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Última actualización: 23/07/2021 | Deutsch |

  • [Chile] Asambleas territoriales: órganos autónomos creados por la comunidad en lucha
  • Asambleas destituyentes por la abolición del Capital, el Estado y el trabajo asalariado
  • Notas provisionales en torno a la “anárquica” revuelta de masas que sacude a la región chilena
  • [Chile] ¿A dónde vamos? ¡Hacia la incertidumbre y la permanente conflictividad! Algunas palabras desde y por la revuelta de octubre
  • Desde Chile: Una mirada anárquica al contexto de revuelta y represión

[Chile] Asambleas territoriales: órganos autónomos creados por la comunidad en lucha

El terreno fértil de la insurrección en Chile trajo como su principal fruto las asambleas territoriales, instancias auto convocadas por los pobladores de todo el país como canal para resolver las necesidades inmediatas de la lucha y su propagación. En ellas se está debatiendo las medidas, horizontes y reivindicaciones de este movimiento. En muchos casos, con un fuerte carácter anti institucional y anti partidista. Las asambleas reflejan, de forma embrionaria, la necesidad real del proletariado para dotarse de órganos de poder representativos de la clase, que defiendan e impongan sus necesidades hasta el último aliento, sin transar con la clase política.

Estas organizaciones, aún incipientes, manifiestan el sentir y la necesidad de incidir directamente en la realidad, cuestionando la soberanía de nuestra vida al Estado y al Capital, ya que, en la práctica, organizarse colectivamente para resolver nuestros problemas, y profundizar esta lucha, expresa una disputa contra el Estado por el control y dirección de la vida en sociedad. Por ello es necesario que estas asambleas se planteen autónomas, dirigiendo el diálogo hacia los mismos explotados y no hacia la institucionalidad burocrática: son los propios intereses de clase los que están en juego y será enfrentando sus limitaciones que recuperaremos todo lo perdido, no mediando entre las bases y el Estado.

Al ser un órgano barrial, las asambleas están inmersas en la cotidianidad del territorio, por ello su funcionamiento es su principal arma. Su capacidad de cubrir expansivamente las necesidades de la lucha como el abastecimiento, la auto-defensa, la salud, el transporte, las comunicaciones, la solidaridad con sus presos, etc. será la fuerza que las dotará de legitimidad. En este sentido, las asambleas son la expresión autónoma de la comunidad que auto-organiza sus necesidades y su lucha contra el Estado y el Capital. Es por ello, que su funcionamiento NO PUEDE agotarse en los petitorios o en la asamblea constituyente. Entendemos que muchas personas aún creen en las cantinelas social-demócratas y en que el Estado pueda resolver sus problemas inmediatos, pero sabemos que eso no ocurrirá, de hecho, se agudizará la precarización. Es esencial que para cuando el estallido revolucionario comience, este preludio haya servido para sacar las mejores lecciones: fortalecer las asambleas y su carácter autónomo, que son nuestro principal triunfo hasta ahora.

Este ciclo de luchas recién inaugurado será de largo aliento. La insurrección que desbordó Chile estas últimas semanas sigue en curso y nada parece presagiar que acabará. La caja de pandora de la revolución social comenzó a abrirse y la tarea de crear poder territorial se ha puesto a la orden del día. Esto ha dispuesto las alarmas en toda la clase política, de izquierda a derecha toda la institucionalidad burguesa ha movido sus hilos para anular o cooptar estas instancias autónomas de organización. Su principal estrategia es conducir el movimiento hacia sus estrechos marcos de representatividad política, para ello dispuso de “cabildos” que sistematizan las demandas y “suben” los petitorios. Aquí el Estado es el único interlocutor posible y las posibilidades de diálogo comienzan y terminan en las soluciones que éste pueda darnos. No permitamos que las asambleas se conviertan en correas de transmisión del Estado.

Sabemos que cualquier intento por humanizar el Capital se topará con una crisis mundial capitalista, la cual trae añadida una crisis ambiental que, para muchos expertos, comporta la crisis terminal del Capitalismo. Desde Grecia hasta Ecuador, gobiernos de izquierda tuvieron que ceder ante las exigencias del Banco Mundial y aplicar paquetes de austeridad que precarizan a los mismos de siempre: la clase trabajadora. La socialdemocracia siempre será el “paco bueno” cuidando las garantías del FMI y de sus burguesías nacionales por sobre cualquier otro interés.

Hasta ahora, este movimiento se ha llevado a cabo principalmente en las calles, la protesta callejera espontánea ha paralizado el país principalmente a partir del enfrentamiento con la policía y la interrupción de la circulación capitalista. Barricadas, cacerolazos, saqueos e incendios han sido parte del arsenal proletario para enfrentarse al poder. Su contenido es “contra todo”, contra la totalidad del sistema que nos mata lentamente. El movimiento asambleario está llamado a ser quien dote de contenido a la protesta callejera, quien ponga en el tapete las soluciones reales a las necesidades del pueblo, así como también, quien anime las actitudes y valores que posibiliten una nueva forma de vida: la solidaridad, el espíritu de comunidad, el cuidado recíproco y la ofensiva insurgente serán la debacle del modo de producción capitalista.

Sin embargo, es necesario y URGENTE que estas asambleas se extiendan a los lugares de trabajo, principalmente a los sectores productivos estratégicos. Que instalen el cuestionamiento radical del modo de vida capitalista hasta las últimas consecuencias y se traslade el horizonte productivo desde la capitalización infinita a la satisfacción de las necesidades humanas. Ejemplos históricos como los Cordones industriales o los Comandos Comunales pueden ser vitales para comprender el transito que cursamos. Ningún cambio será posible si los trabajadores no tenemos el poder de los medios de vida y producción en nuestras manos, si no nos empoderamos de la riqueza que generamos para decidir “cómo” y “para qué” producir. No se trata de aprender a gobernar y auto-gestionar el Capital, se trata de crear una nueva forma de vivir. La economía entera depende de nosotros y temblarán cuando sepan que nos dimos cuenta de aquello.

La historia nos demostró que el Estado, como forma de garantizar las condiciones de vida, siempre será una forma de garantizar la dominación de una clase por otra, de perpetuar el Capitalismo. Con o sin cambio de constitución, el Estado siempre velará por perpetuar la explotación, dejando intactas las verdaderas bases de todo, la propiedad privada y el trabajo asalariado. Al fragor de esta lucha, vamos creando nuestras propias herramientas para destituir lo existente y forjar un mundo nuevo. El preludio de la revolución ya comenzó.

¡¡¡TODO EL PODER A LAS ASAMBLEAS TERRITORIALES!!!

Fuentes:
https://materialesxlaemancipacion.espivblogs.net/2019/11/08/chile-asambleas-territoriales-organos-autonomos-de-la-comunidad-de-lucha/
https://proletariosrevolucionarios.blogspot.com/2019/11/chile-todo-el-poder-las-asambleas.html
https://hacialavida.noblogs.org/post/2019/11/09/asambleas-territoriales-organos-autonomos-creados-por-la-comunidad-en-lucha/
https://antagonismorp.wordpress.com/2019/11/11/chile-asambleas-territoriales-organos-autonomos-creados-por-la-comunidad-en-lucha/

Asambleas destituyentes por la abolición del Capital, el Estado y el trabajo asalariado

Envíado por unos compas del Norte Semi-árido

El ciudadanismo neoliberal pretende Institucionalizar la rebeldía a través de asambleas formateadas y cabildos coloniales, entre la ingenuidad bien-intencionada de algunos y la empatía asistencialista de otros solo lograrán reciclar el orden hegemónico que se reproduce en la sociedad mercado-céntrica, las fuerzas represivas y la acumulación capitalista. Iniciando así un nuevo ciclo de dominación y traición de las revueltas pasadas. El proceso “constituyente” funciona como aparato de desarticulación de la Comunidad de Lucha encausando las respuestas a la crisis generalizada para apaciguar la cólera de los explotados y así reconstruir una nueva cotidianidad con el mismo olor que la anterior a la revuelta de Octubre. Desde barrios e instituciones gubernamentales gestionan la carnada lanzada por el consenso neoliberal para desmovilizar la rebeldía a través de diálogo, respeto y tolerancia con quienes solo merecen juicio y castigo, es decir, la burguesía y sus secuaces. Este nuevo “Pacto Social” solo traerá más de lo mismo, ESCLAVITUD Y MISERIA. Nos dicen que la Guerra entre Clases no existe y que es la “unidad nacional” nuestro único salvavidas. Ellos estipulan donde y cuando lo harás, sobre que hablarás, cuanto tiempo te tomará. Tecnócratas amigables profesionales y populares se preparan para dar fin consciente o inconscientemente al último respiro de la humanidad, la lucha final contra el Capital. Nunca podremos construir nueva vida sobre los cimientos de una realidad podrida, agrietar la cotidianidad capitalista y destruir las relaciones sociales capitalistas es tarea inmediata para impulsar un proceso revolucionario eficaz y anticapitalista que no permita la metamorfosis de ninguna forma de dominación humana.

No permitamos que se apague la llama de la revuelta, evitemos que capitalicen nuestra rebeldía y reventemos el ajuste adaptativo de la dominación capitalista. Vida o catástrofe, el porvenir es incierto, pero hemos sabido navegar en aguas turbulentas.

¡Contra los dirigentes, contra el Estado que roban los frutos de nuestros combates!

Panfleto en pdf imprimible con unas ligeras modificaciones:
asambleadestversión2

Fuente: https://hacialavida.noblogs.org/post/2019/11/01/asambleas-destituyentes-por-la-abolicion-del-capital-el-estado-y-el-trabajo-asalariado/

Notas provisionales en torno a la “anárquica” revuelta de masas que sacude a la región chilena

El viernes 18 de octubre una salvaje revuelta estalló en la ciudad de Santiago y al siguiente día ya se había expandido a prácticamente todas las ciudades del país. El motivo aparente fue el alza del pasaje en la locomoción colectiva de Santiago (en los buses de Red Metropolitana de Movilidad y el Metro), pero en la raíz mostró un descontento total con el modo de vida capitalista. Un enorme e incontrolado movimiento hizo de esta manera su aparición histórica y como algunos/as compañero/as han afirmado en varios panfletos repartidos en la revuelta: “ya nada volverá a ser igual”.

Lo favorable del movimiento para la perspectiva antagonista

– Lo primero que debemos destacar es la generalización espontánea del movimiento y su crítica en los actos a la totalidad del modo de vida capitalista-neoliberal: expropiación y repartición en masa de mercancías de grandes capitalistas (supermercados, centros comerciales, farmacias, bancos, etc.), destrucción de infraestructura estatal (comisarías, edificios municipales, etc.), repudio masivo a los cuerpos represivos del Estado en un contexto “democrático” (carabineros, policía de investigaciones y milicos), y un esbozo intuitivo de crítica a la totalidad de la mercantilización de todos los aspectos de la vida cotidiana (no hay una “demanda” o “reivindicación” concreta, se quiere “cambiar todo”).

– El rol dinamizador que ha jugado y juega el proletariado juvenil, con su intransigencia programática y combatividad subversiva a toda prueba.

– Las protestas salvajes efectivamente constituyeron un daño cuantioso a la propiedad privada de los grandes capitalistas de este país: este fue el verdadero motivo de que el Estado pusiera los milicos en las calles. Esto horrorizó a la clase dominante-capitalista.

– Otro aspecto que nos ha llamado profundamente la atención es la proliferación de núcleos que practican de manera extendida la violencia ofensiva y la autodefensa contra las fuerzas represivas del Estado en las manifestaciones –tanto en el “centro”, como en los barrios periféricos-. Existe algo como “violencia proletaria de masas difusa”, que se coordina de manera solidaria en medio de las barricadas, que hace innecesaria –al menos, por ahora- cualquier tipo de especialización o profesionalización de esta actividad por grupúsculos. Hasta el momento, esto ha sido bastante efectivo.

– La fractura del aislamiento y la incomunicación a que somos sometidos a diario en este sistema que se manifiesta en: solidaridad espontánea de clase y comunicación social por fuera de los roles previamente prefabricados.

– A pesar del “Estado de emergencia”, del toque de queda, y de los milicos en las calles, el proletariado no ha tenido miedo y no ha abandonado la lucha pese a la brutal represión que ha cobrado un número aún desconocido de asesinados/as, torturados/as, desaparecidos/as y encarcelados/as. Al momento de escribir estas líneas se ha anunciado en muchas regiones, incluyendo la Región Metropolitana, el cese del toque de queda, por la presión social del proletariado que no lo ha respetado en absoluto y que manifiesta un odio visceral a los milicos.

– Pese a todos los esfuerzos del Estado por volver a “cierta normalidad” y de la difamación de los medios masivos de comunicación, ésta ha sido imposible de restaurar, ya que nuestra clase ha continuado protestando a diario sin necesidad siquiera de “pedir permiso” para hacerlo –todas las manifestaciones han sido “ilegales”-.

– La realidad de la lucha ha desbordado los intentos de “espectacularizar” la revuelta de la prensa: el proletariado ha reconocido que la función social-esencial de la prensa es distorsionar los hechos y montar un relato afín a los intereses de la clase dominante –los/as periodistas son los “voceros” del capital-.

– El movimiento, en el contexto de la revuelta, se está dotando –embrionariamente- de órganos de lucha con arraigo territorial, en base a la conformación de asambleas autoorganizadas de vecinas y vecinos, que se encuentran en diversos barrios y poblaciones construyendo desde abajo una perspectiva anticapitalista que se contraponga a la precarización de la vida. Consideramos estos espacios de asociatividad proletaria estratégicos para conformar una comunidad de lucha, debido a que expresa la necesidad de autoactividad por parte de los/as mismos/as proletarios/as de manera autónoma a cualquier intervención externa a ellos/as mismos/as.

– Un sector importante del proletariado ha rechazado en bloque las propuestas de “reformas” con las que el gobierno ha intentado apagar el fuego de la revuelta: son consideradas migajas indignas, lo que tiene al Estado en jaque, al menos, hasta el momento.

– No existe ningún “sector político” capaz de autoproclamarse representante y ente válido para dialogar con el gobierno: cuestión que tiene a la burguesía desconcertada. Es una revuelta sin líderes. De ahí, “lo anárquico” de este movimiento.

Las contradicciones y los límites que las minorías revolucionarias deben combatir en el seno del movimiento

– Durante las megamarchas efectuadas el día viernes 25 de octubre, que solo en la ciudad de Santiago convocaron según cifras oficiales a más de 1.500.000 manifestantes, se expresó masivamente un sentimiento de identificación patriótica y de unidad nacional, en detrimento de una perspectiva de clase del conflicto social. Ejemplo de esto fue la proliferación de banderas chilenas –que habían estado ausentes- y un ambiente festivo y pacifista que prevaleció durante toda la jornada, siendo esto valorado por el mismo gobierno como una oportunidad que “abre caminos de futuro y esperanza”.

– El titubeo que han demostrado ciertos sectores organizados del movimiento obrero de participar de la revuelta –por ejemplo, los mineros de la empresa estatal CODELCO y los sindicatos pertenecientes a la Coordinadora Nacional de Trabajadoras y Trabajadores NO+AFP-, con la digna excepción de la Unión Portuaria de Chile (UPCH) y el gremio de la construcción agrupado en el combativo sindicato SINTEC.

– El eco que en ciertos sectores sociales ha hecho el rumor esparcido por la prensa y el gobierno de que existe una oleada de saqueos que tiene como objetivos casas de particulares y pequeños negocios –los que han sido casos muy particulares y poco numerosos-. Esto se ha expresado en el fenómeno de los “chalecos amarillos”, vecinos/as organizados/as en cuadrillas que defienden sus barrios de inexistentes saqueadores. Esto es peligroso porque es caldo de cultivo para corrientes ultraderechistas-neofascistas y porque enfrenta a proletarios/as contra proletarios/as.

– La existencia de militantes de partidos tradicionales y de la “nueva izquierda” –que es más de lo mismo- en las asambleas y cabildos autoorganizados, que intentan cooptar y suplantar la autodirección del movimiento para imponer sus posiciones y convertirse en interlocutores válidos para negociar con el poder.

– A pesar de los grandes saltos cualitativos que ha dado el movimiento en su vasta extensión, no ha podido cuajar y consolidar una lectura claramente de clase, debilidad que demuestra una gran tarea pendiente que debe ser subsanada por la proyección del movimiento. Esto ha significa, sobre todo desde las megamarchas, el resurgir de una identificación como “clase media” de algunos sectores del proletariado promovida por los partidos del orden y los medios masivos de comunicación.

– La revuelta encontró a las minorías revolucionarias desorganizadas y fragmentadas, lo que, sin embargo, no significó que participaran de inmediato en el movimiento, intentando brindar orientaciones por medio de los actos y la propaganda, a pesar de sus limitados medios. La izquierda y el leninismo en general no se quisieron mezclar con los incontrolados, se desmarcaron de la revuelta, e incluso sus sectores más tradicionales condenaron los saqueos a grandes empresas, y tardaron al menos tres días en demostrar su presencia en las calles. Esto pone de manifiesto la necesidad de constituir un movimiento abiertamente anticapitalista que agrupe a los sectores más radicales de la clase.

Perspectivas provisionales

Pese a lo que ocurra en el desenlace de esta gran coyuntura, es claro que se ha producido una ruptura irreversible, una grieta, que marca un cambio de época para nuestra clase en esta región. Lo que han vivido en estos días miles y miles de proletarios/as sin previa experiencia de lucha, difícilmente podrá ser borrado de la memoria combativa de nuestra clase. Esta revuelta ha brindado una oportunidad única que no debe ser desaprovechada: ha quedado claro que solo luchando se imponen las reivindicaciones y las mejoras concretas en las condiciones de vida del proletariado. Nos hemos dado cuenta de nuestra propia fuerza. La revuelta generalizada, anuncia la posibilidad latente de un cambio revolucionario posible, de la reconciliación de la especie humana consigo misma y su entorno natural, a pesar del previo desprecio que manifestaban sectores del entorno subversivo de nuestra región –con discursos del tipo “humano=plaga” o que el “pueblo está muerto”-. El proletariado no ha muerto, no somos solo capital variable, tenemos un enorme papel que desempeñar para liquidar este mundo capitalista y ha quedado demostrado en la práctica. Por ahora, la lucha continúa en la calle y en las asambleas contra el pacto social que nos quieren imponer y la recuperación reformista. Esta revuelta cuestionó intuitivamente los cimientos de la estructura social capitalista y eso no se podrá borrar de la memoria histórica. Nosotros/as vamos más allá, vamos hacia la vida.

Algun@s Proletari@s en lucha de la Región chilena
Mañana del sábado 26 de octubre
Primavera subversiva del 2019

Fuentes:
https://panfletossubversivos.blogspot.com/2019/10/notas-provisionales-en-torno-la.html
https://materialesxlaemancipacion.espivblogs.net/2019/10/27/notas-provisionales-en-torno-a-la-anarquica-revuelta-de-masas-que-sacude-a-la-region-chilena/
https://valladolorinternacionalista.blogspot.com/2019/10/chile-notas-provisiones-en-torno-la.html

[Chile] ¿A dónde vamos? ¡Hacia la incertidumbre y la permanente conflictividad! Algunas palabras desde y por la revuelta de octubre

“A partir de cierto punto no hay retorno. Ese es el punto que hay que alcanzar.” Franz Kafka

La indómita protesta por parte de estudiantes secundarios contra el alza del pasaje del tren subterráneo y la inmediata respuesta represiva fue el escenario propicio para que días más tarde la guerra social se dejara vislumbrar con una explícita crudeza.

La dinámica del conflicto fue rápida, impredecible e instintiva. El malestar enfocado principalmente contra el transporte público subterráneo se generalizó y comenzó a explotar, visibilizarse, reconocer formas de combate estallando–literalmente-en cada esquina de Santiago. El 18 de Octubre del 2019 un contexto de revuelta generalizada se desató por toda la capital; barricadas y enfrentamientos se sucedían en cualquier momento y en cualquier lugar. Distintos símbolos, estructuras e infraestructuras del poder fueron atacadas a lo largo de toda la ciudad, y prontamente de todo el país. El orden se resquebrajaba y la transgresión inundaba todas las calles, de pronto los sujetos se aglomeraban y atacaban lo que siempre consideraron sus cadenas. No hay planificación, sino espontaneidad que sabe reconocer claramente a su enemigo: El Estado, el capital y sus fuerzas represivas. Los objetivos siniestrados o saqueados son el mejor de los ejemplos: Ministerios, instituciones financieras, empresas depredadoras de la tierra, grandes bodegas almacenadoras de mercancía y comida, y un largo etcétera.

La violencia revolucionaria se ha validado y desatado en los más amplios aspectos de lxs oprimidxs.

Algunos detestables teóricos o deseosos de la más baja “competencia política” han señalado: ¿Dónde estaban los anarquistas? Pues la respuesta es tan fácil como sencilla: En la calle, en los barrios, en las poblaciones, en la revuelta multiforme, en los combates callejeros. Lo cierto es que no ha habido mucho tiempo para sentarse a escribir o bosquejar algunas ideas, estos días sencillamente ha resultado imposible.

Ante la extensión y profundidad de la revuelta, que a momentos parecía poder sacudirse real y efectivamente en poco tiempo del Estado, la respuesta por parte de los poderosos fue decretar “Estado de Emergencia”, sacando a efectivos del Ejército a patrullar las calles e implementando un toque de queda que se ha extendido por varios días y en varios territorios.

La rápida suspensión del alza del pasaje por parte de las autoridades, mostró que esta revuelta no tiene un petitorio claro. No tiene “demandas” o “exigencias” específicas, o mejor dicho, son tantas que finalmente es contra el mundo regido por la autoridad y la mercancía.

Por su parte la represión se ha dejado caer con un arsenal que si bien nunca ha desaparecido completamente, hoy renace y retoma su propia continuidad histórica: Violencia sexual, miles de detenidos, cientos de heridos por perdigones, balas y balines, decenas de compas que han perdido sus ojos, sesiones de torturas, asesinatos donde los cuerpos son arrojados a incendios para encubrir la autoría uniformada en aquellas masacres y una realidad de distintas y sucesivas estrategias contrainsurgentes.

Las cosas avanzan rápidas y toman rumbos propios, lxs anárquixs estamos en la calle buscando llevar esto al punto de no retorno con la autoridad. Distintas posturas han surgido en la práctica misma de los combates, en el ambiente de revuelta y en las posibilidades que de ésta surjan. Varios han coincidido en llamados e intentos para conformar asambleas barriales, experiencias de “contra-poder” o “poder popular”, denominados alegremente por la prensa como “cabildos ciudadanos”, que permitirían elaborar una tabla de demandas negociables y por supuesto de caras u organizaciones con las cuales pactar. Asambleas que, como podemos ver, se han transformado en la alternativa ciudadana y salida pacificadora del conflicto demostrando ser un engranaje más del dominio.

La agudización del conflicto innegablemente abre caminos en donde es posible encontrarse, levantar y generar redes con diversas personas y grupos siempre desde una perspectiva de lucha y de manera antiautoritaria, lejos y contrarios a cualquier tipo de imposición iluminada o intentos de conducción centralizada. En este punto, la idea de confrontación permanente cobra sentido al momento que no damos nada por establecido ni perpetuo, el dinamismo de la lucha debe ir necesariamente encaminado a la eliminación de todo tipo de autoridad, ya sea esta el Estado, la asamblea o cualquier otra instancia que pretenda controlar nuestras vidas.

Esta revuelta que no tiene nombres ni dirección única no es de nadie porque es de todxs lxs rebeldes e insurrectxs que estamos en la calle combatiendo, por lo que pretender de manera ridícula adjudicarse tal o cual acción dentro del marco de esta revuelta es sencillamente intentar burdamente hegemonizarla.

Por otra lado, la necesidad planteada y tensionada en conversaciones pasadas frente a situaciones similares pero claramente con un pulso más estable, hoy se hace necesaria. Generar espacios de coordinación y encuentro donde el eje fundamental sea apostar a la confrontación violenta contra los aparatos estatales-represivos. En este momento el Poder ha sacado a la calle su cara más brutal, lo cual lejos de inmovilizarnos constituye un llamamiento a elevar nuestro punto de mira que esté acorde a los nuevos escenarios que se presentan y que se avecinan. Plantearnos la ofensiva como práctica real más allá del discurso, siendo capaces de levantar una infraestructura que nos posibilite pararnos de frente a ellos. Es aquí donde algunas dudas agudizan la tensión; ¿Somos capaces de sostener, agudizar y extender la confrontación violenta contra el Poder en este nuevo panorama?, ¿La revuelta es contagiosa y reproducible, hasta que punto? Hemos sido testigos de cómo la social democracia fue captando aquella rabia y encapsulándola en algunxs que estaban “fuera” de las demandas, nosotrxs no tenemos demandas, sino apuestas, y nuestra apuesta es la destrucción del Estado, sus promotores y defensores. Que la catástrofe social anuncie el colapso de las relaciones fundadas en lógicas capitalistas y que la afinidad nos mueva para seguir caminando a este punto de no retorno.

Como nos suele ocurrir no tenemos las respuestas como otras organizaciones que ya planifican la administración y federaciones de estas asambleas, sus duraciones, revocabilidad y estatutos, sino más bien preguntas y negación para quienes entendemos la anarquía como la tensión permanente. Ante la incertidumbre del momento, recogemos experiencias, reconocemos, leemos, aprendemos y compartimos reflexiones y urgentes conversaciones entre las horas que nos deja intensa confrontación callejera y la desobediencia al toque de queda. Sabemos que fue, es y puede ser un momento importante y que se han abierto posibilidades nunca antes pensadas en la efectiva destrucción del Estado pero también nuestra brújula sigue siendo la negación, incluso en estos álgidos momentos. Sabemos y conocemos perfectamente lo que nos transforma en esclavxs, y nuestros pasos tienen que ir justamente en la dirección contraria a aquello.

Que quede claro .Quienes sustentan, promueven y defienden el capital y el dominio son nuestros enemigxs.

¡Por la liberación de todxs lxs prisionerxs de la revuelta y lxs presxs subversivxs!
¡¡Solidaridad con lxs heridos y vejadxs!!
¡¡La Revuelta es reproducible y contagiosa!!

“No sabes cómo temblarían los poderosos si lleváramos la violencia a la puerta de su casa. Si vieran amenazados sus privilegios y sus vidas, negociarían para no perderlo todo”
Ulrike Meinhof

Algunxs antiautoritarixs por la catástrofe social

Fuente: https://panfletossubversivos.blogspot.com/2019/10/chile-donde-vamos-hacia-la.html

Desde Chile: Una mirada anárquica al contexto de revuelta y represión

Actualmente en Chile se vive una situación de Estado de Emergencia decretado por el gobierno derechista de Sebastián Piñera producto del estallido de una revuelta que explotó el día viernes 18 de octubre de 2019.

Este texto nace con la necesidad comunicar a compañerxs de diversas latitudes del mundo la situación que actualmente se vive en este territorio.

Desde una mirada anárquica se comparten acá lo que consideramos algunos puntos principales para dar conocer y aportar a entender el momento actual.

PRELUDIO: LA JUVENTUD EN LUCHA Y LA CHISPA QUE ENCENDIÓ LA HOGUERA.

Luego de una semana de evasiones masivas al servicio de trenes subterráneos, protagonizadas principalmente por estudiantes secundarios durante el mes de octubre ante el alza del valor en los pasajes del transporte, se propagaron por diversos puntos de la ciudad de Santiago múltiples episodios de desobediencia individual y colectiva que derivaron en destrucción de infraestructura y enfrentamientos con las fuerzas policiales dentro y fuera de las estaciones del tren subterráneo.

El día viernes 18 de octubre, la propagación de estas evasiones masivas y el nivel de radicalidad que adquirieron fue insospechado para muchxs y subestimado por el gobierno el cual, junto a su fieles periodistas e investigadores sociales, aun no logra explicarse por qué estos acontecimientos derivaron en una situación de caos generalizado que se extiende hasta el día de hoy.

PRIMER ACTO: ESTALLIDO DE UNA REVUELTA SIN PRECEDENTES EN EL CHILE POST-DICTADURA.

El día viernes 18 de octubre la situación de revuelta se radicalizó en el momento en que los enfrentamientos con la policía y la destrucción de infraestructura capitalista se tomaron las calles del centro de Santiago. Iniciadas en las afueras del palacio de gobierno, las acciones de violencia callejera no tardaron en propagarse hasta altas horas de la noche por diversos puntos de la ciudad.

Enfrentado a una situación de rebelión generalizada y caos difuso en múltiples sectores urbanos, las fuerzas policiales se vieron incapaces de contener el estallido de rabia que desde ese día ha contagiado a amplios sectores de una sociedad aparentemente dormida y hastiada de diversas formas de opresión y precarización de la vida originadas en la continuidad del sistema económico neoliberal y del Estado policial instalado en Chile durante la reciente dictadura civil y militar (1973-1990), condiciones de existencia y dominación fortalecidas por los gobiernos de centro izquierda y derecha que se han alternado en el poder luego del retorno a la democracia.

A los disturbios iniciados en el centro de la ciudad se sumaron posteriormente miles de personas manifestándose en los barrios golpeando ollas vacías como forma de protesta y también activando focos de disturbio, fuego y destrucción materializados en decenas de buses y edificios públicos y empresariales atacados, saqueados e incendiados, teniendo como un elemento crucial las decenas de estaciones del tren subterráneo a las que hordas de individuxs llenos de rabia vandalizaron y prendieron fuego hasta altas horas de la noche.

Evidentemente sobrepasado, el gobierno no dejó pasar mucho tiempo para decretar Estado de emergencia en la ciudad de Santiago, estado de excepción que incluye la salida de militares a la calle y el control del orden por parte de las Fuerzas Armadas.

Sin embargo, una revuelta salvaje, inorgánica, masiva e inédita en el escenario post-dictadura ya estaba en curso destruyendo en la práctica la obediencia, la sumisión y el miedo impuesto por décadas de dominio capitalista en Chile.

SEGUNDO ACTO: EXTENSIÓN DE LA INSUMISIÓN DESTRUCTORA Y COMIENZO DEL TOQUE DE QUEDA

El día sábado 19 de septiembre las fuerzas militares se despliegan por diversos puntos de la ciudad ante la persistencia y agudización de los disturbios. En el centro de Santiago y en los barrios periféricos los militares custodian las calles, instalaciones comerciales y estaciones del tren subterráneo. Sin embargo, manifestantes de todo tipo no se replegaron y repudiaron de manera generalizada la presencia militar con el vivo recuerdo de la represión vivida hace unas décadas atrás durante los años de dictadura.

Ese mismo día aumenta el número de buses, carros y estaciones de tren subterráneo incendiados por lxs manifestantes. En paralelo, los saqueos a supermercados y grandes centros comerciales se vuelven incontrolables y la imagen de cientos de personas recuperando su vida arrebatando mercancías en los centros de consumo ha sido una de las imágenes más trascedentes de las jornadas de revuelta y constituyeron un factor importante para que el gobierno desbordado por la violencia saqueadora implantara el toque de queda esa misma noche en la ciudad de Santiago.

Sin  ningún asco, el Presidente y el jefe militar a cargo de la ciudad comunican ante los medios de comunicación la restricción de «libertades civiles» que ese día comenzó a regir desde las 7 de la tarde hasta las 6 de la mañana del día siguiente. Esa noche, las manifestaciones, disturbios, saqueos, incendios y enfrentamientos con las fuerzas represivas continuaron nuevamente hasta altas horas de la madrugada por toda la ciudad.

Entre los días sábado y domingo la chispa de la rabia se expandió aún más encendiendo manifestaciones multitudinarias y escenarios de violencia salvaje en otras regiones del país dando paso a un siguiente momento de caos generalizado con múltiples actos de rebeldía y disturbios en diversas ciudades dejando bajo asedio, ruinas y cenizas en un par de días a una buena parte de la infraestructura urbana con barricadas, ataques vandálicos e incendiarios a dependencias municipales, edificios de gobierno, centros comerciales y edificios de medios de comunicación oficiales. Para ese momento la revuelta ya había desbordado cualquier demanda específica haciendo que personas de diversos orígenes y lugares se encontraran en la calle a sí mismas y a otrxs  en medio de las protestas y los disturbios abriendo una gran fractura crítica en el sistema neoliberal chileno y su modelo de explotación capitalista/extractivista que afecta a todo el territorio.

Desde el día domingo 20 de octubre, el Estado de Emergencia y la medida del toque de queda fueron decretados por el gobierno contra las ciudades alzadas, sin embargo, los disturbios continuaron desarrollándose hasta entrada la noche sobrepasando las imposiciones y demostrando que la rabia y la violencia desatadas por la gente contra el orden establecido habían roto el miedo y la pasividad reinante por décadas en amplios sectores de la población chilena.

TERCER ACTO: DIGNIDAD Y LUCHA CONTRA LA ESTRATEGIA DE LA REPRESIÓN ESTATAL.

Desde el inicio del estado de emergencia la represión estatal se ha agudizado y también se ha extendido de manera abierta por los diversos territorios alzados.

Como anárquicxs, tenemos claridad de que la posición de víctima no es la nuestra, no obstante, siempre es bueno compartir información sobre las tácticas que el dominio pone en práctica como parte de la confrontación con lxs insurrectxs, lxs rebeldes y la población sublevada en general.

En el actual contexto, el arsenal represivo del Estado chileno se ha materializado en:

– Más de dos mil personas detenidas y más de 15 personas asesinadas además de un número indeterminado de personas reportadas como desaparecidas.

– Disparos con diversos tipos de proyectiles, incluyendo bombas lacrimógenas, balines de goma y armamento de guerra contra manifestantes dejando un número creciente y no exacto de personas heridas y muertas en la vía pública, además de animales y personas que viven en la calle también heridas y asesinadas como blanco de los disparos.

– Golpes y torturas físicas, psicológicas y sexuales contra en la vía pública, vehículos y cuarteles policiales contra personas detenidas.

– Secuestro de personas en vehículos policiales y civiles. Se han visto imágenes de personas siendo encerradas en el portamaletas de vehículos policiales.

– Disparos por la espalda en la calle a personas a quienes se les da la falsa posibilidad de fugarse de las detenciones.

– Autorizaciones falsas de policías y militares para saquear supermercados que terminan con detenciones y asesinatos que luego son comunicados como muertes producto de los disturbios.

– Incendios en grandes locales  comerciales provocados por fuerzas represivas para que las empresas puedan cobrar los seguros asociados. En algunos de estos incendios han aparecidos cadáveres calcinados.

– Lanzamiento de personas desde carros policiales en movimiento para luego dispararles.

– Colgamiento de cuerpos de personas asesinadas en sitios eriazos y de personas vivas en cuarteles policiales.

El uso masificado de redes sociales de internet como Instagram, Twitter y Facebook ha permitido la circulación inmediata de innumerable evidencia audiovisual de las situaciones antes descritas, la cual está siendo divulgada por grupos de difusión «alternativos» y ligados a las luchas, logrando romper la estrategia comunicacional desplegada por el gobierno y apoyada por los medios de prensa oficiales históricamente serviles al poder.

La ofensiva comunicacional del gobierno representa otra parte del accionar represivo intentando colonizar las mentes de las personas a través de los siguientes métodos:

– Censura y control de la información para ocultar, justificar y/o cuestionar hipócritamente los registros asociados a la represión.

– Discursos televisados de autoridades de gobierno que han incluido el reconocimiento de una crisis social que debe ser solucionada por medio de un «nuevo pacto social».

– Señalamiento explícito de un estado de guerra contra un enemigo interno supuestamente organizado con un plan para sembrar el caos y atentar contra pequeños locales comerciales, escuelas y hospitales. Se ha hecho especial énfasis en la criminalización de la figura del saqueador y del vándalo. También, en un reportaje del canal de televisión estatal, se mencionó que los disturbios estarían  organizados por núcleos anarquistas nihilistas.

– Cobertura periodística conjunta de noticieros durante todo el día instalando el miedo al desabastecimiento y los saqueos, propagando la idea de que los robos se estarían extendiendo hacia los hogares comunes.

– División discursiva de lxs manifestantes entre buenos, legítimos, pacíficxs y festivxs en contraposición a lxs violentxs, en contra de quienes se justificaría todo tipo de represión.

– Presentación de un plan de medidas sociales y económicas intentando mostrar interés por solucionar la crisis existente.

– Presentación de militares como fuerzas de paz y protección.

Afortunadamente, la estrategia represiva y comunicacional del desacreditado gobierno no ha surtido el efecto esperado y la desobediencia se ha mantenido a pesar de que algunos ciudadanxs eternamente sumisxs y obedientes han colaborado con el poder participando voluntariamente de la limpieza de calles y de la vigilancia de barrios utilizando chalecos amarillos y dotando a esta prenda de un sentido complemente distinto al significado de revuelta por el que se hizo conocida tras las recientes protestas salvajes en Francia.

NUESTRA POSICIÓN ANÁRQUICA: APUNTES SOBRE UN EPÍLOGO QUE AUN NO EXISTE.

Entre los días miércoles 23 y jueves 24 de octubre el gobierno y la represión han intentado mostrar un rostro más blando ante la persistencia de las manifestaciones y de una gran cantidad de focos de revuelta, a lo que se suma la divulgación permanente de registros de hechos represivos y el reconocimiento público por parte de una investigación judicial por el uso de una estación del tren subterráneo como centro de detención clandestino con testimonios de tortura.

En estos días, las señales parecen indicar que la revuelta generalizada ha bajado un poco de intensidad derivado a una situación de jornada de protesta permanente con constante presencia de disturbios y enfrentamientos. No somos pocxs quienes pensamos que esto podría dar paso a un contexto de progresiva pacificación con persistencia de algunos focos de revuelta, fortaleciendo la represión de carácter selectivo contra personas ya conocidas por su participación política en movimientos sociales, colectivos y entornos de lucha radical. De hecho, ya han sido detenidxs personas ligadas a movimientos estudiantiles y medioambientales.

A pesar de lo que pueda venir, quienes hemos confrontado al poder y la autoridad desde mucho antes del actual estallido social sabemos que todas las prácticas represivas y comunicacionales anteriormente enumeradas forman parte del arsenal represivo al que nosostrxs y otrxs grupos e individualidades se han enfrentado durante toda la existencia del Estado y de la autoridad a través de la historia. Por tanto, a lo que hoy asistimos es a una reactualización postmoderna de métodos y estrategias ya desplegadas en anteriores regímenes dictatoriales y democráticos en Chile, Latino América y el resto del mundo donde el dominio ha visto afectados sus intereses y no ha dudado en mostrar su verdadero rostro de opresión planificada y sistemática.

Sabemos que la oposición y confrontación al dominio ha sido protagonizada a lo largo de los siglos por innumerables generaciones de rebeldes, refractarixs, revolucionarixs y subversivxs de todo tipo, del mismo modo que tenemos la certeza de que hemos sido nosotrxs lxs anárquicxs junto a las comunidades mapuche en resistencia y la juventud encapuchada la que en las últimas dos décadas ha conocido la tortura, la prisión y la muerte como parte de la política represiva estatal ante la resistencia y el ataque continuo que hemos desarrollado contra el orden social capitalista y autoritario.

Hoy muchas más personas están siendo testigos de lo que por años llevamos propagando: que a los poderosos no les importa engañar, torturar y asesinar con tal de proteger el mundo que han construido para su beneficio y que la única salida posible a la dominación contra nuestras vidas comienza con la rebelión destructora contra todo lo impuesto por quienes intentan hacer de nuestra existencia un régimen permanente de esclavitud y robo de nuestra libertad.

Estamos plenamente conscientes que todos los matices de la represión estatal, incluso los que pretenden aparentar un rostro «amable» forman parte del manual contrainsurgente inaugurado en Argelia, fortalecido en las dictaduras latinoamericanas y continuado por las tropas de ocupación en Irak, Haití y otros lugares del mundo. Sabemos de manera muy clara que la represión masiva y selectiva, las torturas, el exterminio, los montajes y las tácticas comunicacionales de guerra psicológica no son una novedad y hoy las vivimos y enfrentamos en un escenario que nunca se concibió como imposible: desenvolver nuestra cotidianidad y nuestra lucha en un estado de excepción con militares en la calle.

Sabemos también que la existencia, proliferación y persistencia de las ideas y prácticas anárquicas de confrontación a lo largo de las últimas décadas en territorio chileno constituye un elemento real, vital y dinámico que ha aportado de algún modo a la identificación y al ataque de símbolos y objetivos ligados al poder en medio de los disturbios actuales, así como también ha contribuido a la difusión de una subjetividad de combate radical contra el mundo del capital y la autoridad. Sin embargo, somos honestxs en dejar claro que el descontento que estalló con una violencia inédita en el Chile democrático corresponde a una revuelta generalizada sin líderes ni dirigentes en la que las individualidades anárquicas somos solo un actor más presente en las calles.

Nunca hemos creído en las buenas intenciones de la falsedad democrática, por eso no nos sorprende que las fuerzas represivas estén apuntando sus balas contra niñxs, ancianos y animales. Hoy también estamos aprendiendo a convivir con el toque de queda que restringe la movilidad, el desplazamiento y la posibilidad para abrazar y compartir entre amigxs, compañerxs y círculos afectivos.

Muchas emociones y sensaciones se entrecruzan cada día y minuto a minuto: la rabia, la impotencia, el nerviosismo y una cuota de ansiedad invaden las mentes y corazones de muchas personas en estos momentos mezclándose con el ánimo y el calor que da la lucha y el hecho innegable de estar rompiendo cadenas subjetivas y materiales junto a otrxs que antes no estaban junto a nosotrxs en el mismo lado de la barricada. No obstante, no nos confiamos ni nos ilusionamos, pues sabemos que esto puede ser solo una descarga de rabia masiva contenida para luego volver a una nueva normalidad capturada por oportunistas de cualquier color político como lo han intentado hacer algunxs en estos días de caos. En ese momento, y en cualquier otro, continuaremos activxs como individualidades anárquicas contra toda forma autoridad.

Nos quieren paranoicxs, angustiadxs y aisladxs, pero seguimos activxs en el combate poniendo también en práctica herramientas de autocuidado y de contención psicológica y emocional en lo personal y lo colectivo para continuar vivxs y en pie de lucha.

Mientras se termina de escribir este texto helicópteros militares sobrevuelan nuestras cabezas, las barricadas arden en los barrios y el sonido de las protestas y los enfrentamientos se mantiene vivo y nos llena de fuerza para seguir haciendo historia en la larga experiencia de la confrontación por la liberación total.

Agradecemos todos los gestos de solidaridad internacionalista expresados por compañerxs alrededor del mundo e invitamos a que estas palabras puedan ser esparcidas y traducidas a los más diversos idiomas y lenguajes.

NADA HA ACABADO, TODO CONTINÚA

HOY MÁS QUE NUNCA SEGUIMOS COMBATIENDO CONTRA EL ESTADO, EL CAPITAL Y TODA AUTORIDAD.

Sin Banderas Ni Fronteras

Fuentes: https://panfletossubversivos.blogspot.com/2019/10/chile-una-mirada-anarquica-al-contexto.html

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[Chili] Assemblées territoriales : organes autonomes créés par la communauté en lutte

Les principaux fruits provenant du terrain fertile de l’insurrection au Chili sont les assemblées territoriales, des instances auto-organisées par les habitants de tout le pays, comme une voie pour résoudre les besoins immédiats de la lutte et pour sa propagation. On y discute des mesures, des perspectives et des revendications de ce mouvement. Dans de nombreux cas, avec un caractère fortement anti-institutionnel et antiparti. Les assemblées reflètent, sous une forme embryonnaire, le besoin réel du prolétariat de se doter d’organes de pouvoir représentatifs de la classe, qui défendent et imposent ses besoins jusqu’au dernier souffle, sans compromis avec la classe politique.

Ces organisations, encore balbutiantes, manifestent le sentiment et la nécessité d’affecter directement la réalité, soulevant la question de la souveraineté de l’Etat et du Capital sur notre vie ; puisque, dans la pratique, s’organiser collectivement pour résoudre nos problèmes, et approfondir cette lutte, exprime un conflit contre l’Etat pour le contrôle et la direction de la vie en société. C’est pourquoi il est nécessaire que ces assemblées soient autonomes, orientant le dialogue vers les exploités eux-mêmes et non vers les institutions bureaucratiques : ce sont les intérêts de classe eux-mêmes qui sont en jeu et c’est en confrontant leurs limites que nous récupérerons tout ce qui a été perdu, pas en assurant une médiation entre la base et l’Etat.

En tant qu’organe de quartier, les assemblées sont immergées dans la vie quotidienne du territoire, leur fonctionnement est donc leur arme principale. Leur capacité à couvrir de manière élargie les besoins de la lutte tels que l’approvisionnement, l’autodéfense, la santé, les transports, les communications, la solidarité avec leurs prisonniers, etc. sera la force qui les dotera de légitimité. En ce sens, les assemblées sont l’expression autonome de la communauté qui auto-organise ses besoins et sa lutte contre l’Etat et le Capital. C’est pour cette raison que son fonctionnement NE PEUT PAS s’épuiser dans la signature de pétitions ou dans l’assemblée constituante. Nous comprenons que beaucoup de gens croient encore aux vieilles rengaines sociale-démocrates et dans le fait que l’État peut résoudre leurs problèmes immédiats, mais nous savons que cela n’arrivera pas, et qu’en fait, la précarisation va empirer. Il est essentiel qu’au moment où la poussée révolutionnaire commence, ce prélude ait servi à tirer les meilleures leçons : renforcer les assemblées et leur caractère autonome, qui sont notre triomphe principal jusqu’ici.

Ce cycle de luttes récemment inauguré sera long. L’insurrection qui a submergé le Chili ces dernières semaines est toujours en cours et rien ne semble prédire qu’elle prendra fin. La boîte de Pandore de la révolution sociale a commencé à s’ouvrir et la tâche de créer un pouvoir territorial a été mise à l’ordre du jour. Cela a tiré la sonnette d’alarme dans toute la classe politique, de gauche à droite, toute l’institution bourgeoise s’est acharnée à anéantir ou à coopter ces instances autonomes d’organisation. Sa stratégie principale est de conduire le mouvement dans le cadre étroit de la représentation politique ; pour ce faire, elle a mis à sa disposition des “cabildos” [« conseils municipaux »] qui systématisent les revendications et font « remonter » les pétitions. Ici, l’État est le seul interlocuteur possible et les possibilités de dialogue commencent et finissent avec les solutions qu’il peut nous apporter. Ne permettons pas que les assemblées deviennent des courroies de transmission de l’État.

Nous savons que toute tentative d’humanisation du Capital se heurtera à une crise mondiale capitaliste, laquelle entraîne une crise environnementale qui, pour beaucoup d’experts, implique la crise finale du Capitalisme. De la Grèce à l’Equateur, les gouvernements de gauche ont dû céder aux exigences de la Banque Mondiale et appliquer des plans d’austérité qui précarisent toujours les mêmes personnes : la classe ouvrière. La social-démocratie sera toujours le « bon flic » qui préservera les garanties du FMI et de ses bourgeoisies nationales par-dessus tout autre intérêt.

Jusqu’à présent, ce mouvement s’est déroulé principalement dans les rues, les manifestations spontanées ont paralysé le pays principalement à travers la confrontation avec la police et l’interruption de la circulation capitaliste. Barricades, concerts de casseroles, pillages et incendies ont fait partie de l’arsenal prolétarien pour affronter le pouvoir. Son contenu est « contre tout », contre la totalité du système qui nous tue lentement. Le mouvement des assemblées est appelé à être ce qui donne du contenu à la protestation de rue, ce qui met sur la table les vraies solutions aux besoins de la population, ainsi que ce qui encourage les comportements et les valeurs qui rendent possible un nouveau mode de vie : la solidarité, l’esprit de communauté, l’entraide mutuelle et l’offensive insurgée seront la débâcle du mode de production capitaliste.

Cependant, il est nécessaire et URGENT que ces assemblées s’étendent aux lieux de travail, principalement aux secteurs productifs stratégiques. Qu’ils déploient la remise en cause radicale du mode de vie capitaliste jusqu’à ses ultimes conséquences et que les perspectives en matière de production soient transférées de la capitalisation infinie vers la satisfaction des besoins humains. Des exemples historiques tels que les Cordons Industriels ou les Commandos Communaux peuvent être vitaux afin de comprendre la transition en cours. Aucun changement ne sera possible si nous, les travailleurs, nous n’avons pas en mains le pouvoir sur les moyens d’existence et de production, si nous ne nous donnons pas les moyens de décider « comment » et « pourquoi » produire avec la richesse que nous générons. Il ne s’agit pas d’apprendre à gouverner et à autogérer le Capital, il s’agit de créer un nouveau mode de vie. Toute l’économie dépend de nous et ils trembleront quand ils sauront que nous nous en sommes rendu compte.

L’histoire nous a démontré que l’Etat, comme moyen de garantir les conditions de vie, sera toujours un moyen de garantir la domination d’une classe par une autre, de perpétuer le Capitalisme. Avec ou sans changement de constitution, l’État veillera toujours à perpétuer l’exploitation, laissant intactes les bases réelles de tout, la propriété privée et le travail salarié. Au plus fort de cette lutte, nous créons nos propres outils pour destituer l’existant et forger un monde nouveau. Le prélude à la révolution a déjà commencé.

TOUT LE POUVOIR AUX ASSEMBLÉES TERRITORIALES !!!

Sources en espagnol :
https://materialesxlaemancipacion.espivblogs.net/2019/11/08/chile-asambleas-territoriales-organos-autonomos-de-la-comunidad-de-lucha/
https://proletariosrevolucionarios.blogspot.com/2019/11/chile-todo-el-poder-las-asambleas.html
https://hacialavida.noblogs.org/post/2019/11/09/asambleas-territoriales-organos-autonomos-creados-por-la-comunidad-en-lucha/
https://antagonismorp.wordpress.com/2019/11/11/chile-asambleas-territoriales-organos-autonomos-creados-por-la-comunidad-en-lucha/

Traduction française : Los Amigos de la Guerra de Clases

Assemblées destituantes pour l’abolition du Capital, de l’Etat et du travail salarié

Envoyé par des camarades du Nord semi-aride

Le citoyennisme néolibéral cherche à institutionnaliser la rébellion au moyen d’assemblées pré-formatées et de conseils coloniaux. Entre l’ingéniosité bien intentionnée des uns et l’assistanat empathique des autres, ils ne réussiront qu’à recycler l’ordre hégémonique qui se reproduit dans la société centrée sur le marché, dans les forces répressives et l’accumulation capitaliste. Initiant ainsi un nouveau cycle de domination et de trahison des révoltes passées. Le processus « constituant » fonctionne comme un appareil de désarticulation de la Communauté de Lutte, tirant parti des réponses à la crise généralisée afin d’apaiser la colère des exploités et ainsi reconstruire une nouvelle quotidienneté avec la même odeur que celle antérieure à la révolte d’octobre. Depuis les quartiers et les institutions gouvernementales, ils gèrent l’appât lancé par le consensus néolibéral afin de démobiliser la rébellion par le dialogue, le respect et la tolérance avec ceux qui ne méritent que jugement et châtiment, à savoir la bourgeoisie et ses hommes de main. Ce nouveau « Pacte social » ne fera qu’apporter encore plus de la même chose, ESCLAVAGE ET MISÈRE. On nous dit que la Guerre de Classe n’existe pas et que l’« unité nationale » est notre seule bouée de sauvetage. Ils stipulent où, quand et de quoi tu vas parler, ainsi que le temps que tu prendras. De sympas technocrates, professionnels et appréciés, se préparent à mettre fin, consciemment ou inconsciemment, au dernier souffle de l’humanité, à la lutte finale contre le Capital. Nous ne pourrons jamais construire une nouvelle vie sur les fondations d’une réalité putride. Fissurer la quotidienneté capitaliste et détruire les rapports sociaux capitalistes est une tâche immédiate pour accélérer un processus révolutionnaire efficace et anticapitaliste qui ne permette la métamorphose d’aucune forme de domination humaine.

Ne laissons pas la flamme de la révolte s’éteindre, empêchons-les de tirer parti de notre rébellion et faisons éclater les capacités d’adaptation de la domination capitaliste. Vie ou catastrophe, l’avenir est incertain, mais nous avons su naviguer en eaux troubles.

Contre les dirigeants, contre l’Etat qui nous vole les fruits de nos combats !

Version imprimable PDF en espagnol :
asambleadestversión2

Source en espagnol : https://hacialavida.noblogs.org/post/2019/11/01/asambleas-destituyentes-por-la-abolicion-del-capital-el-estado-y-el-trabajo-asalariado/

Traduction française : Los Amigos de la Guerra de Clases

Notes provisoires sur la révolte « anarchique » de masse qui secoue la région chilienne

Le vendredi 18 octobre, une révolte sauvage a éclaté dans la ville de Santiago et, le lendemain, elle s’était déjà étendue dans pratiquement toutes les villes du pays. Le motif apparent était la hausse du prix du ticket des transports en commun de Santiago (dans les bus du Réseau Métropolitain de Mobilité et du Métro), mais au fond cela démontre un mécontentement total avec le mode de vie capitaliste. Un mouvement énorme et incontrôlé a ainsi fait son apparition historique et comme certains camarades l’ont affirmé dans plusieurs tracts distribués dans la révolte : « plus rien ne sera jamais pareil ».

Les aspects favorables du mouvement pour la perspective antagoniste

# La première chose qu’il faut souligner, c’est la généralisation spontanée du mouvement et sa critique en actes de la totalité du mode de vie capitaliste-néolibéral : expropriation et distribution massive de marchandises des grands capitalistes (supermarchés, centres commerciaux, pharmacies, banques, etc.), destruction des infrastructures de l’Etat (postes de police, bâtiments municipaux, etc.), répudiation massive des organes répressifs de l’Etat dans un contexte « démocratique » (carabiniers, police judiciaire et militaires), et une esquisse intuitive de critique de la totalité de la marchandisation de tous les aspects de la vie quotidienne (il n’existe ni « demande » ni « revendication » concrète, on veut « tout changer »).

# Le rôle dynamisant que les jeunes prolétaires ont joué et continuent de jouer, avec leur intransigeance programmatique et leur combativité subversive infaillible.

# Les protestations sauvages ont effectivement constitué un dommage considérable à la propriété privée des grands capitalistes de ce pays : c’est la véritable raison pour laquelle l’Etat a fait descendre l’armée dans la rue. Cela a horrifié la classe dirigeante capitaliste.

# Un autre aspect qui a profondément attiré notre attention est la prolifération de noyaux qui pratiquent de manière généralisée la violence offensive et l’autodéfense contre les forces répressives de l’Etat dans les manifestations, tant dans le « centre » que dans les quartiers périphériques. Il y a quelque chose comme de la « violence prolétarienne de masse diffuse » qui est coordonnée solidairement au milieu des barricades, et qui rend inutile – du moins pour l’instant – toute spécialisation ou professionnalisation de cette activité par des groupuscules. Jusqu’à présent, cela a été très efficace.

# La rupture de l’isolement et du manque de communication auxquels nous sommes soumis quotidiennement dans ce système, et qui se manifeste par la solidarité de classe spontanée et la communication sociale en dehors des rôles précédemment préfabriqués.

# Malgré l’« Etat d’urgence », le couvre-feu et l’armée dans les rues, le prolétariat n’a pas eu peur et n’a pas abandonné la lutte en dépit de la répression brutale qui a fait un nombre encore inconnu de morts, de torturés, de disparus et d’emprisonnés. Au moment d’écrire ces lignes, on annonce dans de nombreuses régions, dont la région métropolitaine, que le couvre-feu serait levé à cause de la pression sociale du prolétariat, qui ne l’a pas respecté du tout et qui manifeste une haine viscérale envers les militaires.

# Malgré la diffamation des médias de masse, ainsi que les efforts de l’Etat pour revenir à « une certaine normalité », celle-ci n’a pu être restaurée, car notre classe a continué à protester quotidiennement sans même « demander la permission » de le faire – toutes les manifestations étaient « illégales ».

# La réalité de la lutte a dépassé les tentatives de « spectacularisation » de la révolte par la presse : le prolétariat a reconnu que la fonction sociale essentielle de la presse est de déformer les faits et de construire un récit proche des intérêts de la classe dominante – les journalistes sont les « porte-paroles » du capital.

# Le mouvement, dans le contexte de la révolte, s’est doté, au niveau embryonnaire, d’organes de lutte territorialement enracinés, basés sur la formation d’assemblées de voisins auto-organisées, qui se trouvent dans divers quartiers et agglomérations, construisant d’en bas une perspective anticapitaliste qui s’oppose à la précarisation de la vie. Nous considérons ces espaces d’associativité prolétarienne comme stratégiques pour former une communauté de lutte, parce qu’ils expriment le besoin d’auto-activité de la part des prolétaires eux-mêmes, de manière autonome à toute intervention extérieure à eux-mêmes.

# Un secteur important du prolétariat a rejeté en bloc les propositions de « réformes » avec lesquelles le gouvernement a essayé d’éteindre le feu de la révolte : elles sont considérées comme des miettes indignes, ce qui a tenu l’Etat en échec, du moins jusqu’à présent.

# Il n’y a pas de « secteur politique » capable de s’autoproclamer comme une entité représentative et légitime pour dialoguer avec le gouvernement : une question qui préoccupe la bourgeoisie. C’est une révolte sans chefs. D’où « l’anarchie » de ce mouvement.

Les contradictions et les limites que les minorités révolutionnaires doivent combattre au sein du mouvement

# Lors des méga-marches du vendredi 25 octobre qui, selon les chiffres officiels, dans la seule ville de Santiago, ont rassemblé plus de 1 500 000 manifestants, un sentiment d’identification patriotique et d’unité nationale s’est exprimé massivement, au détriment d’une perspective de classe du conflit social. Un exemple en est la prolifération des drapeaux chiliens – qui étaient auparavant absents – et l’atmosphère festive et pacifiste qui a prévalu tout au long de la journée, ce qui a été apprécié par le gouvernement lui-même comme une opportunité qui « ouvre la voie sur l’avenir et l’espoir ».

# L’hésitation de certains secteurs organisés du mouvement ouvrier à participer à la révolte (par exemple, les mineurs de l’entreprise publique CODELCO et les syndicats membres de la Coordination Nationale des Travailleurs NO+AFP), à l’exception notable de l’Union Portuaire du Chili (UPCH) et de la confrérie de la construction regroupée dans le syndicat combatif SINTEC.

# L’écho dans certains secteurs sociaux provoqué par la rumeur diffusée par la presse et le gouvernement selon laquelle il y aurait une vague de pillages visant des maisons privées et des petits commerces – qui ont été des cas très particuliers et en nombre limité. C’est ce qu’exprime le phénomène des « gilets jaunes », des voisins organisés en brigades qui défendent leur quartier contre des pillards inexistants. C’est dangereux parce que c’est un terreau fertile pour les courants d’extrême droite néo-fascistes et parce qu’il dresse des prolétaires contre des prolétaires.

# La présence de militants des partis traditionnels et de la « nouvelle gauche » (c’est à peu près la même chose) dans les assemblées et les conseils [“cabildos”] auto-organisés, qui tentent de coopter et de supplanter l’auto-direction du mouvement pour imposer leurs positions et devenir des interlocuteurs valables pour négocier avec le pouvoir en place.

# Malgré les grands sauts qualitatifs que le mouvement a faits dans une large mesure, il n’a pas réussi à saisir et à consolider un point de vue clairement de classe ; faiblesse qui manifeste une tâche considérable en suspens qui doit être rectifiée pour l’expansion du mouvement. Cela a signifié, surtout à partir des méga-marchés, la résurgence d’une identification comme « classe moyenne » de certains secteurs du prolétariat promue par les partis de l’ordre et les mass media.

# La révolte a trouvé les minorités révolutionnaires désorganisées et fragmentées, ce qui ne signifie pas pour autant qu’elles ont immédiatement participé au mouvement, en tentant de fournir des orientations par des actes et de la propagande, malgré leurs moyens limités. La gauche et le léninisme en général ne voulaient pas se mêler aux incontrôlés, ils se sont dissociés de la révolte, et même leurs secteurs les plus traditionnels ont condamné le pillage des grandes entreprises, et ils ont mis au moins trois jours pour prouver leur présence dans la rue. Cela montre la nécessité de construire un mouvement ouvertement anticapitaliste qui rassemble les secteurs les plus radicaux de la classe.

Perspectives provisoires

Quoi qu’il arrive à l’issue de ce grand moment, il est clair qu’il y a eu une rupture irréversible, une brèche, qui marque un changement d’époque pour notre classe dans cette région. Ce que des milliers et des milliers de prolétaires, sans expérience préalable de lutte, ont vécu durant ces jours peut difficilement être effacé de la mémoire combative de notre classe. Cette révolte a offert une occasion unique qu’il ne faut pas gâcher : il est devenu clair que ce n’est qu’en luttant qu’on peut imposer les revendications et les améliorations concrètes des conditions de vie du prolétariat. Nous avons pris conscience de notre propre force. La révolte généralisée annonce la possibilité latente d’un changement révolutionnaire possible, de la réconciliation de l’espèce humaine avec elle-même et son environnement naturel, malgré le mépris antérieur manifesté par des secteurs du milieu subversif de notre région – avec des discours du type « humain=fléau » ou que le « peuple est mort ». Le prolétariat n’est pas mort, nous ne sommes pas seulement du capital variable, nous avons un rôle énorme à jouer dans la liquidation de ce monde capitaliste et cela a été démontré dans la pratique. Pour l’instant, la lutte se poursuit dans les rues et dans les assemblées contre le pacte social qu’ils veulent nous imposer et contre la récupération réformiste. Cette révolte a intuitivement remis en question les fondements de la structure sociale capitaliste et cela ne peut être effacé de la mémoire historique. Nous allons plus loin, nous allons vers la vie.

Quelques prolétaires en lutte de la région chilienne
Samedi matin 26 octobre
Printemps subversif de 2019

Sources en espagnol : https://panfletossubversivos.blogspot.com/2019/10/notas-provisionales-en-torno-la.html
https://materialesxlaemancipacion.espivblogs.net/2019/10/27/notas-provisionales-en-torno-a-la-anarquica-revuelta-de-masas-que-sacude-a-la-region-chilena/
https://valladolorinternacionalista.blogspot.com/2019/10/chile-notas-provisiones-en-torno-la.html

Traduction française : Los Amigos de la Guerra de Clases

Chili : Où allons-nous ? Vers l’incertitude et la conflictualité permanente ! Quelques mots de et pour la révolte d’octobre

“A partir d’un certain point il n’y a plus de retour. C’est ce point qu’il faut atteindre.” Franz Kafka

L’indomptable protestation des élèves du secondaire contre la hausse du trajet de métro et la réponse répressive immédiate ont créé le contexte propice pour que, des jours plus tard, la guerre sociale apparaisse dans une crudité explicite.

La dynamique du conflit a été rapide, imprévisible et instinctive. Le malaise axé principalement contre le transport public souterrain s’est généralisé et a commencé à éclater, à devenir visible, à reconnaître des formes de combat, explosant –littéralement– à chaque coin de rue de Santiago. Le 18 octobre 2019, s’est déchaîné un contexte de révolte généralisée dans toute la capitale ; barricades et affrontements se succédaient à tout moment et partout. Différents symboles, structures et infrastructures du pouvoir ont été attaqués dans toute la ville, et rapidement, dans l’ensemble du pays. L’ordre se fissurait et la transgression inondait les rues, subitement les sujets s’attroupaient et attaquaient ce qu’ils et elles ont toujours considéré comme leurs chaînes. Il n’y a pas de planification, mais la spontanéité qui sait reconnaître clairement son ennemi : l’État, le capital et leurs forces répressives. Les objectifs sinistrés ou pillés en sont le meilleur exemple : ministères, institutions financières, entreprises dévastatrices de la terre, grands entrepôts stockant la marchandise et la nourriture, et bien plus encore.

La violence révolutionnaire a été validée et s’est déchaînée dans les plus amples aspects des opprimé-e-s.

Quelques détestables théoriciens ou adeptes de la plus basse “compétition politique” ont observé : Où étaient les anarchistes ? Eh bien, la réponse est simple et facile : dans la rue, les quartiers, les poblaciones, dans la révolte protéiforme, les combats de rue.

Ce qui est certain, c’est qu’il n’y a pas eu beaucoup de temps pour s’asseoir et écrire ni même esquisser quelques idées, cela a été tout simplement impossible au cours de ces journées.
Face à l’extension et à la profondeur de la révolte, qui à certains moments a semblé pouvoir secouer réellement et effectivement l’État en peu de temps, la réponse des puissants a consisté à décréter “l’État d’Urgence”, envoyant des effectifs de l’Armée patrouiller dans les rues et instaurant un couvre-feu qui s’est étendu plusieurs jours dans différents territoires.
La suspension rapide de la hausse du trajet par les autorités a montré que cette révolte n’a pas de requête claire. Elle n’a pas de “revendications” ou “d’exigences” spécifiques, ou pour le dire autrement, il y en a tellement que c’est finalement contre le monde régi par l’autorité et la marchandise.
Pour sa part, la répression est tombée avec un arsenal qui, même s’il n’avait jamais disparu complètement, resurgit aujourd’hui, reprenant sa propre continuité historique : violence sexuelle, des milliers de personnes arrêtées, des centaines de blessés par flashballs, LBD, et à balles réelles, des dizaines de compas qui ont perdu des yeux, des séances de tortures, des assassinats où les corps sont jetés dans les incendies pour couvrir les auteurs en uniformes de ces massacres et toute une série de différentes et successives stratégies contre-insurrectionnelles.
Les choses avancent vite et prennent leur propre chemin, anarchistes, nous sommes dans la rue cherchant à amener cela au point de non-retour avec l’autorité. Différentes positions ont émergé dans la pratique même des combats, dans l’ambiance de révolte et dans les possibilités surgissant de celle-ci. Certain-e-s se sont mis d’accord sur des appels et des tentatives pour former des assemblées de quartier, des expériences de “contre-pouvoir” ou de “pouvoir populaire”, allègrement qualifiées par la presse de “conseils municipaux citoyens”, qui permettraient de mettre en place une table de revendications négociables, et bien-sûr des visages ou organisations avec lesquels pactiser. Des assemblées qui, comme nous pouvons le voir, se sont transformées en alternative citoyenne et en sortie pacificatrice du conflit, démontrant être un engrenage supplémentaire de la domination.
L’intensification du conflit ouvre indéniablement des chemins où il est possible de se rencontrer, de construire et créer, toujours dans une perspective de lutte et de manière antiautoritaire, des réseaux avec différentes personnes et groupes, éloignés et contraires à tout type d’imposition illuminée ou aux tentatives de prise en main centralisée. À cet égard, l’idée de confrontation permanente prend du sens au moment où nous ne donnons rien pour établi ni éternel, le dynamisme de la lutte doit nécessairement viser à l’élimination de tout type d’autorité, que ce soit l’État, l’assemblée ou n’importe quelle autre instance prétendant contrôler nos vies.
Cette révolte n’a pas de noms ni de direction unique, elle n’appartient à personne car elle appartient à tou-te-s les rebelles et insurgé-e-s qui, comme nous, sont en train de combattre dans la rue, ainsi prétendre de manière ridicule s’attribuer telle ou telle action dans le cadre de cette révolte revient tout simplement à tenter grossièrement de prendre l’hégémonie sur elle.
D’autre part, la nécessité posée et mise en tension au cours de conversations passées face à des situations similaires mais au pouls clairement plus stable, est aujourd’hui indispensable.

Créer des espaces de coordination et de rencontre où l’axe fondamental est de faire le pari de la confrontation violente contre les appareils étatiques-répressifs. En ce moment, le Pouvoir a sorti dans la rue son visage le plus brutal, ce qui, loin de nous immobiliser, constitue un appel à élever notre ligne de mire conformément aux nouveaux scénarios qui se présentent et se rapprochent. Envisager l’offensive comme pratique réelle au-delà du discours, en étant capables de mettre en place une infrastructure nous permettant de leur faire face. C’est là que certains doutes exacerbent la tension; sommes-nous capables de soutenir, d’intensifier et d’étendre la confrontation violente contre le Pouvoir dans ce nouveau panorama ?, jusqu’à quel point la révolte est-elle contagieuse et reproductible ? Nous avons été témoins de la manière dont la social-démocratie est allée captant cette rage, la limitant à certain-e-s qui étaient “en-dehors” des revendications, quant à nous, nous n’avons pas de revendications, mais des paris et notre pari est la destruction de l’Etat, de ses promoteurs et défenseurs. Que la catastrophe sociale annonce l’effondrement des rapports fondés sur des logiques capitalistes et que l’affinité nous amène à continuer à avancer vers ce point de non-retour.

Comme cela nous arrive souvent, nous n’avons pas les réponses, comme d’autres organisations qui planifient déjà l’administration et les fédérations de ces assemblées, leurs durées, leur caractère révocable et leurs statuts, mais bien plutôt des questions et la négation, car nous sommes de celles et ceux qui comprennent l’anarchie comme la tension permanente. Face à l’incertitude du moment, nous rassemblons les expériences, nous nous reconnaissons, lisons, apprenons et partageons les réflexions et les conversations urgentes dans les heures que nous laisse l’intense confrontation de rue et la désobéissance au couvre-feu. Nous savons que cela a été et que cela peut être un moment important et que se sont ouvertes des possibilités auparavant impensées dans la destruction effective de l’État, mais notre boussole continue aussi à être la négation, même dans ces moments culminants. Nous savons et connaissons parfaitement ce qui nous transforme en esclaves, et nos pas doivent justement aller dans la direction inverse.
Que cela soit clair. Celles et ceux qui soutiennent, promeuvent et défendent le capital et la domination sont nos ennemis.
Pour la libération de tous les prisonniers de la révolte et subversifs !
Solidarité avec les personnes blessées et ayant subi des vexations !
La Révolte est reproductible et contagieuse !

“Tu ne sais pas à quel point les puissants trembleraient si nous amenions la violence à leur porte. S’ils voyaient menacés leurs privilèges et leurs vies, ils négocieraient pour ne pas tout perdre” Ulrike Meinhof

Quelques antiautoritaires pour la catastrophe sociale

Source en espagnol : https://panfletossubversivos.blogspot.com/2019/10/chile-donde-vamos-hacia-la.html

Traduction française : https://sansattendre.noblogs.org/post/2019/10/27/chili-ou-allons-nous-vers-lincertitude-et-la-conflictualite-permanente-quelques-mots-de-et-pour-la-revolte-doctobre/

Depuis le Chili : Un regard anarchiste sur la situation de révolte et de répression

reçu par mail / vendredi 25 octobre 2019

A l’heure actuelle, au Chili on vit sous l’état d’urgence décrété par le gouvernement de droite de Sebastián Piñera à la suite du déclenchement d’une révolte qui a éclaté le vendredi 18 octobre 2019.

Ce texte naît de la nécessité d’informer les compas des différentes latitudes du monde sur la situation qui se vit actuellement sur ce territoire.

Nous partageons ici ce que nous considérons, d’un point de vue anarchiste, comme des points essentiels dans le but de faire connaître et de contribuer à comprendre le moment présent.

Prélude : La jeunesse en lutte et l’étincelle qui a allumé le feu

Avant la hausse du prix des titres de transport, en octobre, après une semaine de fraudes massives dans le métro, dont les protagonistes ont été principalement des lycéens, se sont produits, à différents endroits de la ville de Santiago, de multiples épisodes de désobéissance individuelle et collective qui ont entraîné des destruction d’infrastructures et des affrontements avec les forces de police, tant à l’intérieur qu’à l’extérieur des stations de métro.

Vendredi 18 octobre, la généralisation de ces fraudes massives et le niveau de radicalité qu’elles ont acquis étaient insoupçonnés pour beaucoup et sous-estimés par le gouvernement qui, avec ses fidèles journalistes et enquêteurs sociaux, ne peut toujours pas s’expliquer pourquoi ces événements ont conduit à une situation de chaos généralisé qui perdure jusqu’à ce jour.

Première acte : Déclenchement d’une révolte sans précédent dans le Chili de l’après-dictature

Le vendredi 18 octobre, la situation de révolte s’est radicalisée quand les affrontements avec la police et la destruction d’infrastructures capitalistes se sont répandues dans les rues du centre de Santiago. Commencées aux abords du palais du gouvernement, les violences de rue n’ont pas tardé à se répandre dans divers endroits de la ville, jusqu’à tard dans la nuit.

Face à une situation de rébellion généralisée et de chaos diffus dans de nombreux secteurs de la ville, les forces de police ont été incapables de contenir l’explosion de rage qui, depuis ce jour-là, a contaminé de larges secteurs d’une société apparemment endormie et blasée par différentes formes d’oppression et de précarisation de la vie, qui trouvent leur origine dans la continuité du système économique néolibéral et de l’État policier, installé au Chili sous la récente dictature civile et militaire (1973-1990), des conditions d’existence et de domination aggravées par les gouvernements de centre-gauche et de droite qui se sont alternés au pouvoir après le retour à la démocratie.

Aux émeutes commencées dans le centre-ville se sont jointes des milliers de personnes qui ont manifesté dans les quartiers, en battant sur des pots vides en guise de protestation et aussi en déclenchent des foyers d’émeutes, d’incendie et de destruction, qui se sont concrétisés dans des dizaines de bus et des bâtiments publics et commerciaux attaqués, pillés et brûlés, tout en gardant comme élément crucial les dizaines de stations de métro que des hordes d’individus pleins de rage ont vandalisées et brûlées jusqu’aux petites heures de la nuit.

Manifestement dépassé, le gouvernement n’a pas laissé passer beaucoup de temps avant de décréter l’état d’urgence dans la ville de Santiago, un état d’exception qui inclut le déploiement des militaires dans les rues et le contrôle de l’ordre public par les Forces armées.

Cependant, une révolte sauvage, non organisée, massive et sans précédent dans le scénario post-dictature était déjà en cours, détruisant en pratique l’obéissance, la soumission et la peur imposées par des décennies de régime capitaliste au Chili.

Deuxième acte : Extension de l’insubordination destructrice et début du couvre-feu

Le samedi 19 septembre, face à la persistance et à l’exacerbation des émeutes, les forces militaires ont été déployées en divers points de la ville. Dans le centre de Santiago ainsi que dans les quartiers périphériques, l’armée surveille les rues, les installations commerciales et les stations de métro. Cependant, les manifestants de toutes sortes n’ont pas reculé et ont condamné la présence des militaires par la mémoire vivante de la répression vécue il y a quelques décennies, pendant les années de dictature.

Ce même jour, le nombre de bus, de voitures et de stations de métro incendiés par les manifestants a augmenté. En même temps, les pillages des supermarchés et des grands centres commerciaux deviennent incontrôlables et l’image de centaines de personnes qui reprennent en main leurs vies, en arrachant des marchandises aux centres de consommation, a été l’une des images les plus marquantes des jours de révolte et ont constitué un facteur important pour que le gouvernement, accablé par la violence des pillages, décrète cette même nuit le couvre-feu dans la ville de Santiago.

Le Président et le chef militaire en charge de la ville ont communiqué sans aucun problème aux médias la restriction des « libertés civiles », qui a commencé à s’appliquer ce jour-là de 19 heures à 6 heures du matin. Cette nuit-là, les manifestations, émeutes, pillages, incendies et affrontements avec les forces répressives se sont poursuivies dans toute la ville, jusqu’au petit matin.

Entre samedi et dimanche, l’étincelle de rage s’est largement répandue, provoquant des manifestations de masse et des scènes de violence sauvage dans d’autres régions du pays, laissant place à un moment de chaos généralisé, avec de multiples actes de rébellion et d’émeutes dans diverses villes, qui, en quelques jours, ont mis à sac et réduit en cendres une bonne partie des infrastructures urbaines, avec des barricades, du vandalisme et des incendies dans des structures municipales, des bâtiments gouvernementaux, des centres commerciaux et des bâtiments des médias officiels. A ce moment, la révolte avait déjà débordé toute demande spécifique, faisant en sorte que des personnes d’origines et de lieux différents se rencontrent dans la rue, au milieu des protestations et des émeutes, en ouvrant une grande fracture critique dans le système néolibéral chilien et son modèle d’exploitation capitaliste/extractiviste, qui touche tout le territoire.

Depuis le dimanche 20 octobre, l’état d’urgence et le couvre-feu ont été décrétés par le gouvernement à l’encontre des villes insurgées, cependant les émeutes ont continué tard dans la nuit, en dépassant les interdictions et en démontrant que la colère et la violence déclenchées par les gens contre l’ordre établi avaient brisé la peur et la passivité qui dominait depuis des décennies dans de larges pans de la population chilienne.

Troisième acte : Dignité et lutte contre la stratégie de répression étatique

Depuis le début de l’état d’urgence, la répression de l’État s’est intensifiée et ouvertement répandue dans les différents territoires insurgés.

En tant qu’anarchistes, il est clair que la position de victime n’est pas la nôtre, mais il est toujours bon de partager des informations sur les tactiques que la domination met en place, comme moyen de la confrontation avec les émeutiers, les rebelles et la population révoltée en général.

Dans la situation actuelle, l’arsenal répressif de l’État chilien s’est concrétisé par :

– plus de deux mille personnes arrêtées et plus de 15 personnes assassinées, ainsi qu’un nombre indéterminé de personnes portées disparues ;
– des tirs contre les manifestants, avec différents types de projectiles, y compris des grenades lacrymogènes, des balles en caoutchouc et des armes de guerre, laissant un nombre croissant et inconnu de personnes blessées et tuées dans la rue, ainsi que des riverains et des animaux qui ont été blessés et tués par les tirs ;
– des coups et des tortures physiques, psychologiques et sexuels infligés à des personnes sur la voie publique, ainsi qu’à l’encontre de personnes détenues, dans les véhicules et dans les commissariats de police ;
– des enlèvement de personnes dans des véhicules de police et des véhicules civils ; on a vu des images de personnes enfermées dans les coffres des véhicules de police ;
– des coups de feu tirés dans le dos des personnes à qui l’on a donné la fausse possibilité d’échapper à des arrestations, dans la rue ;
– de fausses autorisations, de la part la police et l’armée, de piller des supermarchés, qui aboutissent à des arrestations et à des meurtres qui sont ensuite signalés comme dû aux émeutes ;
– des incendies dans de grands locaux commerciaux, causés par des forces répressives pour que les entreprises puissent toucher l’assurance ; dans certains de ces incendies, ont été retrouvés des cadavres brûlés ;
– le fait jeter des gens d’une voiture de police en mouvement pour les tuer ;
– la suspension des corps des personnes tuées dans zones désertes et des personnes vivantes dans les casernes de la police.

L’utilisation massive des réseaux sociaux tels que Instagram, Twitter et Facebook a permis la diffusion immédiate d’innombrables témoignages audiovisuels des situations décrites ci-dessus, diffusés par des groupes d’information « alternatifs » et liés aux luttes, en brisant la stratégie de communication déployée par le gouvernement et soutenue par les médias officiels, historiquement serviles vis-à-vis du pouvoir.

L’offensive de communication du gouvernement représente une autre partie de l’action répressive, visant à coloniser l’esprit des gens par les moyens suivants :
– la censure et le contrôle de l’information, afin de cacher, justifier et/ou remettre en question de manière hypocrite des informations concernant la répression ;
– des discours télévisés des autorités gouvernementales, qui ont reconnu l’existence d’une crise sociale à résoudre au moyen d’un « nouveau pacte social » ;
– l’établissement d’un état de guerre explicite contre un ennemi interne supposément organisé avec un plan pour semer le chaos et attaquer des petits magasins, des écoles et des hôpitaux ; un accent particulier a été mis sur la criminalisation des figures de pillards et de vandales ; par ailleurs, dans un reportage sur la chaîne de télévision publique, il a été mentionné que les émeutes auraient été organisées par des cellules anarchistes nihilistes ;
– une couverture médiatique commune à différents journaux, tout au long de la journée, qui installe la peur des pénuries et des pillages, répandant l’idée que les vols se généraliseraient aux maisons de tout un chacun ;
– le partage discursif des manifestants entre gentils, légitimes, pacifiques et festifs, et, à l’opposé, les violents, contre lesquels toute forme de répression serait justifiée ;
– la présentation d’un plan de mesures sociales et économiques visant à montrer l’intérêt de résoudre la crise existante ;
– la présentation de l’armée en tant que forces de paix et de protection.

Heureusement, la stratégie répressive et de communication de ce gouvernement discrédité n’a pas eu l’effet escompté et la désobéissance s’est maintenue, malgré le fait que certains citoyens éternellement soumis et obéissants ont collaboré avec le pouvoir, en participant volontairement au nettoyage des rues et à la surveillance des quartiers, habillés avec des gilets jaunes, en donnant à cette tenue un sens complètement différent de celui qui a fait sa renommée rebelle depuis les manifestations sauvages en France.

Notre position anarchiste : Notes sur un épilogue qui n’existe pas encore

Entre le mercredi 23 et le jeudi 24 octobre, le gouvernement et la répression ont tenté de montrer un visage moins dur, face à la persistance des manifestations et à un grand nombre de foyer de révolte, auxquelles s’ajoute la divulgation permanente de documentation sur les actes répressifs, ainsi que la reconnaissance publique, par une enquête judiciaire, de l’utilisation d’une gare de métro comme centre de détention clandestin et des témoignages de torture.

En ces jours, tous les signes semblent indiquer que la révolte généralisée a un peu diminué d’intensité, se limitant à une situation permanente de journées de protestation, avec la présence constante d’émeutes et d’affrontements. Beaucoup d’entre nous pensent que cela pourrait céder la place à un contexte de pacification progressive, avec la persistance de quelques poches de révolte, renforçant la répression sélective contre des personnes déjà connues pour leur participation politique dans des mouvements sociaux, des collectifs et des milieux de lutte radicale. De fait, des personnes liées à des mouvements étudiants et environnementaux ont déjà été arrêtées.

Malgré ce qui pourrait arriver, celles/ceux d’entre nous qui ont affronté le pouvoir et l’autorité bien avant l’explosion sociale actuelle savent que toutes les pratiques répressives et de communication énumérées ci-dessus font partie de l’arsenal auquel nous et d’autres groupes et individus avons été confrontés tout au long de l’existence de l’État et de l’autorité à travers l’histoire. Nous assistons donc aujourd’hui à une réactualisation postmoderne des méthodes et des stratégies déjà déployées sous les régimes dictatoriaux et démocratiques précédents du Chili, d’Amérique latine et dans le reste du monde, où la domination a vu ses intérêts mis en cause et n’a pas hésité à montrer son véritable visage d’oppression planifiée et systématique.

Nous savons que, au cours des siècles, d’innombrables générations de rebelles, de réfractaires, de révolutionnaires et de subversifs de toutes sortes ont été les protagonistes de la confrontation et de l’opposition au pouvoir, de la même manière que nous sommes certains que c’est nous, les anarchistes, ainsi que les communautés mapuches résistantes et les jeunes cagoulés, qui au cours de ces deux dernières décennies avons connu la torture, l’emprisonnement et la mort, dans le cadre de la politique répressive de l’État face à la résistance et à l’attaque continue que nous avons portée contre l’ordre social capitaliste et autoritaire.

Aujourd’hui, bien plus de gens sont témoins de ce que nous avons maintenu pendant des années : que les puissants ne se soucient pas de tromper, torturer et assassiner pour protéger le monde qu’ils ont construit à leur profit et que la seule issue possible à la domination sur nos vies commence par la rébellion destructrice contre tout ce que nous imposent ceux qui cherchent à faire de notre existence un régime permanent d’esclavage et de vol de nos libertés.

Nous sommes pleinement conscients que toutes les nuances de la répression étatique, y compris celles qui prétendent avoir un visage « humain », font partie des pratiques contre-insurrectionnelles inaugurées en Algérie, améliorées par les dictatures latino-américaines et poursuivies par les troupes d’occupation en Irak, en Haïti et ailleurs dans le monde. Nous savons très clairement que les montages et les tactiques de communication de la guerre psychologique, la répression massive et sélective, les tortures, l’extermination ne sont pas une nouveauté et aujourd’hui nous les vivons et les affrontons dans un scénario que nous avons toujours conçu comme possible : vivre notre vie quotidienne et notre lutte dans un état d’exception, avec des militaires dans la rue.

Nous savons aussi que l’existence, la prolifération et la persistance, au cours des dernières décennies, d’idées et de pratiques de lutte anarchistes, dans le territoire chilien, constituent quelque chose de réel, de vital et dynamique, qui, dans les troubles actuels, contribue d’une certaine manière à l’identification et à l’attaque des symboles et des objectifs liés au pouvoir, ainsi qu’à la diffusion d’une conscience individuelle de lutte radicale contre le monde du capital et de l’autorité. Cependant, soyons honnêtes et disons clairement que le mécontentement qui a éclaté avec une violence sans précédent dans le Chili démocratique correspond à une révolte généralisée sans chefs ni dirigeants, dans laquelle les individualités anarchistes ne sont qu’un acteur de plus.

Nous n’avons jamais cru aux bonnes intentions du mensonge démocratique, nous ne sommes donc pas surpris que les forces répressives visent avec leurs balles des enfants, des personnes âgées et des animaux. Aujourd’hui, nous apprenons aussi à vivre avec le couvre-feu, qui limite notre mobilité, nos déplacements et la possibilité d’embrasser et de partager entre amis, compas et relations affectives.

Beaucoup d’émotions et de sensations s’entremêlent chaque jour et d’une minute à l’autre : rage, impuissance, nervosité et beaucoup d’anxiété envahissent l’esprit et les cœurs de nombreuses personnes dans ces moments, mêlant l’entrain et la chaleur donnés par la lutte avec le fait indéniable d’être en train de briser des chaînes subjectives et matérielles, ensemble avec d’autres personnes qui, auparavant, n’étaient pas du même côté de la barricade que nous. Néanmoins, nous n’avons pas excessivement confiance et nous ne nous faisons pas d’illusions, parce que nous savons que cela peut être, de la part des masses, qu’une simple décharge de colère auparavant contenue et que cela peut revenir par la suite à une nouvelle normalité, saisie par des opportunistes de toute couleur politique, comme quelques-uns ont essayé de le faire durant ces jours de chaos. Dans un tel moment, et toujours, en tant qu’individualités anarchiques, nous resterons déterminés contre toute forme d’autorité.

Ils nous veulent paranoïaques, angoissés et isolés, mais nous continuons d’être déterminés dans le combat, mettant aussi en pratique des outils d’auto-soin et de soutien psychologique et émotionnel à un niveau personnel et collectif, pour continuer à être vivants et sur le pied de guerre.

Alors que nous finissons d’écrire ce texte, des hélicoptères militaires volent au-dessus de nos têtes, des barricades brûlent dans les quartiers et le bruit des protestations et des confrontations reste fort et nous remplit de force, pour continuer à écrire l’histoire, dans la grande expérience de la lutte pour la libération totale.

Nous sommes reconnaissants pour tous les gestes de solidarité internationaliste témoignés par les compas du monde entier et nous vous invitons à diffuser ces mots et à les traduire dans les langues les plus diverses.

RIEN N’EST FINI, TOUT CONTINUE
AUJOURD’HUI PLUS QUE JAMAIS, CONTINUONS À LUTTER CONTRE L’ÉTAT, LE CAPITAL ET TOUTE AUTORITÉ.

Sin Banderas Ni Fronteras

Source en espagnol : https://panfletossubversivos.blogspot.com/2019/10/chile-una-mirada-anarquica-al-contexto.html

Traduction française : https://attaque.noblogs.org/post/2019/10/27/depuis-le-chili-un-regard-anarchiste-sur-la-situation-de-revolte-et-de-repression/

| English |

[Chile] Territorial assemblies: autonomous organs created by the community in struggle

The first fruits to be yielded from the fertile terrain of the insurrection in Chile are the territorial assemblies, instances which are self-organized by the inhabitants of the whole country, as a channel for resolving the immediate needs of the struggle, and for its propagation. In them, the measures, prospects and demands of this movement are being debated. In many cases, with a character that is strongly anti-institutional and opposed to party-politics. The assemblies reflect, in an embryonic form, the real need of the proletariat to equip itself with organs of power representative of the class, that defend and impose its necessities until the last breath without compromising with the political establishment.

These organizations, still embryonic, manifest the feeling and the need to directly influence reality, raising the question of the sovereignty over our lives to the State and Capital, since in practice, organizing collectively in order to solve our problems and to deepen this struggle expresses a dispute against the State for the control and direction of social life. That is why it is necessary for these assemblies to establish themselves as autonomous, directing the dialogue towards the exploited themselves and not towards bureaucratic institutions: it is the class interests themselves which are at stake and it will be by confronting their limitations that we will recover all that has been lost, and not by mediating between the grassroots and the State.

In being an organ of the neighborhoods, the assemblies are immersed in the daily life of the territory; therefore their functionality is their main weapon. Their capacity to expansively cover the needs of the struggle – such as supply, self-defense, health, transport, communications, solidarity with their prisoners, etc. – will be the force that will endow them with legitimacy. In this sense, the assemblies are the autonomous expression of the community that self-organizes its needs and its struggle against the State and Capital. That’s why its functionality CANNOT be spent up in petitions or in the constituent assembly. We understand that many people still believe in social-democratic refrains and think that the State can solve their immediate problems, but we know that this won’t happen. In fact, it will worsen the precarity. It is essential that by the time that the revolutionary eruption begins, this prelude will have served to teach the best lessons: to fortify the assemblies and their autonomous character, which are our main triumph so far.

This newly inaugurated cycle of struggles will be a lengthy one. The insurrection that have overwhelmed Chile in these past few weeks is still ongoing and nothing seems to foretell that it will end. The Pandora’s box of social revolution has started to open and the task of creating territorial power has been put on the agenda. This has set off the alarms throughout the political establishment, from the Left to the Right, the entirety of bourgeois institutionality has pulled strings to wipe out or co-opt these autonomous instances of organization. Its main strategy is to lead the movement into its narrow framework of political representation, for this it has placed the “cabildos” at its disposal [“town hall meetings”] that systematize the demands and “raise” the petitions. Here the State is the only possible interlocutor and the possibilities of dialogue begin and end with the solutions it can give us. Let’s not allow the assemblies to become conveyor belts of the State.

We know that any attempt to humanize Capital will come up against a capitalist world crisis, which brings with it an environmental crisis that, for many experts, entails the terminal crisis of Capitalism. From Greece to Ecuador, Leftist governments had to give in to the demands of the World Bank and apply austerity packages that put at risk the same people as always: the working class. Social democracy will always be the “good cop” safeguarding the assurances of the IMF and those of its national bourgeoisies above any other interest.

Until now, this movement has unfolded mainly in the streets; the spontaneous street protests have paralyzed the country principally through confrontation with the police and the interruption of capitalist circulation. Barricades, noise demos, looting and burning have been part of the proletarian arsenal for confronting power. Its content is “against everything”; against the totality of the system that kills us slowly. The assembly movement is called on to be what gives substance to the street protest, what puts the real solutions for the needs of the people on the table, as well as what animates the behaviors and values that make a new way of life possible: solidarity, community spirit, mutual aid, and the insurgent offensive will be the debacle of the capitalist mode of production.

However, it is necessary and URGENT that these assemblies be extended to the workplaces, mainly to the strategic productive sectors. That they posit the radical questioning of the capitalist way of life to its final consequences and that the prospects of production be transferred from infinite capitalization to the satisfaction of human needs. Historical examples such as the Cordons Industriales or the Comandos Comunales can be vital in order to grasp the transition which we are seeing out. No change will be possible if we, the workers, do not hold in our hands the power over the means of survival and of production, if we do not empower ourselves with the wealth we generate in order to decide “how” and “for what reason” to produce. It is not about learning how to govern and self-manage Capital; it is about creating a new way of life. The whole economy depends on us and they will tremble when they understand that we have come to realize that.

History has shown us that the State, as a way of guaranteeing living conditions, will always be a way of guaranteeing the domination of one class by another, of perpetuating Capitalism. With or without a change of constitution, the State will always watch over the perpetuation of exploitation, leaving intact the real bases of everything: private property and wage labor. In the heat of this struggle, we are creating our own tools to depose the existent and forge a new world. The prelude to revolution has already begun.

ALL POWER TO THE TERRITORIAL ASSEMBLIES!

Sources in Spanish:
https://materialesxlaemancipacion.espivblogs.net/2019/11/08/chile-asambleas-territoriales-organos-autonomos-de-la-comunidad-de-lucha/
https://proletariosrevolucionarios.blogspot.com/2019/11/chile-todo-el-poder-las-asambleas.html
https://hacialavida.noblogs.org/post/2019/11/09/asambleas-territoriales-organos-autonomos-creados-por-la-comunidad-en-lucha/
https://antagonismorp.wordpress.com/2019/11/11/chile-asambleas-territoriales-organos-autonomos-creados-por-la-comunidad-en-lucha/

English translation: Los Amigos de la Guerra de Clases

Destituent assemblies for the abolition of Capital, the State and wage labor

Sent by comrades from the Semi-arid North

Neo-liberal citizenism is trying to institutionalize the rebellion by means of pre-formatted assemblies and colonial councils. Between the well-intentioned ingenuity of some and the welfare-oriented empathy of others, they will only manage to recycle the hegemonic order that is reproduced in the market-centered society, in the repressive forces and in capitalist accumulation. Thus initiating a new cycle of domination and betrayal of the past revolts. The “constituent” process functions as an apparatus of disarticulation of the Community of Struggle, harnessing the responses to the generalized crisis in order to appease the anger of the exploited and thus rebuild a new everyday life with the same smell as that of before the October revolt. From neighborhoods and governmental institutions they manage the bait thrown by the neoliberal consensus in order to demobilize the rebellion through dialogue, respect and tolerance with those who only deserve judgment and punishment, i.e. the bourgeoisie and their henchmen. This new “Social Pact” will only bring more of the same, SLAVERY AND MISERY. They tell us that the Class War does not exist and that “national unity” is our only lifeline. They stipulate where, when, and what you will talk about, and how long it will take you. Friendly technocrats, professional and humble, prepare, consciously or unconsciously, to put an end to humanity’s last breath, to the final struggle against Capital. We will never be able to build a new life on the foundations of a putrid reality. To put a crack in the everyday life of capitalism and to destroy capitalist social relations is an immediate task to propel an effective and anti-capitalist revolutionary process that does not permit the metamorphosis of any form of human domination.

Let’s not allow the flame of revolt to be extinguished, let’s prevent them from capitalizing on our rebellion and let’s blow the adaptive adjustment of capitalist domination out of the water. Life or catastrophe, the future is uncertain, but we have known how to sail in turbulent waters.

Against the leaders, and against the State who steal the fruits of our combats!

Printable PDF in Spanish:
asambleadestversión2

Source in Spanish: https://hacialavida.noblogs.org/post/2019/11/01/asambleas-destituyentes-por-la-abolicion-del-capital-el-estado-y-el-trabajo-asalariado/

English translation: Los Amigos de la Guerra de Clases

Provisional notes on the “anarchic” mass revolt that is shaking the Chilean region

On Friday, October 18th, a wild revolt broke out in the city of Santiago and by the following day it had already spread to almost every city in the country. The apparent motive was the fare increase in the public transportation in Santiago (in the buses of the Metropolitan Network of Mobility and the Metro), but at heart was displayed a total discontent with the capitalist way of life. An enormous and uncontrolled movement thus made its historic appearance and as some comrades have affirmed in several pamphlets distributed in the revolt: “nothing will ever be the same again”.

The Favorable Aspects of the Movement For the Antagonist Perspective

# The first thing we must emphasize is the spontaneous generalization of the movement and its practical critique of the totality of the capitalist-neoliberal way of life: mass expropriation and distribution of commodities of big capitalists (supermarkets, shopping centers, pharmacies, banks, etc.), destruction of State infrastructure (police stations, municipal buildings, etc.), massive repudiation of the repressive bodies of the State in a “democratic” context (National and Investigative Police and the military), and an intuitive outline of a critique of the totality of the commodification of all aspects of everyday life (there is no concrete “claim” or “demand”, we want to “change everything”).

# The motivating role that the proletarian youth has played and continues to play, with its programmatic intransigence and resolutely subversive combativeness.

# The wild protests effectively constituted a considerable damage to the private property of the big capitalists of this country: this was the real reason why the State put soldiers on the streets. This horrified the capitalist ruling class.

# Another aspect that has called our attention deeply is the proliferation of nuclei that widely practice aggressive violence and self-defense against the repressive forces of the State in the demonstrations – as much in the “center” as in the peripheral neighborhoods. There is something like “diffuse mass proletarian violence”, which is coordinated in solidarity in the midst of the barricades, which makes – at least for now – any kind of specialization or professionalization of this activity by small groups unnecessary. So far, this has been sufficiently effective.

# The breakaway from the isolation and lack of communication to which we are subjected daily in this system, manifested by spontaneous class solidarity and social communication outside of previously prefabricated roles.

# Regardless of the “State of Emergency”, the curfew, and the military in the streets, the proletariat has not been afraid and has not abandoned the struggle, despite the brutal repression that has claimed a still unknown number of people murdered, tortured, disappeared, and imprisoned. At the time of this writing, it has been announced in many regions, including the Metropolitan Region, that the curfew will be lifted because of the social pressure of the proletariat, which has not respected it at all and which manifests a visceral hatred of the military.

# In spite of all the efforts of the State to return to “a certain normality” and the defamation by the mass media, this has been impossible to restore, since our class has continued to protest on a daily basis without even “asking permission” to do so – all the demonstrations have been “illegal”.

# The reality of the struggle has surpassed the attempts by the press to “spectacularize” the revolt: the proletariat has recognized that the essential social function of the press is to distort the facts and to mount a narrative in line with the interests of the ruling class – the journalists are the “spokespersons” of capital.

# The movement, in the context of the  revolt, is endowing itself – embryonically – with territorially rooted organs of struggle, based on the formation of self-organized neighborhood assemblies found in diverse neighborhoods and localities building an anti-capitalist perspective from below which is opposed to the precarity of life. We consider these spaces of proletarian associativity to be strategic for forming a community of struggle, because they express the need for self-activity on the part of the proletarians themselves autonomously from any intervention external to themselves.

# A substantial sector of the proletariat has rejected outright the proposals of “reforms” with which the government has tried to extinguish the fire of revolt: they are considered to be unworthy crumbs, for which the State is held in check, at least for the moment.

# There is no “political sector” capable of proclaiming itself as a representative and valid entity to hold a dialogue with the government: an issue which is a cause of concern to the bourgeoisie. It is a revolt without leaders. Hence, “the anarchy” of this movement.

The Contradictions and Limits that the Revolutionary Minorities Must Combat Within the Movement

# During the mega-marches held on Friday, October 25th, which, according to official figures, in the city of Santiago alone rallied more than 1,500,000 demonstrators, a feeling of patriotic identification and national unity was massively expressed, to the detriment of a class perspective of the social conflict. An example of this was the proliferation of Chilean flags – which had been absent – and a festive and pacifist atmosphere that prevailed throughout the day, this being appreciated by the government itself as an opportunity that “makes inroads to the future and hope”.

# The hesitation shown by certain organized sectors of the workers’ movement to participate in the revolt (for example, the miners of the State company CODELCO and the unions belonging to the National Coordination of Workers NO+AFP), with the worthy exception of the Dockers’ Union of Chile (UPCH) and the construction trade guild grouped into the combative union SINTEC.

# The echo, which in certain social sectors  has made the rumor which is spread by the press and the government that there exists a wave of looting that targets private houses and small businesses – cases of which have been very isolated and uncommon. This has been expressed in the phenomenon of the “yellow vests”, neighbors organized in squads who defend their neighborhoods from non-existent looters. This is dangerous because it is a breeding ground for neo-fascist ultra-right currents and because it turns proletarians against each other.

# The presence of militants of traditional parties and of the “new left” – which is more of the same – in the self-organized assemblies and town-halls, who try to co-opt and supplant the self-direction of the movement in order to impose their positions and become valid interlocutors to negotiate with the powers that be.

# In spite of the great qualitative leaps in vast extent that the movement has made, it has not been able to coagulate and consolidate a clearly class perspective, a weakness which evinces a great pending task that must be rectified for the expansion of the movement. This has meant, above all from the mega-marches, the resurgence of an identification of some sectors of the proletariat as a “middle class”, an identification promoted by the parties of order and the mass media.

# The revolt found the revolutionary minorities disorganized and fragmented, which, however, did not mean that they immediately participated in the movement, while attempting to provide orientations through acts and propaganda, despite their limited means. The left and Leninism in general did not want to get involved with the uncontrolled masses, they disassociated themselves from the revolt, and even their most traditional sectors condemned the looting of big business, and they took at least three days to demonstrate their presence in the streets. This underlines the need to build an openly anti-capitalist movement that brings together the most radical sectors of the class.

Provisional Perspectives

In spite of whatever occurs at the conclusion of this grand juncture, it is clear that there has been an irreversible rupture, an opening, which marks a change of era for our class in this region. What thousands and thousands of proletarians without previous experience of struggle have lived through in these days can hardly be erased from the combative memory of our class. This revolt has offered a unique opportunity which must not be wasted: it has become clear that it is only through struggle that concrete demands and improvements in the living conditions of the proletariat are imposed. We have become aware of our own strength. The generalized revolt announces the latent possibility of a possible revolutionary change, of the reconciliation of the human species with itself and its natural environment, in spite of the previous contempt shown by sectors of the subversive milieu of our region – with discourses like “human=plague” or that the “people is dead”. The proletariat has not died, we are not just variable capital, we have an enormous role to play in liquidating this capitalist world and it has been demonstrated in practice. For now, the struggle continues in the streets and in the assemblies against the social pact that they want to impose on us and against the reformist hijacking. This revolt intuitively questioned the foundations of the capitalist social structure and that cannot be erased from the historical memory. We’re going further, we’re going towards life.

Some Proletarians in struggle in the Chilean Region
Saturday morning October 26th
Subversive Spring of 2019

Sources in Spanish:
https://panfletossubversivos.blogspot.com/2019/10/notas-provisionales-en-torno-la.html
https://materialesxlaemancipacion.espivblogs.net/2019/10/27/notas-provisionales-en-torno-a-la-anarquica-revuelta-de-masas-que-sacude-a-la-region-chilena/
https://valladolorinternacionalista.blogspot.com/2019/10/chile-notas-provisiones-en-torno-la.html

English translation: Los Amigos de la Guerra de Clases

Chile: Where are we going? Towards uncertainty and permanent conflictuality! A few words from and for the October revolt.

From a certain point onward there is no longer any turning back. That is the point that must be reached. Franz Kafka

The indomitable protest by secondary students against the increase in the underground train fare and the immediate response of the repression was the propitious context for the social war to appear in all its unequivocal rawness days later.

The dynamic of the conflict was rapid, unpredictable and instinctive. The malaise focused mainly against the underground public transport generalised and started to flare up, become visible, recognise forms of combat, exploding – literally – on every street corner of Santiago. On October 18, 2019 a widespread revolt broke out throughout the capital; barricades and clashes were occurring at any moment, everywhere. Different symbols, structures and infrastructures of power were attacked throughout the whole city, and rapidly, throughout the whole country. Order cracked and transgression flooded the streets, immediately individuals came together and attacked what they had always considered as their chains. There is no planning but spontaneity that knows how to clearly recognize the enemy: the State, capital and their repressive forces. The burned or looted objectives are the best examples: ministries, financial institutions, land predators, large warehouses stocked with merchandise and food, and much more.

Revolutionary violence has been validated and unleashed in the widest areas of the oppressed.

Some detestable theorists or enthusiasts of the lowest “political competence” have noted: Where were the anarchists? Well, the answer is as easy as it is simple: in the street, in the neighbourhoods, in the towns, in the multiform revolt, in the street fighting.

There certainly hasn’t been much time to sit down and write or sketch some ideas, that has simply been impossible throughout these days.

Given the extent and depth of the revolt, which at times seemed to be capable of really effectively shaking off the State within a short time, the response by the powerful was to decree a “State of Emergency”, putting troops from the Army to patrol the streets and implement a curfew that has continued for days in various territories.

The rapid suspension of the ticket increase by the authorities, showed that this revolt does not have any clear request. It does not have specific “demands” or “claims”, or to put it differently, there are so many that it has ended up being against the world ruled by authority and commodities.

The repression, on its side, has come down with an arsenal which, although it had never completely disappeared, is flooding back today and taking up its historical continuity: sexual violence, thousands of people arrested, hundreds injured by flashballs, LBD and live ammunition, dozens of compas who have lost their eyes, torture sessions, murders where the bodies are thrown into fires to cover up the uniformed authorship of these massacres and a whole series of different and successive counterinsurgent strategies.

Things are moving fast and taking their own paths, anarchists, we are in the street looking to take this to the point of no return of authority. Different positions have emerged in the very practice of fighting, in the atmosphere of revolt and the possibilities arising from it. Several have agreed with calls and attempts to form neighbourhood assemblies, experiences of “counter-power” or “people’s power”, referred to by the press as “citizen councils”, which would allow to elaborate a table of negotiable demands and of course faces or organizations with which to come to agreements. Assemblies that, as we can see, have turned into citizen’s alternative and a pacifying way out of the conflict, proving to be another cog of dominion. The intensification of the conflict is undeniably opening up paths where it is possible to meet, build and create, always with a perspective of struggle, and in an antiauthoritarian way, networks with different persons and groups, far from and against every kind of enlightened imposition or centralised attempts to take over.

In this regard, the idea of permanent confrontation makes sense when we take nothing as established or eternal, the dynamism of the struggle must necessarily aim at the elimination of any kind of authority, be it the State, the assembly or any other body claiming to control our lives.

This revolt has no names or single direction, it does not belong to anyone because it belongs to all the rebels and insurgents who, like us, are fighting in the street, so to claim in a ridiculous way one or another action in the context of this revolt is simply a crude attempt to take leadership of it.

On the other hand, the necessity posed and put in tension during past conversations about similar situations, but clearly with a more steady pulse, is now indispensable. To create spaces of coordination and encounter where the fundamental axis is to take up the challenge of the violent confrontation against the State-repressive apparatuses. At this moment, Power has taken its most brutal face into the street, which, far from immobilizing us, is a call to raise our sights according to the new scenarios that are presenting themselves and getting closer. To consider the offensive as real practice way beyond talking, to be able to put in place an infrastructure that allows us to face them. This is where some doubts exacerbate the tension; are we able to support, intensify and extend the violent confrontation against Power in this new panorama? To what extent is the revolt contagious and reproducible? We have witnessed how social democracy captured this rage, encapsulating it in some who were “outside” demands, we do not have any demands, but wagers and our wager is the destruction of the State, its promoters and defenders. May the social catastrophe announce the collapse of the relations founded on capitalist logic, and affinity lead us to continue to advance towards this point of no return.

As often happens, we do not have answers like others, organizations that are already planning the administration and federations of these assemblies, their duration, revocability and statutes, but rather questions and negation, for we are those who understand anarchy as permanent tension. Given the uncertainty of the moment, we are collecting experiences, recognizing, reading, learning and sharing reflections and urgent conversations in the hours that intense street confrontation and disobedience to the curfew leave us. We know that it was, is and can be an important moment and that there are possibilities that have never been opened up before in the effective destruction of the State, but also that our compass is still denial, even in these climactic moments. We know and know perfectly well what turns us into slaves, and our steps have to go right in the opposite direction.

Let it be clear. Those who support, promote and defend capital and domination are our enemies.

For the liberation of all the prisoners of the revolt and the subversive prisoners!

Solidarity with the wounded and those who have been set upon!

The revolt is reproducible and contagious!!

You don’t know how the powerful would tremble if we were to take violence to their door. If their privileges and their lives were threatened, they would negotiate so as not to lose everything. Ulrike Meinhof

Some antiauthoritarians for the social catastrophe

Source in Spanish: https://panfletossubversivos.blogspot.com/2019/10/chile-donde-vamos-hacia-la.html

English translation: https://actforfree.nostate.net/?p=35336

From Chile: An Anarchist Analysis of the Revolt and the Repression

Chile is currently experiencing a State of Emergency decreed by the right-wing government of Sebastián Piñera as a result of the outbreak of a revolt that exploded on Friday, October 18, 2019.

This text originated with the need to communicate to comrades from different parts of the world the present situation that is experienced in this territory.

From an anarchist point of view, we share here what we consider to be some main points to make known and to contribute towards understanding the current moment.

PRELUDE: YOUTH IN STRUGGLE AND THE SPARK THAT IGNITED THE FIRE

After a week of mass fare evasion on the metro service, featuring mainly high school students during the month of October before the public transport fare increase, multiple instances of individual and collective disobedience that resulted in the destruction of infrastructure and confrontations with the police forces inside and outside the metro stations, spread throughout various parts of the city of Santiago.

On Friday, October 18, the spread of these mass fare evasions and the level of radicalism they developed was unsuspected by many and underestimated by the government which, along with its loyal journalists and social investigators, still cannot explain why these events led to a situation of widespread chaos that continues to this day.

ACT ONE: OUTBREAK OF AN UNPRECEDENTED REVOLT IN POST-DICTATORSHIP CHILE

On Friday, October 18, the situation of revolt was radicalized at the moment when confrontations with the police and the destruction of capitalist infrastructure took over the streets of downtown Santiago. Initiated on the outskirts of the government palace, the actions of street violence did not take long to spread late into the night in various parts of the city.

Faced with a situation of generalized rebellion and diffuse chaos in multiple urban sectors, the police forces were unable to contain the outburst of rage that since that day has infected broad sectors of a society no longer asleep and fed up with broad sectors of oppression and precarization of life originated in the continuity of the neoliberal economic system and the police state installed in Chile during the recent civil and military dictatorship (1973-1990), conditions of existence and domination strengthened by the centre-left and right-wing governments that have alternated in power after the return to democracy.

The riots that began in the centre of the city were later joined by thousands of people demonstrating in the neighborhoods, beating empty pots as a form of protest and also activating riots, fire and destruction materialized in dozens of buses and public and business buildings attacked, looted and burned, having as a crucial element the dozens of subway stations that hordes of individuals full of rage vandalized and set on fire until late into the night.

The government did not let much time pass before declaring a state of emergency in the city of Santiago, a state of exception that includes the deployment of military personnel to the streets and the control of order by the Armed Forces.

However, a massive, organic, uncontrollable and unprecedented revolt in the post-dictatorship scenario was already unfolding, destroying in practice the obedience, submission and fear imposed by decades of capitalist rule in Chile.

ACT TWO: EXTENSION OF DESTRUCTIVE INSUBORDINATION AND COMMENCEMENT OF CURFEW

On Saturday, September 19, the military forces are deployed throughout various parts of the city in the face of the persistence and exacerbation of the unrest. In the centre of Santiago and in the peripheral barrios the military guard the streets, commercial areas and subway stations. However, demonstrators of all kinds did not retreat and generally repudiated the military presence with the vivid memory of the repression experienced a few decades ago during the years of the dictatorship.

That same day, the number of buses, cars and subway stations torched by demonstrators increased. At the same time, the looting of supermarkets and large shopping centres becomes uncontrollable, and the image of hundreds of people recovering their lives by snatching merchandise from the consumer centres has become one of the most vivid images of the days of revolt and constituted an important factor for the government, overwhelmed by the looting and violence, to implement the curfew that same night in the city of Santiago.

Without any shame, the President and the military chief in charge of the city communicate to the media the restriction of “civil liberties” that began that evening from 7PM until 6AM the following morning. That night, demonstrations, riots, looting, fires and confrontations with the repressive forces continued again until the early hours of the morning throughout the city.

Between Saturday and Sunday the spark of rage spread even further, igniting mass demonstrations and scenes of savage violence in other regions of the country, giving way to a new moment of generalized chaos with multiple acts of rebellion and riots in various cities, leaving under siege, ruins and ashes in just a couple of days a good part of the urban infrastructure with barricades, vandalism and arson attacks on municipal buildings, government buildings, shopping centres and official media buildings. By that time the revolt had already surpassed any specific demands as people from diverse origins and places found each other in the street in the middle of the protests and riots opening a huge critical rupture in the Chilean neoliberal system and its model of capitalist/extractivist exploitation that affects the whole territory.

Since Sunday, October 20, the State of Emergency and the curfew measure were declared by the government against the uprising cities, however, the riots continued to unfold late into the night surpassing the impositions and demonstrating that the anger and violence unleashed by the people against the established order had broken the fear and passivity that reigned for decades in large sectors of the Chilean population.

ACT THREE: DIGNITY AND STRUGGLE AGAINST THE STRATEGY OF STATE REPRESSION

Since the beginning of the State of Emergency, state repression has sharpened and has also spread openly throughout the various uprising territories.

As anarchists, we make it clear that we do not take the position of victims, however, it is always good to share information about the tactics that domination puts into practice as part of the confrontations with insurgents and the rebellious population in general.

In the current context, the repressive arsenal of the Chilean State has materialized into:

– More than 2000 people have been arrested and more than 15 people have been murdered, as well as an indeterminate number of people reported missing.

– Shootings with various types of projectiles, including tear gas, rubber bullets and other weapons of war against demonstrators leaving a growing and indeterminate number of people injured and killed on the street, as well as animals and people living on the streets also injured and killed as targets of the shootings.

– Physical, psychological and sexual assaults and tortures against detained people in public thoroughfares, vehicles and police stations.

– Kidnapping of people using police and civilian vehicles. Images have been circulated of people being locked in the boots of police vehicles.

– Shots fired from behind in the street at people who are given the false impression of escaping from arrests.

– False permissions given by police and military to loot supermarkets that end in arrests and murders that are later reported as deaths caused as a result of the riots.

– Fires in large commercial premises caused by repressive forces so that companies can collect the associated insurance. In some of these fires burnt corpses have been found.

– Throwing people from moving police cars and then shooting them.

– Hanging of the bodies of people killed in vacant lots and of living people in police barracks.

The massive use of social networks such as Instagram, Twitter and Facebook has allowed for the immediate circulation of innumerable audiovisual evidence of the situations described above, which is being disseminated by “alternative” dissemination groups linked to the struggles, breaking the communication strategy deployed by the government and supported by the official media historically servile to power.

The government’s communication offensive represents another part of the repressive action trying to colonize people’s minds via the following methods:

– Censorship and control of information in order to hypocritically hide, justify and/or question the records associated with repression.

– Televised speeches of government authorities that have included the recognition of a social crisis that must be solved by means of a “new social contract”.

– Explicit signaling of a state of war against an internal enemy supposedly organized with a plan to sow chaos and attack small shops, schools and hospitals. Special emphasis has been placed on the criminalization of looters and vandals. Also, in a report on the state television channel, it was mentioned that the riots were being organized by nihilist anarchist cells.

– Rolling news coverage throughout the day instilling the fear of shortages because of looting, spreading the idea that thefts would be spreading to ordinary homes.

– Discursive division of the demonstrators between good, legitimate and festive as opposed to violent ones, against whom any kind of repression would be justified.

– Presentation of a plan of economic and social measures trying to show interest in solving the existing crisis.

– Presentation of the military as forces of protection and peace.

Fortunately the repressive communication strategy of the discredited government has not had the desired effect and disobedience has been maintained in spite of the fact that some eternally submissive and obedient citizens have collaborated with power by voluntarily participating in the cleaning of streets and the surveillance of barrios wearing yellow vests and giving this garment a completely different meaning than the revolt for which it became known for after the recent wild protests in France.

OUR ANARCHIC POSITION: NOTES ON AN EPILOGUE THAT DOESN’T EXIST YET

Between Wednesday, October 23 and Thursday, October 24, the government and the repression have tried to show a softer face in the face of the persistence of the demonstrations and the large number of sources of revolt, to which is added the permanent disclosure of evidence of repressive acts and the public knowledge of the use of a subway station as a clandestine detention centre with testimonies of torture.

In these days, the signs seem to indicate that the generalized revolt has diminished a little in intensity derived to a situation of permanent days of protest with the constant presence of disturbances and confrontations. There are more than a few of us who think that this could give way to a context of progressive pacification with the persistence of some pockets of revolt, strengthening the selective repression against people already known for their participation in social movements, collectives and environments of radical struggle. In fact, people linked to student and environmental movements have already been arrested.

In spite of what may come, those of us who have confronted power and authority long before the current social outburst know that all the repressive and communication practices listed above are part of the repressive arsenal that we and other groups have faced throughout the existence of the state and authority throughout history. Therefore, what we are witnessing today is a postmodern reactualization of methods and strategies already deployed in previous dictatorial and democratic regimes in Chile, Latin America and the rest of the world where domination has affected their interests and has not hesitated to show its true face of planned and systematic oppression.

We know that the opposition and confrontation to the domination has been protagonized throughout the centuries by innumerable generations of rebels, insurrectionists, revolutionaries and subversives of all kinds, in the same way that we have the certainty that we the anarchists have been together with the Mapuche communities in resistance and the hooded youth that in the last 2 decades have known torture, prison and death as part of the repressive politics of the state in the face of the resistance and the continuous attack that we have developed against the capitalist and authoritarian social order.

Today many people are witnessing what we have been propagating for years: that the powerful do not care about deceiving, torturing and murdering in order to protect the world that they have built for their benefit and that the only possible way out of domination against our lives begins with the destructive rebellion against everything imposed by those who try to make our existence a permanent regime of slavery and theft of our freedom.

We are fully aware that all the nuances of state repression, even those that pretend to look like a ‘kind’ face, are part of the counterinsurgency manual inaugurated in Algeria, strengthened by Latin American dictatorships and continued by occupation troops in Iraq, Haiti and other parts of the world. We know very clearly that massive and selective repression, torture, extermination, assemblies and communications tactics of psychological warfare are not a novelty and today we live and face them in a scenario that was never conceived as possible: to develop our daily lives and our struggle in a State of Emergency with the military in the street.

We also know that the existence, proliferation and persistence of anarchic ideas and practices of confrontation throughout the last decades in the Chilean territory constitutes a real, vital and dynamic element that has contributed in some way to the identification and attack of symbols and objectives linked to power in the midst of the current unrest, as well as contributing to the diffusion of a a radical combative subjectivity against the world of capital and authority. However, we are honest in making it clear that the discontent that has erupted with unprecedented violence in democratic Chile corresponds to a general revolt without leaders in which the anarchic individualities are just one of many actors present in the streets.

We have never believed in the good intentions of democratic falsehood, so we are not surprised that the repressive forces are aiming their bullets at children, the elderly and animals. Today we are also learning to live with the curfew that restricts mobility and the possibility to embrace and share among friends, comrades and circles of affinity.

Many emotions and sensations are intertwined every day and minute by minute: rage, impotence, nervousness and a quota of anxiety invade the hearts and minds of many people.

NOTHING HAS ENDED, EVERYTHING CONTINUES

TODAY MORE THAN EVER WE CONTINUE TO FIGHT AGAINST THE STATE, CAPITAL AND ALL AUTHORITY.

Sin Banderas Ni Fronteras

Sources in Spanish: https://panfletossubversivos.blogspot.com/2019/10/chile-una-mirada-anarquica-al-contexto.html

English translation: https://anarchistsworldwide.noblogs.org/post/2019/10/28/from-chile-an-anarchist-analysis-of-the-revolt-and-the-repression/

 

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