demasiados
grandes para su traquea.
Ya tan solo quedaban dos.
-Bueno, tan solo quedais
dos, ¿quién será, quien será? Decía
don Caballo mirando a los tipos que estaban temblando la hostia. –Ya se
como arreglarlo, haber tu, te ha tocado, payaso.
-¿A mi?
-Capullo.
-Pero, ¿yo
que te he hecho?
-Pero mira que siempre
me decis estas tonterias, pues mira por ahora se te ha quemado el aceite
y las patatas fritas ya no sabrán igual.
En efecto, al tipo se le
había quemado el aceite, el tio corrió, pero era demasiado
tarde, las patatas estaban carbonizadas.
-Lo siento. Dijo el
tipo mirando al suelo.
-Más lo vas
ha sentir su compañero que se va ha sentar en la sartén.
-¡Cojones! Dijo
el tipo dando un brinco del susto.
-Los mios. Dijo don
Caballo.
El tipo fue obligado a sentarse,
se sentó y ¡se quemó!, a que no te lo esperabas, pues
el tipo se quemó y salió gritando con el culo ardiendo.
-Bueno tu, vamos ha
hacer el pulso. Dijo don Caballo.
El tipo se preparó,
don Caballo le cogió de la mano y le miró a los ojos.
-¿Preparado?
-Bueno... yo no podría
decir que... Don Caballo tiró con toda su fuerza y le arrancó
la parte izquierda de su cuerpo.
-Los policías
ya no son lo que eran. Dijo don Caballo mirando el brazo y la parte del
torax arrancada, el tipo estaba bastante jodido.
-Bueno, es hora de
hacer una visita al paranoyas del rey. Don Caballo cogió el pomo
y abrió la puerta.
-Bueno dias. Dijo
don Caballo.
8
-¿Quién
cojones eres tu? Dijo un tipo que estaba sentado en una silla.
-Soy un quitavirgenes.
Dijo don Quitavirgenes... hay digo don Caballo.
-¿Cómo?
-Soy don Caballo,
¿con quien tengo el honor de hablar?
-Yo me llamo Anormalmente
Anormal, y soy el jefe de todo este tinglado.
Don Caballo sacó
una bolsa del bolsillo.
-¿Sabe lo que
es esto? Preguntó don Caballo.
-¿Quién
le ha dejado entrar? Dijo Anormalmente Anormal.
-Tienes unos hombrecillos
muy cariñosos, yo simplemente muy educadamente les pedí si
podía venir a contarle chistes sobre aliens y ellos encantados accedieron,
¡viva la pepa!
Anormalmente Anormal comprobó
que el tipo que tenía delante no era muy normal asi que pisó
el botón que tenía en el suelo para llamar a los gorilas.
-¿Algún
problema jefe? Preguntó uno de los forzudos.
-El pirao ese, que
me da miedo, mirarle, mirarle como coge esa barra, no se le que va ha hacer
con ella, pero es un hombre muy muy muy malo.
Don Caballo estrelló
la barra contra la cabeza de uno de los gorilas, pero no sirvió
de nada, porque el tio la partió con un solo brazo.
-Cojones, veo que
están bien entrenados, payaso, pero haber si pueden con esto.
Don Caballo se quitó
la camisa Nike que tenía puesta y se quedó de cintura para
arriva sin camiseta, despues levantó el brzo y empezó a salir
un olor bastante poco agradable. Los gorilas no duraron ni dos segundos,
pero uno quedó un poco de pies, hasta que don Caballo le tiró
un pedo, el tio se desmayó.
-Creo que tan solo
quedamos tu y yo... a la fiesta, tu y yo o o , toda la noche, tu y yo a
la fiesta, tu y yo o o o o o o o o, bailando bailando amigos adios, adios,
el silencio loco. Todo esto lo dijo don Caballo.
-Pero, ¿qué
cojones dices? Dijo Anormalmente Anormal.
-Que tu padre tiene
almorranas.
-Tu madre es tan fea,
que los lobos salen despaboridos al ver que se pareces a sus padres, hijos
de puta. Dijo Anormalmente Anormal jadeando.
-Ah, veo que eres
bueno en esto, cabrón iguala esto.
Don Caballo sacó
una harmónica y empezó a tacar “Susanita tiene un ratón”.
-No puedo soportar
esta tortura, hostias, dejalo.
-Muy bien, ¿sabes
que no quedamos más y que vas a morir de la manera más estúpida?
Dijo don Caballo.
-No hay cojones de
acercarte a mi. Dijo Anormalmente Anormal.
-¡A que no!
Dijo don Caballo y empezó a caminar hacia el tipo.
Entonces Anormalmente Anormal
hecho a correr y se puso detrás de un panel y dijo:
-Si quito esta llave,
automáticamente y sin marcha atrás esta nave se precipitará
hacia la Tierra y matará a toda forma viviente.
-Pero si eso lo has
hecho tu con un tente y ademas las formas de vida que dices tu que hay
en la Tierra son completamente, pero escúchame, completamente idiotas.
-Veo que no aprecias
a los humanos.
-No aprecio a nada
que tenga cuerpo.
-Tiene usted una personalidad
muy curiosa.
-Y también
tu brazo izquierdo. Dijo don Caballo.
Anormalmente Anormal comprobó
histérico que era cierto.
Es usted muy
rápido. Dijo Anormalmente Anormal.
-¿Si?, pues
mira. Don Caballo abrió la mano y le mostró un huevo y una
cancarria del tipo.
-¡Cojones!,
haga una cosa más así y quito la llave, me cago en tos.
-Me importa un pito,
fantasma, que eres un fantasma.
Entonces don Caballo se
abalanzó sobre el y Anormalmente Anormal ¡quitó la
llave!
-Por tu culpa, todo
esto es por tu culpa, me voy a chivar. Dijo Anormalmente Anormal jadeando
y tirando la llave.
-Pero, tu eres tonto,
porque has quitado la llave, ¡y ahora que hacemos!
-Morir, mamón.
Dijo Anormalmente Anormal.
-Ah, joder, me habías
asustado tio, pensaba que ahora me harías una sesión de chistes
verdes sobre gordas y chinos.
La nave empezó a
darse la vuelta y se puso en dirección a la Tierra, en un momento
empezó a precipitarse a toda hostia hacia la Tierra.
9
Don Caballo estaba jugando
un solitario.
-Porque estas tan
tranquilo. Preguntó Anormalmente Anormal.
-Porque yo soy el
protagonista de esta historia, sin mi esto no es nada, asi que Oscar no
me va ha dejar morir, seguro que un momento antes hace algo, igual sale
el Equipo A, o algo asi y me salvará.
-Ahora estoy mucho
más tranquilo.
-¿Por qué?
-Porque si te salva
a ti me salva a mi.
-¡Hostias!,
ya hará algo para que yo te mate, no te jode, ahora se quiere salvar
la nenita esta.
Mientras tanto la nave ya
había entrado en la armósfera terrestre y no había
quien la parara (por cierto no se los digas a don Caballo, pero no se como
salvarle)
10
JR estaba haciendo unos
filetes.
-Yo quiero un pitinete.
Dijo uno.
-Tu un filete. Dijo
JR.
-Un patinete.
-Le ha dado al tio.
Dijo el historiador.
-Es cierto, por cierto.
Dijo JR. –Tengo un chiste a que no sabes en que se parece una gorda y un
chino.
-Pues no.
-Pues en que la gorda...
JR empezaba a reirse y no podía contar el chiste, comenzó
a descojonarse y entonces miró para arriva, observó algo
extraño.
-Haber, JR, en que
se parecen. Dijo el historiador.
-Un momento, mirar
para arriva.
Todos miraron y vieron lo
que estaba viendo JR.
-¿Qué
es eso?
-No lo se, pero confiando
en mi intuición, creo que es la nave de Anormalmente Anormal que
ha quitado la llave y ahora se dirigen hacia aquí y todos vamos
a morir, por cierto don Caballo está jugando al solitario con cartas
porno.
-¿Cuánto
tardará en llegar?
-En un momento.
Exacto, porque la nave estaba
sobre sus cabezas, ¡vais a morir todos, hijos de puta, estoy harto
de esta historio, joder moriros!
-¡Vamos a morir!
Gritó el historiador.
-Yo me piro. Dijo
JR y se montó en la nave como pudo pulsó unos botones se
encendió el televisor y casi al instante JR y la máquina
desaparecieron.
-Que hijo puta. Dijo
el historiador.
La nave estaba apunto de
colisionar contra el suelo.
11
-Pero mira que no
me sale el solitario. Dijo don Caballo.
-¡Y que me importa,
vamos a caer encima de toda esa gente que están friendo filetes!
-Yo nunca dejo las
cosas sin terminar, asi que hasta que no termine el solitario no me voy.
-Que te jodan, ¡vamos
a morir!
Quedaban pocos metros para
que la nave colisionara contra el suelo... y llegó el Equipo A.
12
-¿Quién
es usted? Dijo el historiador.
-Soy Anival Smith
y vengo a ayuraros, ¿cuál es el problema?
-¡Esa nave va
ha caer encima de nosotros.
-¡Que os jodan,
Ma vamonos, que os creeis, ¿qué somos dioses?
El Equipo A se fue y la
nave calló contra el suelo desintegrando completamente la Tierra,
la Luna y Marte, que pa eso está por ahí.
Lo último que pensó
don Caballo fue:
“Joder, si ha esta baraja
le falta diez cartas”
TO BE CONTINUED